Indomable

PRÓLOGO

El mar es salvaje, es libre. El mar es alguien incontrolable. Alguien indomable.

Quería ser como el mar. Necesitaba esa calidez y seguridad que me ofrecía. Necesitaba; no, ansiaba alcanzar la pureza de sus curvas. Alcanzar la perfección a través de sus abstractos trazos.

El mar me abrazaba, me hundía mientras aquella voz retumbaba en mis oídos susurrando:

<<¡El mar, el mar!
 


 

Dentro de mí lo siento.
 


 

Ya solo de pensar
 


 

en él, tan mío,
 


 

tiene un sabor de sal mi pensamiento.>>
 

 

Él se despedía de mí. Cerré los ojos y me despedí de él. 




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