Inefable

La organización de dos grandes fiestas

-Ahora dile la otra cosa- dijo mi madre mientras le daba un pequeño codazo a mi hermana

-Ah, sí, si, como olvidarme, hermana, quiero pedirte algo muy especial…- me miró por unos segundos y luego dijo –quiero pedirte que seas mi dama de honor principal.

-¡Pues claro que sí! Estoy muy feliz de que me lo pidas- ambas nos levantamos y nos abrazamos fuerte.

-Vas a tener que ayudarme en todo, en cada pequeño detalle quiero tu opinión.

-Voy a traer más té y pastel para celebrar. Mi madre se levantó y fue a la cocina.

-Hermana, te voy a ayudar en todo pero necesito que me ayudes con dos cosas.

-Bien, dime, en que puedo ayudarte.

-Una, con Matt estamos planeando una fiesta para mi cumpleaños y necesito que me ayudes con todo, incluyendo la ropa, y dos tiene que ver con un chico…

-¿Con un chico? Hmm, ¿quién podrá ser?- interrumpió mi madre.

-Ay mamá, siempre tan metida- dijo mi herma echando una risita – después hablamos de esto- me guiñó un ojo y ayudo a mi madre con las tazas.

-¿Pensaste dónde comparar el vestido, el pastel, la decoración y esas cosas?

-De hecho tengo una asesora que me ayuda con esas cosas, para conseguir el mejor lugar, ella viene para acá en un par de días y me dirá que encontró.

Pasamos un buen rato hablando de la boda y mi hermana me mostró un par de diseños de vestidos que tenía pensado para mí, también nos mostró fotos de pasteles y de los colores que quería en su boda, todo era muy delicado y perfecto.

Luego de esto subí a mi cuarto y mientras estaba en la computadora haciendo unos deberes mi hermana tocó a la puerta.

-Kiki, ¿puedo pasar?

-Claro, pasa. ¿Pasa algo?

-No, no, solo quería hablar contigo de lo que dijiste abajo.

-Ah sí, eso- me saque los anteojos, los dejé en el escritorio y giré la silla en su dirección, ella estaba sentada en mi cama.

-Primero dime que es eso de la “fiesta”.

-Matt creyó que era buena idea hacer una fiesta para mi cumpleaños, ya que “no todos los días cumples 18 años”.

-Me parece una gran idea, yo tuve mi fiesta, no sé si recuerdas.

-Sí, pero una pequeña fiesta, Matt ya invitó a 200 personas, más o menos.

-Ustedes dos esta locos…- me miró y se rio, no fue acusándome –definitivamente van a necesitar ayuda, ¿mamá sabe de esto?

-Sabe, pero ella cree que solo serán unas pocas personas, no le diré que son tantas, ella no va a estar en todo el fin de semana.

-Bien, ¿qué tienen planeado?

-Alcohol, música y no sé, yo de estas cosas no tengo idea.

-Muy bien, algo muy bueno para este tipo de fiestas es dar gelatina con alcohol, hacer juegos para beber y poner buena música.

-Déjame llamar a Matt para que venga- marqué su número en mi celular unas cuatro veces, a la quinta me atendió –Matt, dime que estás en tu casa y sin hacer nada… hmm… claro… cuanto antes.

-¿Qué te dijo?

-Dijo que estaba en lo de sus abuelos, pero que vendría cuanto antes. ¿Qué debería ponerme en esa fiesta?

-Muy bien, para ese tipo de fiestas y ya que tú eres la razón de la fiesta, debes estar despampanante.

-Pero yo no tengo ropa así.

-Hmm…. ¡Creo que deberíamos ir de compras!- agarro mis manos y ambas reímos, hacía mucho que no la veía y vaya que la extrañaba.

Nos quedamos acostadas en mi cama un rato, ella me contó cómo era California y su casa. Sentimos que alguien tocaba la puerta y era Matt.

-Buenas tardes, señoritas, ¿cómo están?

-Hola, Matt- dijimos las dos al mismo tiempo mientras nos levantábamos

-¿A qué se debe esta solicitación de la presencia de mi persona?

-¿Solicitación? ¿Existe esa palabra?

-Gin va a ayudarnos con la planificación de la fiesta.

-Hmm otra responsable de que esta casa explote- Matt se quedó pensando -¿Qué tienes en mente mi brillante y maléfica amiga?

-Ja, ja, ja- rio Gin –tenía pensado hacer gelatina con alcohol, unos juegos para beber y conseguir un buen DJ.

-Amo esa mente maliciosa que tienes- Matt la miró con cara pervertida –Estás en lo cierto amiga mía.

-Propongo que la fiesta sea sorpresa- mi hermana le extendió la mano a Matt ofreciendo cerrar el trato.

-Trato hecho. Matt estrechó su mano con Gin – Querida mía -dijo mirándome – no estarás más enterada de nada hasta esa noche.

-Oye, eso es de mala persona, es “mi fiesta”- lo golpee en su brazo.

-No, no es malo, de hecho está muy bueno, no tendrás que preocuparte por nada.

-Yo quiero estar metida en esto.

-No te pongas chinchuda, querida- Matt se acercó y se sentó junto a mí.

-No es chinchuda, solo que quiero organizar mi propia fiesta,

-Cálmate o voy a tener que recurrir a mis métodos de torturas- él se levantó levemente para acercase más.

-No, Matt, por favor no…




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