Indomable

En aprietos

 

Me encontraba en mi deliciosa cama durmiendo cuando dos golpes me despiertan, me limito a contestar bien pero ¿a quíen diablos se le ocurre interrumpir mi dulces sueños? contesto con un pase y me impulso con mis manos sobre la cama para poder sentarme, con los ojos entre abiertos miro hacia la mesa de noche donde se encuentra mi reloj y me doy cuenta que es demasiado temprano, pues eran las 5 de la mañana, definitivamente quien haya sido tiene algo muy importante que decirme para despertarme a tan semejante hora, escucho la puerta de mi cuarto abrirse y entra Angélica, mi amiga, con una cara demasiado larga como si le cabaran de decir que murió Pablo (su pájaro que se volvio como su mejor amigo), ella es delgada de cabello negro casi igual como la noche al igual que sus ojos, es bajita no debe medir más de 1.50 y tiene unos labios pálidos a decir verdad es bonita y es la única amiga que tengo pues todas de la aldea solo les preocupa encontrar a sus mates por lo contrario ni a ella ni a mi no nos interesa nada de eso, solo una cosa nos gusta y es dormir.

-¿Puedo saber por qué cojones me despiertas a las cinco de la mañana? si alguien murió te pudiste haber esperado al menos que amaneciera, igual no va revivir- le digo con una cara y voz algo adormilada

- ¡¿Qué?! no nadie a muerto..... aún - dijo lo último casi entre dientes pero aún así logré escucharla a la perfección y con un tono de voz serio algo demasiado sorprenderte de ella pues es demasiado risueña podria decir "zapato" y ella estaría muriendose de la risa  

- Entonces ¿por qué entras de esa manera a mi cuarto y peor aún diciendome que alguien podría morir?- pregunto para acabar con tanto misterio a decir verdad me gusta que me digan las cosas claras, sin rodeos ni anestecia, así de zopetón 

-Yo nunca dije que alguien podría morir

-Claro que si, dijiste "aún"- digo repitiendo sus palabras y haciendo las comillas con mis dedos 

-Aaaaaa es cierto vístete porque Alfredo te quiere ver, al parecer te quieren para una misión- dijo mientras abría mi closet sacando ropa

-Esta bien en fin ya me espantaste el sueño- digo levantandome de la cama para entrar al baño y darme una ducha

-Yo....... lo siento- dijo mientras se encojia de hombros y ponia unos jeans negros, una playera azul y una sudadera de cuero negra 

-ya no importa- dije moviendo mi mano para restarle importancia

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-Me buscaba señor?- digo mientras entraba a su enorme oficina enfrente estaba un escritorio con dos sillas negras, del lado izquierdo estaba un librero y del lado derecho un sofá café con una mesita de vidrio, unas ventanas enormes que abarcaban el sillón y el escritorio dando la vista a todos de la aldea 

-Si, toma asiento- obedezco sentándome enfrente de él- verás, hoy haremos una emboscada para nuestros grandes amigos, los margayan- inmediatamente mi cerebro viajó a los libros que leía de pequeña, en uno de ellos se describían como seres conocidos como "Los hijos de la naturaleza", si creció un árbol es porque uno de ellos tuvo un hijo ya que era parte del ritual para cuando murieran fueran enterrados en el mismo lugar o símbolo que los vió crecer, así es como ellos describen la eternidad , si hay una tormenta eléctrica es porque están discutiendo y si hay un arcoiris simplememte es porque están felices; sin embargo, las demás aldeas quieren quitarles sus tierras ya que se dice que son lugares realmente hermosos- por como comprenderás ya nos hace falta un cambio de tierras y es por eso que te mandé a llamar 

Me quedo asombrada por lo que acababa de escuchar recuerdo que mis padres antes de que murieran nos hicieron prometer a mi hermano y a mí que jamás nos metieramos con algún margayan ya que era de mala suerte dañar a la naturaleza y aquí estoy a punto de romper mi promesa- ¿no cree que es un poco imprudente?, digo, si es verdad que las tierras que portan son tan hermosas ¿por qué siguen siendo ellos los dueños? - pregunto con una ligera esperanza de que pueda cambiar de opinión y no tener que romper mi promesa, además no me gusta dañar a quien no me a hecho nada  

-No- su voz fría y firme me saca de mis pensamientos, toma un ligero suspiro y me mira con esos ojos rojos que siempre me han dado miedo, pero nunca se lo dije, tenía la idea de que no le caía bien y si se lo decía tal vez me asustaría en las noches o yo que sé- nos ayudarás y no es pregunta, es una orden- corrijo, tengo la idea de que no le caigo bien 

-No puedo negarme-  además en estos tiempos la palabra no importa, si alguien te promete algo claramente no le creerías y eso es triste, el humano lo único valioso que tiene aparte del sentimiento y pensamiento propio es la palabra pero bueno igual no puedo decepcionar a nadie por romper una promesa ¿mis padres?, me los asesinaron de pequeña, ¿mi hermano?, no sabia de él desde hace 13 largos años y yo creo que está muerto, ¿amigos?, no consideraba a nadie como amigo a no ser de Angela y Adam pero ellos son unos lobos se pueden cuidar solos e incluso más que yo, más que una simple humana- ¿qué es lo que tengo que hacer?

-Escucha aténtamente 

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-Ya están todos en sus puestos jefe- comuniqué a sus espaldas  

-bien has lo que te toca- dijo sin mirarme 

-bien- tomo un ligero suspiro para concientizarme,  ya nos encontrabamos en el bosque donde viven los margayan apunto de ser emboscados pues el plan era hacerlos salir de su casa eran pocos pero fuertes por ello teníamos asignado uno en especial el cual le teníamos que dar un tiro perfecto entre las cejas y para ello debíamos estar cerca, usamos unos amuletos que la bruja de la aldea hizo para protegernos ya que lo que provocaban en la naturaleza regía a todo ser vivo, me armo de valor y por fin toco la puerta en ese momento sale el más viejo de todos o sea su jefe -hola

-¿A que se debe su visita señorita Liliana?




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