Inefable

Capítulo 3

PASADO
 


Era una calurosa noche de verano, había una ligera brisa cálida y la luna estaba llena. 
Alai estaba sentada en la entrada de su casa familiar, en Mar del Plata, mirando el cielo, tomando una cerveza y esperando a que sus amigas estén listas para salir. Llevaban varias semanas pasando sus vacaciones ahí. 
Esa noche Alba estaba triste porque su novio desde hace tres años, Julián, le había sido infiel. Así que sus amigas se habían propuesto levantarle el ánimo y la habían llevado al boliche más conocido de la zona, donde esa noche, Dj Jaime pinchaba. A Jaime, lo habían conocido la semana pasada en una fiesta pero ella tenía la cabeza en otro lado. Jaime le dio su tarjeta a Alai le contó que era DJ y ella se la guardó, sabía que las cosas con Julián acabarían mal y su amiga necesitaría divertirse. 
Cuando entraron fueron directas a la barra, riendo a carcajadas, abrazándose, bailando y cantando a gritos el tema que estaba sonando. 
Benjamin, que también tenía una casa familiar en Mardel, estaba en ese mismo boliche con sus amigos, habían llegado hace dos días. Él, Lucas, Hugo y Samu, estaban en una zona VIP, donde Alai, entró con sus amigas para ir al lado del grupo de Jaime.
La risa de Alai se vuelve tan fuerte que se escucha por encima de la música, lo que llama la atención de Benjamín, que enseguida se fija en ella y le da un codazo a Lucas para que mire hacia el grupo.

—Esa chica va a ser mi mujer —Le asegura Benja mientras la señala. 
—¿La bajita? —Le pregunta Lucas cuando la capta con la mirada y su amigo asiente. —Creo que te voy a ganar —Le sonríe y sale disparado hacia las chicas.

Benja sale detrás de él y lo adelanta, pero sin darse cuenta acaba empujando a Alai y hace que se tire su propia copa encima. 
Ella lo fulmina con la mirada. Abre su boca de par en par y deja su copa, vacía, en la mesa.

—¡Sos un estúpido!
—Lo siento muchísimo, voy a buscarte una toalla —se fue disculpando mientras la seguía al baño —¡Y te invito todas las copas que quieras!

Alai lo ignoró y se metió en el baño. Benja se acercó a Alba, Julia y Emilia, les preguntó qué estaba bebiendo su amiga y se fue a buscarle otra copa. Cuando volvió, vio cómo Lucas estaba en la puerta del baño de mujeres, hablando con ella, que se estaba secando con una toalla y riendo. Lucas mira a Benja y le clava la mirada de "te gané", siempre competían por las mujeres, como si tuvieran quince años. Sabía que su amigo estaría contándole algún chiste de esos muy malos, que siempre te sacan alguna sonrisa, o tal vez hablando como español, él cree que se le da genial, pero cualquier español que lo escuchara le pincharía su burbuja.
Nunca le había molestado que Lucas se quedara con la chica, pero esta vez, sentía un poco de bronca. Cuando su amigo se fue, aprovechó para acercarse a ella y disculparse.

—Perdón, te juro que no fue apropósito. —Le acercó la copa pero ella no la agarró. 
—No acepto copas de desconocidos. 
—No tiene nada. 
—¿Y como lo sé? —Levantó una ceja y se cruzó de brazos. 
—A ver, estabas hablando con mi amigo ¿Tenemos pinta de acosadores sexuales? 
—Nunca nadie tiene pinta de acosador, ese es el problema. Si fueran con un cartel que dijera que lo son, sería más fácil. 
—Bueno, me quedo con la copa y te invito a la barra a que te pidas una vos misma. 
—Eso si lo puedo aceptar —. Sonrió —Soy Alai.
—Yo soy Benja —. Se acercó para darle un beso en la mejilla pero alguien lo empujó sin querer y nuevamente, la copa cayó encima de Alai.

Él abrió los ojos como platos y todos los demás se empezaron a reír. Lucas apareció como un rayo a su lado.

—Perdón, hoy está torpe —. Se disculpó Lucas.
—Me voy a ir a casa, hoy no es mi noche —. Contestó ella y suspiró. 
—Te acompaño, así tus amigas se pueden quedar y vos no vas sola. 
—No, voy en un taxi. 
—De verdad, te pido mil disculpas —. Volvió a decir Benjamín.

Alai se acercó a la mesa, agarró una copa llena y se la tiró por encima.

—Ahora, si te perdono —Sonrió. 
—Me parece justo —. Contestó mientras se sacudía la camisa.

Alai se despidió de Lucas, y le dio su número de teléfono para quedar otro día. Le había gustado, bastante. Salió a buscar un taxi y Benja fue detrás, también se volvía a casa. Se encendió un cigarrillo y le ofreció uno a ella.

—No fumo.

Él dio una calada y se apoyó en la pared que tenía detrás.

—¿Le diste tu número o estoy a tiempo de pedírtelo yo? —Sonrió y ella se dio la vuelta para mirarlo. 
—Se lo di —Le confesó —Él no me tiró una copa encima, perdón dos copas.

Pararon un taxi y decidieron compartirlo, Benjamín estaba nervioso, aún oliendo a alcohol, su perfume se sentía y era maravilloso. Nunca una mujer le había hecho sentirse así, pero ella tenía algo, era magnética.

—Pago yo —. Le dijo cuando el taxi paró en su casa y la vio sacar la cartera. —Es lo mínimo que puedo hacer. 
—Gracias —. Abrió la puerta y se bajó pero la ventanilla estaba baja, así que se acercó —Nos vemos pronto Benja. Buenas noches. 
—Buenas noches, La.
—Me llamo Alai y es un nombre muy bonito para que lo cortes.
—Buenas noches, La —repitió y sonrió.
—Buenas noches, idiota —suspiró y se dio media vuelta.




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