Indomable

33. Cucaracha.

Las risas se escuchan retumbar en todo el lugar, mientras caminábamos al estacionamiento las personas que nos rodeaban se quedaban mirándonos y sonreían, éramos un grupo de adultos, haciendo bromas, riéndonos y gritando como adolescentes y en un momento Ava empezó a cantar a todo pulmón See you again para ser seguida por Dean en la parte cantada por Wiz khalifa y finalmente unirnos todos al cantar nuevamente el coro. Corey, Marcus y Dean abrazaron a Evan mientras que Liam saco su celular, empezó a caminar de espaldas para tomar un pequeño video. Le agradecería por eso más tarde.

Cuando finalmente estuvimos todos en los autos, conectamos los celulares a las bocinas y la música sonó a todo volumen en el camino a la casa de los Hunter, pasaríamos la noche ahí y como sabíamos que todos éramos bastante escandalosos llamamos a los padres de los chicos, les dijimos nuestros planes y ellos muy amablemente dijeron que iban a irse a un hotel a dormir para dejarnos hacer nuestra pijamada improvisada. Al llegar a casa Ava y yo fuimos directo a la cocina y empezamos a cocinar en grandes cantidades, mientras que los chicos buscaban películas que podríamos ver juntos.

− Creo que hoy fue uno de los días más increíbles que hemos tenido todos en este año y todo ha sido gracias a ti – ella me abrazo y yo correspondí – Evan ahora sonríe más, ha avanzado de una manera increíble en su terapia, habla con nosotros... ¿Qué sería de mi hermano si tu no hubieras intentado ayudarlo?

No tenía manera de responder a esa pregunta y mucho menos de decirle que tenía razón, porque no pensaba eso, lo que ella había dicho era una afirmación demasiado grande, me estaba dando todo el crédito por algo que había decidido hacer Evan por su propia cuenta, yo lo único que hice por él fue tratarlo como quería ser tratado: como un hombre completo y no como una parte de lo que fue.

Después de terminar todo llamamos a los chicos para que cada uno sirviera a su gusto y nos sentamos juntos en la sala de estar mientras comíamos y veíamos una película de terror, era la forma perfecta de terminar con un día perfecto.

Evan y yo fuimos a la habitación que él ocupaba en casa de sus padres después que termino la película, nos acostamos y nos quedamos mirándonos en silencio. La barba estaba creciéndole rápidamente y su cabello se mantenía siempre bien peinado, su mejillas estaban un poco más rosadas que la primer vez que lo había visto; en sus ojos ya no se reflejaban un montón de emociones revueltas y negativas, sus ojos lucían calmados, en ellos se veía alegría, esperanza, gratitud, amor... y emociones tan hermosas que lograban que se viera adorable, sus labios ahora mantenían curvados en una pequeña sonrisa la mayoría de las veces y eso me hacía sentir tan feliz que a veces mis ojos se llenaban de lágrimas.

− ¿En qué estás pensando? – susurro mientras pasaba suavemente su mano por mi mejilla.

− En lo diferente que te ves ahora – me miro y sonrió haciendo que algunas arruguitas se formaran alrededor del contorno de sus ojos – Ya no te ves como un hombre enojado, triste o desesperado. Ahora te ves feliz.

− Soy feliz, ahora mi familia comprende un poco mejor mi situación y empezaron a tratarme como lo hacían antes, ya no ven la mitad de un hombre, ellos necesitaban ese empujón que tú les diste.

− Yo no hice nada, solo me porte como normalmente lo haría − después de todo lo que pasamos mi madre y yo con Liam aprendimos que las personas que están pasando por depresión y todo eso deben ser tratadas con normalidad y brindarles las posibilidad de ayudarse a sí mismos, nada bueno sale de querer obligar a las personas a tomar un tratamiento que no desean, desde mi punto de vista debes darles la opción de seguir con su vida como la llevan o decidir apoyarse en alguien más, todo este proceso es tanto interior como exterior, hay decisiones que se deben tomar por uno mismo y entre ellas está la de recibir ayuda.

− Fuiste un poco más ruda de lo que eres normalmente – reí y abrace su cintura – pero agradezco eso, si no hubieras sido así conmigo aun estaría encerrado quejándome, gracias por el día de hoy, fue divertido estar con todos nuevamente.

− Deberías quedarte aquí para que pases tiempo con tu familia – el me miro y negó con la cabeza.

− Tu aceptaste vivir conmigo cariño, no puedes retractarte – me quede mirándolo y sonrió – En la mañana iremos a ver un par de apartamentos que Corey encontró y después de verlas iremos a comprar el regalo de Ava, su fiesta es mañana en la noche.

Asentí y luego cerré los ojos, él me permitió quedarme dormida entre sus brazos y acaricio mi cabello hasta que se quedó también dormido.

Más tarde esa noche un ruido me despertó, me levante con cuidado de no despertar a Evan y camine lentamente hacia la sala de estar, intentaba que mis pasos fueran lo más livianos posible, no quería que la persona que estaba haciendo el ruido se enterara de que estaba por ahí. Cuando estuve en la sala de estar mire alrededor, no había nadie allí y aun se podía escuchar un ruido, continúe hasta la cocina y vi un pequeño haz de luz que se movía de un lado a otro, luego de eso escuche un quejido bajo y luego un golpe seco, corrí dentro la cocina y di un grito que fue seguido por otro pero el segundo salía de la boca de Ava que rápidamente empujo a mi hermano, bajo de la encimera y me empujo fuera de la cocina. Un minuto después Marcus y Corey llegaron preocupados y se quedaron mirándonos.

− ¿Qué sucede? – Ava y yo nos miramos, luego a ellos y al unísono dijimos una palabra que por suerte era la misma.

− Cucaracha.

Los chicos asintieron y caminaron nuevamente hacia las habitaciones donde estaban durmiendo.

Nosotras nos dos quedamos de pie mirándolos caminar hasta que estuvieron fuera de nuestro rango visual y empezamos a reír a carcajadas.

− No puedo creer que nos hayas visto Abril, ¡Qué vergüenza! – se cubrió el rostro sin parar de reír.




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