Inefable

Capítulo 2

Los días pasaron en cámara lenta, como si estuviera en medio de una calle súper transitada y la gente caminara raudo ocupándose de su vida, hablando por celular, riendo, todos a la misma dirección y yo fuera en retroceso lentamente, mirándolos a todos continuar con sus vidas.

Estaba en clase de portugués (amo el portugués y ya les contare por qué) cuando mi mejor amiga Taima se sentó en mi pupitre, y no digo que se sentara a mi lado, si no en la mesa del pupitre, cabe mencionar que aplasto todas las cosas que tenía encima, pero bueno, Taima es algo desconsiderada y descarada como ella sola, y eso es porque generalmente ve la vida como una forma de vivir el aquí y ahora, pero dejando de lado que tengo una amiga completamente opuesta a mí, debo decir que cuando se trata de penas y eso incluye "corazones asquerosos" como ella suele llamar a la gente que se enamora, siempre está allí apoyándome, por más que yo la quiera alejar.

-Basta de tu mierda. -Señoras y señores, esa es mi amiga y su vocabulario.

La miro esperando que diga algo más, pero no lo hace. -Hola a ti también. -Le digo con desgano.

-Toma te traje esto. -Me responde buscando algo en su mochila y sacando una caja, me la entrega. -Dicen que los chocolates arreglan la mierda del corazón.

Miro la caja como si fuera un objeto volador no identificado.

-¡No lo mires así! -me grita Taima. -¡Sabes que me cuesta hacer esto! -prácticamente me empuja la caja en el pecho. Mira a ambos lados del salón, medio vacío, como cerciorándose que nadie la vea o la escuche y luego se acerca a mi oído. -No puedo seguir viéndote triste por ese imbécil, solo dime donde vive y lo mato.

Me obligo a sonreír por su comentario, es lo bueno de tener a una amiga del polo opuesto, nunca compartirá tu dolor, porque si fuera así, estaríamos sumergidas en el mar de la desolación y nadie nos sacaría, en cambio ella ayuda un poco a que salga por respiración a la superficie.

-En serio Shaw, solo dime donde lo puedo encontrar, le diré un par de verdades y ya. -Me dice con toda la determinación que puede encontrar.

-Basta Taima, nadie matará a nadie, se terminó y punto. -Trato de mostrarle que soy indiferente a lo que sucede, pero ni yo me la creo.

-Si claro, ya te dije que no veas a las personas como si fueran personajes de Disney, ese tipo es un imbécil más Shaw, no existen esas mierdas, ¿quieres dejar de torturar tu corazón?. -Me mira como si fuera un cachorrito desolado. -Hazlo por mí, ¿sí?

La miro y tengo ganas de llorar, pero no lo hago, Taima está tratando de llegar a mí, porque sabe que cuando estoy en situaciones tristes siempre busco alejarme de las personas y no quiere eso, a su modo, quiere estar a mi lado.

Suspiro. -Gracias.

-Aún no me dices que lo harás. -Espera una respuesta, que no sé si podré darle.

La miro e intento decidir, pero nos distraen un grupo de estudiantes entrando al aula, con el profesor Evans detrás, oh genial, una buena salida.

-Llego el profesor favorito.- Le digo a Taima, inmediatamente se voltea, cruza las piernas, debo recordar que sigue sentada en la mesa de mi pupitre, pero eso no es problema para ella.

-Profesor Liam, ¿cómo se encuentra esta mañana? -Le pregunta Taima, genial... está sonriéndole y batiendo sus pestañas, me pregunto si el profesor se da cuenta de su coqueteo o simplemente lo deja pasar porque le gusta esos tratos.

-Muito bem, pero siéntese en el lugar correcto. -Le responde con una pequeña sonrisa, luego se dirige a todos. -Bom dia, classe começará. Todos comienzan a hacer ruido mientras jalan sillas y caminan para acomodarse en sus lugares, después de unos segundos la clase da inicio. Taima que está sentada a mi lado me susurra. -En vez de lloriquear por idiotas, fíjate en el hombre sexy que tenemos en frente. -y con eso se gira para dirigirle toda su atención. ¿Creo que es buen momento para decir porque amo las clases de portugués? Era inicio de clase, y Taima estaba molesta todo el camino buscando el aula que nos asignaron, me decía que había tenido un "día de mierda" como ella suele llamar a casi todo, me conto que sus padres volvieron a viajar por toda la semana y para una chica cualquiera con la rebeldía a mil, eso sería genial, pero Taima estaba harta de los viajes de sus padres, ya que al principio obviamente se sintió más que bien tener la casa sola, por razones que ya sabemos, pero sus padres empezaron a salir frecuentemente y eso solo dejaba a mi mejor amiga sentirse abandonada todo el tiempo, sus padres trataron de hacerle ver que era lo mejor si querían aumentar su economía, como si eso fuera suficiente para hacer que ella se encuentre bien. Los padres de Taima son agentes de viaje y ahí está la respuesta a todo. Pero bueno dejando de lado eso, Taima estaba muy molesta por la situación y más cuando se enteró que cambiaron la clase en la que se había apuntado por otra que no estaba dispuesta a llevar. Una vez que llegamos al aula nos encontramos con un estudiante hablando por celular, apenas lo vimos pensamos lo mismo "sexy", Taima se adelantó al interior, logrando que él interrumpiera su conversación por el móvil, ella se mostró muy coqueta diciéndole que las casualidades de la vida la trajeron aquí y que le encantará el curso, el respondió que le alegraba también y luego me miro, como si esperara su aprobación con eso, entre al aula sonriéndole, cabe recordar que tenía un novio en ese tiempo, pero solo era una sonrisa inocente, nada más. Le dije hola y me dijo lo mismo, lo sé, era una situación patética, así que Taima empezó la conversación haciendo miles de preguntas, una detrás de otra y él no empezaba ni a responder una, trate de parar con el interrogatorio a Taima, y me dirigí a él diciéndole que no lo había visto antes y preguntándole si era un nuevo estudiante, a lo que él respondió: "Es verdad, soy nuevo en esta universidad, pero no soy un estudiante, soy el profesor y me alegra haber conocido a mis futuras alumnas". Él era todo sonrisas, como si se estuviera burlando internamente de nosotras. Ambas nos miramos sintiéndonos idiotas. Pensé que a raíz de eso Taima se sentiría cohibida, pero no, se la paso coqueteando disimuladamente toda la clase y el parecía que no se daba cuenta, en fin, el curso se volvió el favorito de Taima y porque no decirlo, el mío también.




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