Inefable

La mañana después

Abrí mis ojos y Matt estaba mirándome.

-Bella durmiente son las 8:40- miro su reloj – 8:43 para ser exactos. Tengo mucha hambre así que o te levantas y me haces el desayuno o te levanto a patadas en el culo.

-Gran manera de despertarme, eh.

-Bueno, ¿qué esperas?

-Dame 15 minutos más- me di la vuelta y me tapé hasta la cabeza.

-Ni lo creas, te levantas- Matt me destapo y tiro de mi brazo, su cara quedo pegada a la mía, me miró por un instante. Nunca lo había visto así, tenía una mirada diferente o yo lo miraba diferente. Volví a la realidad cuando no tuvo mejor idea que lamer mi mejilla derecha.

-¡Matty! Eso es asqueroso- dije mientras me reía.

Bajamos y en la mesa estaba mi madre y Gin.

-Buenos días, hice café y tostadas- dijo amablemente mi mamá.

-Gracias señora Vanesa- Vanesa era el nombre de mi madre.

Mi madre se retiró, era tarde, los domingos por las mañanas iba a la iglesia. Gin, Matt y yo nos quedamos desayunando juntos.

-¿Qué tal, cómo está la parejita feliz?- mi hermana siempre hacia esos comentarios. Una noche hacia un par de meses, yo me había enojado por uno de sus chistes y me había encerrado en mi cuarto, ella fue a disculparse y me dijo que lo hacía porque creía que hacíamos linda pareja y que sabíamos todo el uno del otro, que estaríamos bien juntos, nunca lo había pensado, pero esa mañana viendo a Matt de cerca y pensar en todo lo que pasamos juntos, me hizo pensar que tal vez no estaba tan equivocada.

-Hey, que no puedas pasar la noche con un adonis como yo, no te da derecho a molestarnos, además solo somos amigos- este comentario de Matt me trajo a la tierra.

-Si quiero puedo tener a cualquier hombre que se me antoje, todos me desean- Gin era bastante engreída, pero todos sabíamos que también lo fingía un poco, era una persona increíble. Ellos siempre bromeaban con cosas así, de hecho creo que él sentía algo por Gin, pero quien no, era alta, esbelta rubia (aunque teñida), ojos verdes y con más curvas que las que una persona normal podría llegar a tener, además de su belleza externa tenía esa personalidad increíble, nunca la ibas a ver mal, siempre sonriendo e iluminando cada lugar al que se presentaba. Siempre quise ser como ella.

-Bueno niños, tengo que irme, después de todo el amor no siempre toca a la puerta- le guineo un ojo a Matt, agarro su chaqueta y se fue, llevaba puesta una falda corta y una camiseta que, MIERDA, en serio le quedaba bien, yo nunca luciría como ella, su ropa en mí se veía sin gracia, pero en ella todo tomaba forma y otro color.

-¿Qué vamos a hacer hoy?- dijo Matt sacándome nuevamente de mis pensamientos –estas rara, ¿estás bien?

-Sí, estoy bien, solo estaba… solo pensaba en la fiesta.

-Muy bien niñita, deberíamos pensar en todo- Matt siguió hablando pero yo no podía concentrarme en lo que decía, solo pensaba en sus ojos, no podía ser que empezara a sentir algo por mi mejor amigo, el que cuando era niña me pegaba como si fuera un hombre, el que me escupía, pero ahora estaba tan JODIDAMENTE bueno que no podía no pensar en él.

-Hey, honey, ¿estás escuchándome?

-Sí, perdón.

-Bueno, como decía - siguió Matt, esta vez procure presarle más atención - creo que debemos comprar mucho alcohol, te tienes que embriagar hasta que no puedas mantenerte y tener la mejor noche de tu vida...

-Pero Matty, si me embriago y no recuerdo nada al día siguiente no podré saber si fue la mejor noche de mi vida...

-Tú te embriagaras y vas a estar a mi cargo, por lo tanto todo lo que te pase será culpa mía, no voy a quitarte los ojos de encima.

-No quiero que seas como mi madre.

-Anda, será divertido, ya sabes, tu, un par de tragos de mas, Toby... -Matt levanto sus cejas en una mueca perversa.

-Ja, ja, ja, Matty basta- dije golpeándolo en forma chistosa.

Matt agarró su celular y marcó algún número.

-Hola, Travis, soy Matt, ¿me recuerdas?- no sabía con quien hablaba, nunca había escuchado hablar de ese tal "Travis" -Bien, bien, me recuerdas, escucha, necesito un favor, que consigas todo el alcohol posible, haremos una fiesta- se veía bien hablando tan despreocupadamente - ¿De quién es la fiesta? Pues de una perra que quiere embriagarse hasta vomitar- le lancé una mirada acusadora por ese comentario, no quería que ese tal Travis pensara cualquier cosa sobre mi -Era chiste, es de mi mejor amiga, tu consigue eso... claro que estas invitado, trae a tus amigos... adiós.

-Matt, ¿quién es ese tal Travis y porque no había escuchado de él?

-Bueno, mira, como tu mejor amigo hombre, hay cosas que no puedo contarte, que preferiría decírselas a un hombre, pero tú ya eres como uno, mírate esa ropa y esa cara, creo que vas a necesitar afeitarte- dijo mientras acariciaba mi mentón.

-¡Matt!- dije riendo -estás loco, ¡ya cuéntame!

-Travis es un viejo amigo, ¿recuerdas el niño que tu creías que te odiaba solo porque no quería jugar contigo cuando niños? Bueno, su nombre era Travis, se había mudado a Italia, pero ha vuelto hace un par de meses. Travis sigue siendo un "niño rico" y con muchos contactos.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.