Indomable

31. Daño colateral.

− Si... −susurre mirando a Evan a los ojos — Si quiero vivir contigo, aunque técnicamente ya vivimos juntos.

Él rio y miro a Corey que negaba con su cabeza, mientras giraba para después estacionar frente a mi casa.

− ¿Es tonta o se hace? — Evan me miro esperando a que diera una repuesta divertida a Corey pero no lo hice porque me quede mirando hacia la puerta de mi casa que tenía pegada en ella lo que parecía una hoja doblada por la mitad.

Me baje del auto, camine hasta ella, la despegue y abrí, la letra era pequeña, ordenada e incluso bonita. En el inicio de la nota estaba mi nombre.

Abril Deveraux.

Esta es la segunda vez que fallo con Evan Hunter, la primera vez falle al dejarlo en manos de esos terroristas idiotas; esta vez falle porque tú estabas en medio de mi objetivo y yo.

Te prometo que la próxima vez no fallare y terminare con su mísera existencia, ¿quieres saber porque?

Porque tú no vas a estar más en el medio.

Serás el daño colateral de mi operación.

Con cariño.

Chase Conrad.

Cuando termine de leer lo que había escrito en la hoja mis manos empezaron a temblar, un sudor frio recorrió mi cuerpo y mis ojos se llenaron de lágrimas, ese hombre estaba amenazándonos de una forma demasiado directa.

− ¿Qué dice? — pregunto Evan a mi lado estirando una mano para que le entregara el papel.

Su expresión fue cambiando mientras leía cada línea, al principio tenía curiosidad, luego sorpresa, enojo, preocupación y finalmente miedo. Un loco estaba amenazándonos y ya nos atacado, los dos éramos el blanco de un psicópata que podría actuar en cualquier momento.

− Hay que llevar eso a la policía — dijo Corey que había leído la carta desde atrás de Evan — No podemos dejar una amenaza así en el aire.

− No es solo una amenaza — dijo Evan girando su silla y guiándola al auto nuevamente — Esto también cuenta como una confesión.

Los tres subimos nuevamente al auto y fuimos a una estación de policía bastante lejos; Corey iba serio, con el ceño fruncido, Evan estaba intranquilo, miraba la hoja en su mano una y otra vez, sus puños se cerraban cada cierta cantidad de tiempo y su respiración era extraña, parecía estar al borde de un ataque de pánico, así que estire una mano, tome una de las suyas y él me miro, le sonreí y luego lo abracé.

No podíamos permitir que ese hombre arruinara nuestras vidas más de lo que ya lo había hecho, íbamos a tomar cartas en el asunto y hacer todo lo que estuviera en nuestras manos para evitar que Chase Conrad convirtiera nuestras vidas en un infierno.

Cuando llegamos a la estación Evan me pidió que me quedara con Corey unos minutos y se fue junto con un oficial hacia una oficina.

− ¿Conocen al policía? — pregunte casi en un susurro a Corey que estaba sentado junto a mí en unas sillas que hacían la vez de sala de espera.

− Si, fue un compañero de Evan unos meses cuando fue soldado.

− Corey, ¿Por qué en ese papel decía que Chase había fallado la primera vez al dejarlo con los terroristas?

− Evan fue entregado por uno de sus compañeros a los rebeldes con los que estaban peleando, esa era toda la información que teníamos, nadie sabía quién de ellos fue, hasta hoy — se quedó en silencio, luego cerro los ojos, respiro profundo y después miro hacia el suelo — No puedo creer que no nos hayamos dado cuenta de esto, lo dejamos entrar a nuestra casa varias veces, comió con nosotros...

− No le des muchas vueltas a esto, es imposible saber las intenciones de los demás cuando son buenos actores y ese hombre es magnífico actuando amable — suspire y lo mire — supongo que es el psicópata perfecto.

Nos quedamos en silencio esperando que Evan saliera de la oficina, en mi cabeza pasaban un millón de cosas y el miedo se colaba siempre haciendo que mis manos sudaran.

Ya había sido herida por una bala, Evan había sido torturado por meses, me preocupaba el futuro y los planes que Chase tenia, la próxima vez en vez de balas podría usar alguna bomba, lastimar a mi familia, a la de Evan o a cualquier persona que estuviera cerca de nosotros.

No podía dejar de pensar en todas las opciones que tenía en sus manos para lastimarnos.

Tenía que pensar en una manera de atrapar a ese hombre o en algún lugar donde pudiera esconder a todas las personas que Evan y yo amamos, no podría soportar verlos sufrir o perderlos. De solo imaginar que los lastimaran mi corazón dolía.

Para el momento en el que Evan salió de la oficina acompañado de un hombre de unos cuarenta años, yo ya estaba temblando, hiperventilando y llorando. El temor había tomado posesión de mi mente y las palabras escritas en la nota que Evan tenía en su mano no dejaban de rondar mi mente al igual que un montón de imágenes donde Chase entraba a mi casa y lastimaba a mi madre y hermano para después ir a mi habitación y terminar con lo que quería hacer. Matar a Evan.

¿Cómo habíamos llegado a ese punto? ¿Por qué un hombre como Chase Conrad estaba amenazando nuestras vidas? ¿Por qué todo tenía que ser tan difícil?

− Abril, mírame — escuche la voz de Corey lejana — Si continuas respirando de esa forma vas a terminar...

El final de esas palabras no pude escucharlas porque mi cuerpo no resistió más la presión a la que fui expuesta las últimas horas. La oscuridad nublo mis ojos, el silencio mis oídos, la nada mi mente, me había desmayado en medio de la estación de policía y yo nunca me había desmayado en la vida.

Y de esa manera un dia que fue mejorando cada hora, fue arruinado por una sola nota pegada a la puerta de entrada.

 




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