Inefable

Capítulo 10

No sabía cuánto lo deseaba hasta este momento, no tenía idea de que él fuera adictivo hasta hoy, yo simplemente no podía parar, quería que sus besos no se detuvieran jamás, estaba absorbida por él.

Me tenía sujeta como si creyera que fuera a huir, y realmente no quería huir, quería quedarme ahí, en sus brazos, lo anhelaba con desesperación, mis manos estaban en su cabello sin proponérmelo, simplemente por instinto, y Dios se sentía genial poder hacerlo, el jadeó ante eso, le gustaba tanto como a mí, su agarre se intensifico como si fuera posible que estuviéramos más juntos, era posesivo y me encantaba. Su lengua bailaba en mi boca y era como un éxtasis de emociones, le mordí el labio inferior por puro placer, gimió otra vez, y me maraville por el efecto que causaba en él.

Me gustaba sentirlo en todos los aspectos, movía cosas en mi interior de una manera tan rápida que me asustaba y fascinaba a la vez. –Holder. –Dije mientras gemía en sus labios.

-Si nena. –Respondió entre besos, como si me dijera, es real, está pasando, estamos aquí, soy yo, Holder y te estoy besando como un loco depredador que no quiere dejarte ir.

Y yo tampoco quería dejarlo ir, quería que este momento se congelara en la eternidad, sin pasados depresivos, sin novios rompecorazones, sin... sin... sin Lita. ¡Mierda Lita! Holder... Holder está con Lita.

El golpe llego tan fuerte como si me hubiera estrellado contra un trailer, me sentí enferma y lo empuje al instante. Se sobresaltó por el impacto.

Me miró, estaba desorientado, tenía los labios hinchados, se veía tan... sexy joder, odie seguir pensando en eso.

-Estás con Lita –Lo dije casi como una acusación.

-¿Ah? –Me dijo como si no entendiera mis palabras. Finalmente tomo un par de respiraciones y creo que entró en razón.

-Mierda. –Susurro.

Sentí como si me faltara el aire. Lo mire.

-Yo... -Miró alrededor como buscando ayuda para hablar. –Te llevo a casa. –Dijo finalmente.

Me quede helada. No pensaba hablar sobre esto. ¿En serio iba a cambiar el tema ofreciéndose a llevarme? Idiota

-No, me iré sola. –Le dije con tono molesto.

-Deja que te acompañe a tomarlo. –Me dijo, y seguía sin creer que no hablara del tema. No le respondí y camine hacia la pista más cercana, me siguió.

Finalmente el taxi llego y me largue sin mirarlo, él no dijo nada tampoco, solo dejo que me alejara. No sabía cómo sentirme.

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-Gracias a Dios. –Papá se levantó del sofá cuando me vio entrar.

-Shaw te hemos estado llamando, ¿Dónde estabas? –Genial, Mamá está aquí.

-Fui a un club. –Les dije, me sentía cansada por los últimos acontecimientos, solo quería estar sola y no dar más explicaciones.

-¡Shaw! –Papá grito cuando estaba por subir un escalón. Volteé.

-Taima me llamo porque no sabía dónde estabas y ¿eso es todo lo que dirás? –Me dice y adopta una pose de autoridad.

-Taima no debía llamar, cometí el error de no avisarle, pero estoy bien, fui con... -Me quemaba la lengua de solo decirlo. –Un amigo. –Lo solté casi como un veneno.

-Puedes avisar la próxima vez, tu padre y yo teníamos miedo de que algo pudiera pasarte. No sabemos las cosas que podrían suceder o como te puedas sentir. –Dice Mamá.

-¿Las cosas que podrían suceder? –Resalto esa parte.

-Si. –Se acerca y me agarra de los hombros. –Shaw eres importante para mi... -Dice Mamá, me solté de su agarre antes de que terminara.

-Olvidaba que soy una chica con un tornillo zafado. ¿Podría cometer una locura no mamá? –Le digo con un tono borde.

-Shaw... -Me dice como una advertencia.

Me rio, no me conoce, no sabe nada. Hace tiempo que dejo de ser esa madre, ahora que lo pienso no sé si alguna vez lo fue, paraba más preocupada de que mi padre no la engañara.

-Me voy a dormir. –Les digo.

Papá suspira pesadamente, está cansado de esto, yo también.

-Iré a terapia con ella mañana. –Dice Mamá.

Me volteo al instante. –No te gastes madre, estás perdiendo tu tiempo tanto como tu dinero.

-¡Shaw! –Grita papá.

-Porque simplemente no la dejas que se vaya papá. Estoy harta de que se sienta culpable. –Me dirijo a ella. -Madre no te sientas atada. ¿En serio? Estoy bien. –Le digo.

Ella retrocede un paso como si la hubiera golpeado, que bueno porque ella me golpeo más cuando no me escucho en ese cuarto de hospital, cuando se olvidó de mí y no le importo ver mi interior para descubrir que no soy lo que cree.

-¿Dejaras que me hable así Marco? -¿En serio mamá? ¿Refugio en papá?

-No has estado aquí en mucho tiempo y lo sabes. –Responde mi padre.

-¡Querías que me quedara aquí! ¡Afrontando la vergüenza de tu engaño! -Empiezo a subir las escaleras dejándolos con su propia discusión, me importa un pomelo ahora mismo, por mí que se maten, me da igual.




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