Estar dentro de una estación de policía en la sala de entrevistas era aterrador, mis manos temblaban, mis ojos ardían por haber llorado tanto y tenía frio. Los policías iban y venían de allá para acá, me preguntaban una o dos cosas, luego salían, me dejaban sola bastante tiempo y después entraban nuevamente, era algo desesperante, me sentía nerviosa, ansiosa, temerosa y constantemente tenía el impulso de pedir a mi mami, estaba preocupada por Evan, que hasta la última vez que lo vi estaba sangrando. Empezaba a sentir también la fatiga, era de madrugada y llevaba horas sentada en una incómoda silla; cada vez que mis ojos empezaban a cerrarse alguien entraba.
Ya sabía lo que se sentía ser un criminal a los ojos de los demás, porque para todos esos policías yo lo era, había tomado un arma y disparado en contra de alguien y según me dijeron debían determinar mi culpabilidad, querían saber si realmente había actuado por defensa propia y no por ira u odio. Necesitaba que descubrieran eso pronto porque ni yo misma tenía una respuesta, solo tome el arma y dispare, no pensé en las consecuencias no pensé en nada que no fuera Evan.
− Muy bien señorita Deveraux, ahora quiero que me diga todo lo que ocurrió esta noche, completo – entro hablando el mismo hombre que nos ayudó cuando encontramos la nota de Chase en la puerta de mi casa.
− Ya conté lo mismo varias veces desde que llegue aquí ¿realmente necesitan una más? – pregunte cansada, quería irme a casa.
− Le disparo a un hombre, es más que necesario que repita la historia las veces que se lo pidamos – puso los codos sobre la mesa que nos separaba y me miró fijamente – Tiene que cooperar si quiere que creamos en su inocencia.
− Yo entiendo las dudas que tienen... – mis ojos se llenaron de lágrimas una vez más y empecé a contar la misma historia por quinta vez – Estábamos todos en la casa celebrábamos el cumpleaños de los mellizos, Ava y Dean, no escuchamos ningún ruido extraño, solo nos dimos cuenta de que Chase había entrado cuando ya estaba allí con su arma en la cabeza de Evan, estaba muy enojado, parecía un loco, sonreía de una manera aterradora – respire profundo tratando de calmar el temblor de mis manos que crecía cada vez que recordaba el arma en la cabeza de Evan – Ava aprovecho que él dijo algo sobre ser el segundo en todo y empezó a hablarle pero en vez de mejorar todo empeoro, él se enojó aún más y golpeo la cabeza de Evan y siguió hablando, yo recordé que el señor Hunter tenía en algún lugar de la sala otra arma así que fui a buscarla y la encontré, la tome, apunte y dispare. Luego de eso solo recuerdo algunos gritos y a Evan abrazándome, es un poco confuso todo y nadie ha querido decirme si Chase está vivo o muerto y no puedo con la incertidumbre, quiero saber si soy una asesina o no y si van a encerrarme.
Las lágrimas finalmente empezaron a salir y esta vez no intente contenerlas, estaba cansada de estar ahí sentada, de hablar de los mismo y de no saber la verdad, quería que todo acabara.
− Voy a ser honesto contigo, las cosas no se ven muy bien, pero eres afortunada Abril – era la primera vez que alguien me llamaba por mi nombre y por más estúpido que sonara me reconfortaba – Conrad no está muerto, aun.
− Eso no me hace sentir mejor.
− No estoy aquí para hacerte sentir mejor, estoy aquí para investigar y averiguar si actuaste de forma correcta.
Se levantó y camino a la salida, mientras yo puse mis manos en la mesa y escondí mi rostro en ellas, unas horas después llego un abogado que hizo que le contara nuevamente todo y luego entro un psiquiatra, hablo conmigo, me hizo un montón de preguntas sobre mí, mi niñez, mi adolescencia y como me sentía ese momento.
− Me siento ansiosa, asustada, preocupada y tengo un montón de sentimientos más que no puedo definir – asintió y me miró fijamente.
− ¿Qué sentiste cuando tuviste el arma en tus manos?
Era una pregunta fácil y difícil de responder.
− No estoy muy segura, en ese momento tenía miedo y tener el arma me dio cierta seguridad, sentí que podía defenderme y defender a las personas que quiero que estaban en peligro pero al mismo tiempo sentía culpa porque estaba utilizando el mismo recurso que él y... ahora mismo me siento demasiado culpable y estoy aterrorizada porque él está en el hospital y aunque sabemos que es una mierda de persona sigue siendo el hijo de alguien, el hermano de alguien, tal vez incluso el padre de alguien y yo solo le dispare y esto va a perseguirme toda la vida, tome una decisión que no debí tomar y siento más culpa porque creo que fue la decisión correcta, si yo no hubiera disparado habría sido él y el amor de mi vida estaría muerto en este momento...
No pude seguir hablando porque los sollozos salían descontrolados, las lágrimas me nublaban la vista y mi cuerpo temblaba, ya no controlaba más mi cuerpo, solo me deje ir y llore, llore y llore hasta que las lágrimas se detuvieron y mi respiración se controló nuevamente, el hombre que estaba frente a mí solo me miraba y esperaba a que estuviera nuevamente calmada para continuar con su trabajo. Después de eso pregunto solo un par de cosas más y se fue.
Un oficial entro, me pidió que me levantara y sin esposarme me llevo hasta una celda donde me recosté en un sucio colchón y me quede dormida hasta que sentí que alguien acaricio mi mejilla. Cuando abrí los ojos vi al hombre que amaba sonriéndome, me levante lo más rápido que mi cuerpo adormilado me lo permitió y lo abrace,
Él era todo lo que necesitaba en ese momento.