Una mañana fresca, pero un amanecer con colores muy vivos, Ruth sabía que su vida hoy cambiaria, que todo mejoraría, y que sus sueños se harían realidad, después de tanto tiempo, y de tantos esfuerzos, estaba a punto de publicar su primer libro de poemas, donde reunía cada uno de sus más profundos sentimientos, sus temores, sus tristezas y… su primer amor, estaría por siempre en su corazón y eso estaría reflejado en su vida. Ruth caminaba hacia la editorial, sonriendo, y observando a cada persona, unas felices, otras malhumoradas, pero cada una un mundo distinto y por conocer, cuando vio las puertas de la editorial desde lejos, unos 15 metros sonrió ampliamente, y observo un chico sentado en las escaleras, se dirigió allí, lentamente, cada que iba más cerca el chico se le hacía conocido, hasta que frenó en seco, el chico la observaba y ella lo observaba, parecía que el mundo se había detenido, Ruth se sonrojo y pensó “Mi primer amor”, y él, le sonrió.
Años antes
Los pájaros cantaban, y parecía que bailaban en un charco, Ruth pensó en que quizás eran pareja, o que intentaban cortejarse “Maravillosa naturaleza”, pensó mientras observaba por la ventana de su salón de clase, se encontraba en clase de filosofía, bueno, su cuerpo estaba allí, pero su interés se encontraba en los simples pájaros.
-Ruth Gonzáles, segunda vez que le llamo la atención en una sola clase- Ella se sobresaltó y miro a su alrededor, todas las miradas se encontraban en ella.
-No sucederá más, discúlpeme- Su profesor asentó y continúo hablando sobre el próximo libro que leerían en clase. Ruth se encuentra cursando el grado 9°, desde que entro a ese grupo se siente más aceptada y su inseguridad se ha estado yendo poco a poco, ha ido consiguiendo amigas poco a poco.
Al terminarse la clase Ruth salió con sus amigas, Larisa y Cintia, se dirigieron a la cafetería a comprar su desayuno, y de allí a la cancha de futbol, el chico que le gustaba a Ruth se encontraba jugando, al llegar a la cancha tomaron asiento en las tribunas más altas, para tener una mejor vista, el equipo de Dante, se encontraba perdiendo 2-0, Dante es el chico que le gusta a Ruth, ella comenzó su tarea diaria observarle en sus partidos, solo a él, sin saber que más pasaba a su alrededor, y pensando si en algún momento el cumpliría su promesa, lo haría, pero no iba a salir como Ruth esperaba.
- ¿Qué más te ha dicho ese chico? - Pregunto Larisa a Ruth con un poco de enojo en su tono, Larisa no soportaba a Dante, y pensaba en que no merecía a Ruth.
-Nada, solo hablamos todos los días, no muy seguido, pero nunca me dice nada sobre lo acordado.
-Apuesto lo que sea a que él no te va a cumplir, solo tiene a miedo a dejar su vida de galán, no es lo suficiente maduro para centrarse en una sola chica-Dijo Cintia sin importarle si algo le afectaba a Ruth, y era claro que le afectaba, ella seguía aferrada a su promesa de que serían novios.
-Lo se Cintia, pero sinceramente si quiero que pase algo con él, es como mi príncipe azul, es hermoso.
-Aja, ¿Y su forma de ser qué tal? –Ruth sonrió y se tapó su rostro.
-Ha sido muy lindo conmigo, atento, aunque ya no lo es tanto… mira Cintia simplemente me gusta- Ruth en ese momento se quedó sin argumentos, pues Cintia tenía razón, ella no conocía bien su forma de ser, y realmente solo se estaba basando en su físico y quizás en una química que a veces se tiene con algunas personas, pero que nunca llega a nada.
-Sí, apenas tenemos 16, no estamos listas para comprender eso, estamos para disfrutar y aprender, luego nos complicamos con eso, hazme caso-Ruth comenzó a mover su cabeza negativamente, aún tenía las manos en su rostro. En ese instante el partido termino y el equipo de Dante termino, Ruth observo como Dante salió bastante enojado de la cancha, ella deseaba ir y consolarle, darle su apoyo, que el supiera que ella estaba con él, pero en ese momento se acercó otra chica, Luisa, no pasó nada, pero Dante se quedó hablando con ella y Ruth decidió retirarse a sus clases, clase de matemáticas con su directora de grupo, después de esa clase, sería otro recreo, en el cual ella esperaba que Dante se acercara a ella, pero no fue así, Dante estuvo libre efectivamente, pero estuvo con sus amigos, en la última clase de Ruth no le fue muy bien, pues nuevamente la vieron distraída y obtuvo el castigo de quedarse organizando el laboratorio de su colegio.
-Amiga, si deseas te ayudamos- Cintia y Larisa se ofrecieron, pero Ruth no acepto.
-No, esto yo me lo gane, entonces no pasa nada- Se despidió de sus amigas y se fue al laboratorio.
Le habían dado instrucciones de que limpiara todo, pero en especial las ventanas, así que fue por un balde, trapo y jabón al cuarto de aseo, volvió al laboratorio y comenzó a lavar las ventanas, Ruth no se había percatado que desde el segundo piso Dante la observaba lujurioso, y con varios planes en su mente, Dante bajo y se fue acercando a ella sigilosamente, entonces Ruth se dio cuenta de su presencia.