Inefable

Capítulo 5

Cuando se presentan situaciones en la vida, suelen ser mayormente destinadas a ser negativas, es por eso que creemos que debemos tomar decisiones basándonos en el tiempo, pensar seriamente sobre el acto a continuación, eso haría alguien inteligente en una situación crítica, desesperada tal vez, se tomaría unos días para pensar en las cosas que podrían cambiar su vida, pero yo no era inteligente, yo era impulsiva y eso ganaba más peso en la balanza de la buenas decisiones. El impulso le dio un golpe tan fuerte a la inteligencia que cayó al piso... inconciente.

-¿Estas segura? -Me dijo mientras miraba alrededor.

No. -Si.- respondí, mientras luchaba una batalla en mi interior.

Me miro por un instante, podía ver la duda en sus ojos, finalmente dijo. - Ven conmigo.

Lo seguí, nos dirigimos a los servicios. Llegamos al pasadizo que se dirigía al baño de hombres, una pareja estaba besuqueándose cerca a la puerta.

-Escúchame. -Me dijo mientras buscaba en sus bolsillos. -Esto es fuerte de acuerdo, debes usarlo con cuidado.

Saco una bolsita trasparente con un polvo blanco dentro, la puso en mi bolsillo al instante.

-Debes...

-Te he estado buscando hace rato, ¿Qué haces aquí? -Taima apareció de la nada, cortando a James. Observó alrededor y agrego mirándolo a él. -En el baño de hombres.

James alzo las manos. -Solo conversábamos, me voy. Cuídense chicas. -Lo último lo dijo mirándome.

Taima me miraba, esperaba que le dijera algo. -¿Llegó el taxi?

Arrugo la frente, sabía que estaba ocultando algo, pero no iba a decirle nada, solo quería llegar a casa. -Vámonos. -Tomo mi mano y salimos del lugar.

Cerré la puerta de casa, soltando una bocanada de aire, sentía que había estado reteniéndola durante mucho tiempo. Es curioso pero aún sentía que no podía respirar con tranquilidad, todavía percibía el peso de la situación. Busqué en mi bolsillo sacando la insípida bolsita transparente, miré alrededor de casa, sabía que papá aun no llegaba, todo estaba oscuro, era probablemente la 1 am, me molesto por un momento saber que estaba afuera y no le importaba si yo estaba aquí o no, si estaba a punto de tomar malas decisiones, al diablo pensé, hace tiempo que mis padres se olvidaron de mi por seguir con sus vidas, desafiándose mutuamente para ver quien lo hacía mejor. Subí las escaleras hacia mi habitación, tiré la bolsita en la cama, contemplándolo sin saber qué hacer. Ahora que lo pienso, realmente no sabía qué hacer, volví agarrarla mientras lo inspeccionaba. -Rayos... ¿Cómo se usa esto? -James no me había dicho nada, yo tampoco pregunte, creo que iba a hacerlo pero Taima llegó.

Cogí mi celular y lo llame, timbró y timbró y no recibí respuesta del otro lado. Genial pensé. Me senté en la cama con los brazos cruzados mientras miraba con ceño fruncido la maldita bolsa a mi lado, como si tuviera la culpa de que fuera tan idiota y patética que no supiera como usarlo.

Una vez vi un reportaje sobre drogas, creo que esto se debe calentar, pensé. Me fui a la cocina y rápidamente volví con una cuchara. Si, eso vi en la televisión me dije a mi misma, se calienta con un encendedor, encontré uno en la cocina también.

Hice lo que creí que debía ser, y efectivamente se volvió líquido, supongo que estó debo ponerlo en una jeringa, ¿verdad?, no creo que me lo deba tomar de una cucharada, maldición deberían tener un manual de cómo usarlo dentro de la bolsa, pero claro, esto está hecho para gente que sabe no para idiotas como yo. Solté un grito de frustración ¿Porque James me dio esto?, no quiero inyectarme, no puedo ni ver cuando voy al hospital para que me saquen sangre, menos lo hare yo misma.

Me fui en busca de una jeringa que guardaba en el botiquín de la casa, en realidad había varias, Papá compró unas cuantas cuando el médico le pidió llevar algunas para su aplicación.

Lo absorbí con la jeringa, contemplé el líquido, no estaba segura, ¿la heroína se inyecta? ¿Qué drogas se inyectan?... A la mierda, no me importa nada, igual van a llegar al organismo, todas me van a hacer daño, todas van a lograr lo mismo, si la fumo, la inyecto o lo que sea, una droga es una droga y mi único objetivo es dejar de ser yo, olvidarme de esa chica de cabello corto y la cara de Lucas mientras la miraba, esa mirada era tan cómplice como la que tenía conmigo.

Suspiré. El ser humano es cambiante, un día puede querer con locura, puede decir muchas cosas y al siguiente están borradas todas las palabras. Me pregunto que fue todo realmente, ¿Una ilusión? Parecía real, pero ya no se nada, no conozco a las personas, no puedo confiar, ni saber quién dice la verdad, solo sé la mía, y es que me siento vacía, me siento como si cargara una roca todos los días y me costara caminar cada vez menos. Tal vez ya no quería caminar, por lo menos hoy.

Me inyecte, no sé como pero creo que en momentos desesperados, tomas medidas desesperadas.

Toque mi brazo, justo en la zona interior que se dobla, me dolió y empecé a masajearlo, cerré los ojos y me sentí débil, me senté en el piso mirando mi brazo y lloré.

Cada vez mi llanto era más fuerte. ¿Qué he hecho? Porque he llegado a este extremo me dije, me regañaba a mí misma mientras lloraba, mis lágrimas se mezclaban con la saliva, por alguna razón sentía mi boca aguarse, me pasaba la lengua por los labios constantemente, lloraba y de pronto sentí que respiraba menos, me atoré, tosí varias veces, aspiraba dramáticamente mientras me sobaba el pecho, mi ritmo cardiaco se aceleró como si hubiera corrido kilómetros, seguí tosiendo como si eso pudiera hacer que me calmara, pero no lo hizo, solo empeoró, empecé a sentir que todo se movía como una plastilina, mi cuarto se retorcía, vi visiones de objetos que se agrandaban, hablaba y mi voz se sentía lenta y pesada, me desesperé más, el ruido de la calle se hacía rápido como un chillido que avanzaba, me tape las orejas pero era peor, seguí llorando pero era por el miedo, estaba asustada, quería que parara esta sensación, me faltaba el aire cada vez más, quería levantarme del suelo pero no lo hacía, solo tenía el pensamiento pero no lo ejecutaba, miré al techo, mientras cerraba los ojos, mi corazón, creo que había estado muerto todo este tiempo porque de pronto lo sentía latir a mil por hora.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.