Tres semanas antes...
Renata.
Este otro de esos días que tengo que esperar aquí sentada a que mi madre termine de trabajar.
¡Ja! Si claro, como si a eso se le pudiera llamar trabajo. Un trabajo donde todos te consienten, eres el centro de atención, y de paso te hacen mimos.
Básicamente su mundo gira en torno a las cámaras, vive entre luces y flashes. Y yo envés de ser su hija, parezco su sombra. Si, definitivamente soy su sombra.
Ella es una mujer demasiado atractiva y exuberante ante los ojos del mundo, porque así es como la conocen, "la novia de todos y todas". Pero nadie la conoce realmente como la conozco yo, su hija. Yo soy como el mosquito del mundo, irritante, latoso, molesta, en fin.
Ella es alta, esbelta con algunas ayuditas, claro está. Nada es perfecto en la vida. Pero igual su naturaleza es ser bella, demasiado bella. Y extravagante también. Tiene una figura envidiable, una belleza exótica, que despierta las miradas de unos y la envidia de otras. Es sexy aunque me cueste reconocerlo. Es Inevitable no mirarla. Literalmente para un tráfico, y de paso hace que yo me compare con ella casi todo el tiempo, cabello largo, negro. Siempre lo lleva perfecto, a veces lacia, a veces con ondas, o a veces simplemente lleva una cola de caballo que hace que se le vea más abundante, Y le resalte aún más sus rasgos. Se peina, o más bien la peinan y maquillan como veinte veces en el día.
Las pocas veces que está en casa conmigo, Aunque yo en realidad prefiero encerrarme y pasar el día en mi cuarto escribiendo en mi diario, o escuchando música, viendo diferentes pasos de baile, o practicando, Con tal de evitarla y no tener que escuchar sus extraordinarias conversaciones de vida perfecta cuando está en los escenarios y las pasarelas. Da igual como sea. Cuando está en casa y no esta maquillada, y simplemente tiene la cara lavada y un moño despeinado o una trenza de lado, Se ve igual de bella, incluso más joven. Sus ojos almendrados, grandes y penetrantes. Sus largas pestañas hacen que se vean aún más grandes y llamativos. Realmente hace que todos los tipos queden con los pantalones abajo. ¡Ja! Y mujeres también. Siempre da de que hablar.
Si, definitivamente es la sensación. "Toda una diva".
Mis ojos son iguales, con la diferencia de que son un poco más claros, color miel- grises, no sé, creo que cambian según mi estado de ánimo, o según mi humor. Y casi siempre es el mismo... De la ostia. En fin, ella no deja de ser hermosa y le hace honor a su nombre cuando todo mundo la llama "Mi REINA".
Mientras tanto yo sigo siendo un bicho raro, más baja que ella, porque un 1.65 al lado de un 1.73 de estatura y un poco más cuando se sube a esas plataformas "quiebra patas" que usa casi todo el tiempo.
Ella es despampanante, No tiene comparación.
Con mi estilo roquero, mi cabello ahora Naranja Cobrizo y corto, un tipo de corte un poco más arriba de los hombros y mi fleco, que ya está desteñido por cierto. Cambio de color cada tanto, cuando se me da la gana de hacerlo. Y no me importa lo que piense nadie, inclusive mi madre.
La mayor parte del tiempo la gente cree que somos hermanas, y que ella es mi hermana mayor. ¡Claro, cómo no!, más obvio no puede ser, con su estilo y forma de vestir; en un tiempo más, yo pareceré la tía. Pero bueno, esta es mi vida y ella es mi madre, la realidad como es.
Pero aunque me lo niegue yo misma, y no se lo reconozca, no siempre es tan malo estar con ella, claro, cuando no sale con alguna de sus estupideces, que divertirá a los demás, Pero no a mí. No se puede desmentir que me ha dado mejor vida de la que ella tuvo en su época. Una vida de lujos y comodidades hasta ahora, y me crió "sola", bueno en compañía de su amiga y asistente, Lucia, que es también mi madrina y ha sido como una madre para mí, más que mi propia madre, por años; Y exceptuando a sus noviecitos; porque algo que siempre he odiado, es cuando mi madre me ha presentado a muchos de sus novios y los ha traído a casa para cenar, o simplemente para que yo entre en confianza e interactúe con ellos. Pero de eso, Jamás. Aunque con ninguno dura mucho tiempo, y yo casi siempre he tenido algo que ver para espantarlos y que salgan corriendo como los cobardes que son. Hago de las mías para sacárselos de encima si me caen mal, solo para fastidiarlos, la verdad es que ninguno me ha agradado.
A veces me pregunto si alguna vez se ha enamorado de verdad, si realmente quiso a alguien en su vida y con quien quisiera compartirla siempre. Si amó alguna vez a mi papá, o simplemente a tratado de llenar ese vacío que siente, solo por miedo a estar sola; porque sé que se siente así, aunque frente a las cámaras siempre finja esa sonrisa cálida y entusiasta, si no la conociera, hasta yo le creería. Pero A mí, no me engaña.
Todo lo que me ha dado. Una vida de "ensueño", de comodidades, una madre soltera, aunque eso haya implicado dejarme sola casi durante toda mi vida. Si, crecí prácticamente sola, haciendo lo que se me ha dado la gana, aprendí a defenderme, a valerme por mi misma. Tuve "la universidad de la calle". Cuando tenía doce, la propia Reina me inscribió a unas clases personalizadas de Kick boxing, me hice ruda y un poco tosca, una versión femenina menos delicada, así que algo que debo reconocerle a mi madre, es que hizo de mí, una versión diferente, alguien libre, fuerte sin cortarme las alas, sin ciertos prejuicios y con un carácter igual de temperamental al de ella. Pero no soy una zorra y no dejo que cualquier pervertido me ataque y se pase de lanza conmigo. Pero ese, es otro asunto.
Y bueno, esta es mi vida y como siempre Rena...
— Renata ¿Dónde andas? — Si, ese es mi nombre, y ahí está mi impertinente madre sacándome de mis pensamientos y haciendo uno de sus shows en vivo. Como siempre.