Indomable

39. Voy a pensarlo.

Al llegar a casa quise irme directamente a mi habitación y descansar, estar varias horas en un juzgado era agotador, llorar casi todo el tiempo aportaba cansancio y toda la tensión que habia tenido hacían que me sintiera aún peor, pero cuando entré a la casa, vi que toda la família Hunter estaba reunida, y me miraban sonrientes.

— Sabíamos que iban a declararte inocente — habló Ava mientras caminaba hacía mi — Así que tenemos que celebrar.

Intente hablar y negarme pero antes de poder decir algo. Marcus se acercó y me abrazó.

— Salvaste la vida de mi hermano dos veces, la primera, cuando lograste sacarlo de la casa y que empezara su tratamiento, la segunda, cuando evitaste que ese imbécil le disparara, tenemos mucho que agradecerte.

— Por última vez les dire que no tienen nada que agradecerme. Yo fui a su casa con la intención de intentar ayudar como una especie de pago por lo que Ava hizo por Liam tiempo atrás, asi como ella le dio esperanza a mi hermano y le mostro que tenia una segunda oportunidad, yo quise hacer eso con Evan, mostrarle que todos merecemos una segunda oportunidad y debemos aprovecharla al máximo. Bueno, demás esta decir que, sí Ava no hubiera estado en mi casa cuando recibió esa llamada de sus padres para quejarse sobre el comportamiento de él no habria corrido a ofrecer mi ayuda y no estaria junto al amor de mi vida.

Evan me abrazó y beso mi cien mientras Ava, Jessica y mi madre decían al unísono un sonido de ternura.

Me sentía completa ahí, con el hombre que amo, su família y la mia juntos, no necesitaba nada más en la vida con ellos en ella, había aprendido muchas cosas a lo largo de este camino y habia vivido experiencias que jamas espere vivir, era una locura pensar en todo lo que había pasado pero ahí estaba, con la casa y el corazón llenos.

Después de estar un rato con la família, comer un poco y brindar con jugo de naranja Evan y yo nos fuimos para la habitación, ambos estabamos cansados y queríamos estar a solas, después de ponerme una pijama y meterme bajo las cobijas, él me abrazó y besó mi frente.

— Creo que ahora podemos volver a buscar un apartamento, ya podemos hacer planes a largo plazo de nuevo.

— ¿Y como vamos a irnos a un apartamento si ninguno de los dos tiene ingresos fijos? — lo miré y él sonrio.

— Recuerdas que soy un soldado que fue torturado y todo eso ¿Verdad?

— ¿Y eso que tiene que ver? — pregunté y frunci el ceño.

— Tenía una carrera cómo soldado, esa era mi profesión, desde que volví me dieron algo asi como una jubilación, recibo un sueldo cada mes y es suficiente para que ambos vivamos bien — sonrió y besó suavemente mis labios.

— ¿No crees que sería mejor esperar? Que yo consiga un empleo o estudie algo y después ir o no lo sé.

— ¿No quieres vivir conmigo? — cerré los ojos y besé sus labios.

— Si quiero vivir contigo — respire hondo — Pero quiero que seamos más estables, que yo tenga un trabajo también.

— Vamos a hacer una cosa, buscaremos un lugar y nos mudaremos, si quieres trabajar puedo ayudarte a buscar un trabajo y yo también buscaré algo que pueda hacer — sonreí y él se acomodó sobre mi — ¿Te parece?

— Voy a pensarlo ¿Esta bien? — él besó mi mejilla y luego mi cuello.

— Me parece muy bien cariño, así que ahora, vamos a fingir que tengo un calambre.

Solté una carcajada y abracé su cuello.

— Cierra la boca, no haremos nada.

Digamos que mi fuerza de voluntad en cuanto a Evan se trataba no era la mejor, no podía negarme a sus besos, a las caricias que me daba y lo ardiente que podía ser cuando intentaba convencerme, caía muy fácil en sus juegos y terminaba accediendo ya que para él era muy sencillo encenderme, sabía que lugares debía tocar y cómo. Conocía mi cuerpo mejor de lo que yo lo hacía, cuáles eran mis límites y hasta donde podía contenerme. Sabía a la perfección en qué momento debía detenerse para que yo no terminando soltando gemidos que podrían delatarnos.

Con Evan a mi lado me sentía completa, mi vida tenía sentido cuando estabamos juntos.

(...)

Al dia siguiente me levanté primero que Evan y fui a la cocina, donde mi madre estaba preparando el almuerzo que llevaría a la clínica, me acerqué a ella, que de inmediato me miro y sonrió.

—Buenos dias, querida, ¿Dormiste bien? —negué con la cabeza y suspire —¿Aún estas pensando en Chase?

—No es eso —peine mi cabello hacía atrás y la miré —Evan volvió a preguntarme sobre vivir juntos y...

—¿No quieres hacerlo? —preguntó de manera acertiva, como siempre que tenía un dilema.

—Mamá, yo no tengo un ingreso y él tampoco, no podemos vivir de aire, no es el momento correcto para hacerlo —la miré y aprete los labios — Lo amo , y obviamente quiero estar con él, pero creo que no es el momento.

—Debes ser honesta hija, dile lo que piensas, él te ama también, va a entenderlo.

—¿Y qué si no lo hace? —ella sonrio y puso una de sus manos en mi mejilla.

—Pues que se joda, asi de sencillo —levanto los hombros —Deben hablar, meditar las cosas, ir con calma y decidir juntos que es lo mejor, ambos deben ser conscientes de que, en una relación, a veces hay que ceder en algunas cosas.

—Esta bien, lo tendré en mente mamá — reí un poco —Esto me pone demasiado nerviosa.

—Lo sé, es difícil pensar en vivir en otro lugar, donde vas a ser independiente, responsable y donde no tendrás a tu mamá todo el tiempo.

—Te extrañaría si me fuera —la abrace y besé su mejilla.

—También yo a ti, pero ese es el ciclo de la vida, los hijos crecen y toman su propio camino — sonrió y me alejo de ella —Piensa bien todo esto y cuando tengan una decisión tomada, diganme.

Asenti y caminé nuevamente a la habitación. Evan y yo debíamos hablar y como mi madre dijo, era necesario ceder cada uno un poco.

 




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