Los humanos tenemos la capacidad de pensar antes de hablar, todos la tenemos, pero en algunos casos es difícil hacer uso de ella, tus pensamientos se vuelven uno con tus emociones y deseas expresarlos fervientemente, sin darle la oportunidad a tu cerebro de que observe la situación a tu alrededor, y las personas en ello, esto paso con Ruth, cuando sin querer sus labios entonaron "Tienes unos ojos muy hermosos" automáticamente sintiéndose una hostigadora, pensó que ese comentario era demasiado.
-Discúlpame Jasón- Ruth no sabía que más decir, solo miraba sus pequeños tacones, y pensaba en cómo irse de allí.
-Oye tranquila, solo fue un comentario, todo mundo necesita expresarse- En ese momento llegaron 2 chicos, amigos de Jasón, cruzaron unas palabras y empezaron a arrastrar a Jasón-Disculpa Ruth, debo irme- Por poco y no termina de despedirse, se lo llevaron, y ella quedo allí, sentada sola y avergonzada, recordó que su amiga la había dejado sola hace unas horas, y ni se había inmutado en buscarla, así que decidió ir a buscarla, se puso de pie y acomodo su vestido y saliendo al jardín se encontró frente a Dante, su rostro se sonrojo, y Ruth noto la vergüenza que tenía.
-Discúlpame- Fue lo único que pudo decir y se quedó allí parado en silencio, Ruth le sonrió y asentó- ¿Podemos hablar en otro lado? Allí en el jardín hay unas bancas- Ella asentó y lo siguió, bajaron por unas escaleras de cemento, el jardín parecía de un palacio, tenía una fuente en el centro y alrededor dos bancas, y muchos arbustos y rosales blancos.
-Qué bonito jardín-ella noto que no había casi nadie, solo otros dos chicos andando y ella y Dante, ambos se sentaron en una banca, Ruth se sentía feliz porque se encontraba junto a Dante, porque sentía que él le estaba brindando atención.
-Cuando llegué y lo vi, pensé en venir contigo, me pareció bastante lindo, como tú- Dante toco la mejilla de Ruth y se acercó un poco a ella.
-Me intimida tu mirada- dijo ella intentando disipar el silencio, ella sabía que el quería besarla, pero no quería que fuera tan precipitado, en ese momento comenzó a sonar una canción lenta, Dante no dudo ni un segundo e invito a bailar a Ruth, ella lo observo mientras seguía sentada, tomo la mano de Dante y el la pego a su cuerpo en un instante, ella pudo sentir su aroma, y como las manos de él rodeaban su cintura, ella poso sus manos en los hombros de él, y comenzaron a bailar, lentamente, Ruth lo admitía, ella no sabe bailar, así que solo se dejó llevar, puso su cabeza en el pecho de él, mientras seguían los mismos pasos, repentinamente Dante interrumpió el baile y observo a Ruth, su mirada era intensa.
-Eres muy bella- él se acercó a su rostro y el pequeño espacio que existía ente ellos, desapareció, ella abrió un poco sus labios y el comenzó a besarla, un pequeño y feliz beso, Dante la apretó contra él, y aunque Ruth se sentía bien, quiso detener el beso, lo observo y lo abrazo, y ella se retiró de allí. Así había finalizado esa noche, quizás tal y como ella quería en ese momento, pero no en un futuro.
...
Ruth despertó, se encontraba en casa de su amiga Cintia, ya era bastante tarde y debía irse a casa, tomo su celular y tenía dos mensajes, uno era de Dante, y otro... de Jasón, se quedó fría ante eso, recordó la vergüenza que paso con él y rápidamente apago el celular, sin responderle a ninguno, deseaba despertar a Cintia para decirle que se iba, pero conocía su genio, así que se puso de pie e intento dejar su habitación organizada, le dejo una nota y salió de la habitación, pero al bajar a la sala estaba la madre de Cintia.
-Buenos días Ruth, ¿ya despertó Cintia?
-No, realmente sabes cómo se molesta, y debo irme, entonces la deje durmiendo.
-Quédate a desayunar, bueno casi almorzar.
-Muchas gracias, pero ya voy bastante tarde- Ruth se despidió, y salió de allí a buscar un taxi, eran las 11 de la mañana, si, ya iba bastante tarde, debía ayudarle a su madre a cocinar, pues su tía iría a visitarlas. Al llegar a casa, entro con cautela y sonriendo, por suerte su madre no se encontraba en la cocina, así que se relajó, pero lo que no sabía era que desde la ventana del jardín de atrás la observaba.