PASADO
La última noche del viaje había sido desenfrenada. Los chicos habían terminado con un grupo de chicas españolas que estaban de despedida de soltero. Lucas, que estaba muy borracho, estaba muy cerca de Blanca, la futura novia. Benjamín lo agarró del brazo y lo llevó al baño para evitar problemas.
—La vas a cagar —. Le advirtió y abrió el grifo para tirarle agua en la cara.
—¡¿De qué hablás?! —Preguntó riendo —¡Hace mucho no lo pasaba tan bien!
—Acordate de Alai.
—No me jodas Benja, no estoy haciendo nada malo. Estoy bailando y riendo, esa chica se va a casar.
—Sé de lo que te hablo. Esa mujer va a querer algo más que bailar y reírse.
—No estoy tan mal cómo para hacer algo malo, tranquilo ¡Disfrutá de la noche!
Lucas ignoró las palabras de su amigo y volvió con todos a seguir bebiendo. Benjamín se fue con dos de las chicas de la despedida a un reservado para acabar bien la noche. Después de un rato, volvió con todos.
—¿Y Lucas? —Le preguntó a Hugo, que estaba bailando con una de las chicas.
—Me parece que se fue al hotel.
Miró alrededor y Blanca tampoco estaba. Su cabeza ya empezó a imaginarse lo que estaría ocurriendo así qué para él se acabó la fiesta y volvió la suite en la que se estaban quedando. Cuando llegó, se acercó a la habitación en la que dormía con Lucas, escuchó ruidos al otro lado y golpeó la puerta varias veces llamando a su amigo. Al ver que no le hacía caso y hasta le gritó que no molestara se fue a dormir a otra de las habitaciones.
Cuando Benjamín se despertó por la mañana, se fue directo a la habitación en la que estaba durmiendo su amigo. Abrió la puerta despacio y vio a Blanca a su lado. Se acercó a su maleta, agarró algo de ropa y salió pegando un portazo.
—Pedazo de idiota... —susurró.
Se fue a poner el bañador y bajó a la piscina para darse un chapuzón.
Lucas apareció a los pocos minutos y se tiró en una de las tumbonas, llevaba unas gafas de sol y se notaba que estaba con una resaca terrible.
—Me quiero matar... —Dijo casi en un susurro mientras bebía agua de la botella enorme que había agarrado —. Soy un terrible pelotudo...
—Al menos lo admitís —. Se fue a la tumbona de al lado —. Yo te lo avisé ¿Qué vas a hacer ahora?
—No sé si podría vivir ocultando esto... Pero si se lo cuento se acabó mi relación.
—Yo lo pasé bomba en este viaje y ahora lo vas a recordar como el día que cagaste a tu novia —. Suspiró y le clavó la mirada —. Si vas a mentirle te tenés que asegurar que nunca se va a enterar y eso es difícil, pero si vas a decirle la verdad, más te vale que te busques la forma de hacerlo de la forma menos cruel posible. No se merece lo que le hiciste.
—¿Desde cuando te importa tanto Alai? —Preguntó bastante intrigado.
—Desde el primer momento en el que la vi —. Confesó sin dudarlo.
—¿Me estás jodiendo? Se me parte la cabeza, no hagas chistes —. Se sentó y se sacó las gafas de sol.
—Alai me gusta, por más que me quiera hacer el que no me importa me gusta desde que la vi y si intento tener mala relación con ella es porque no quiero implicarme más sentimentalmente... Porque sé que podría amarla, porque ya la quiero Lucas y te juro que hice todo lo que pude para no sentir lo que siento... Hace cinco años que la conocemos y hace cuatro que ustedes están juntos ¿Sabés lo que es para mí decirte esto?
—¿La querés de verdad? —benjamín asintió y agachó la cabeza.
Lucas se quedó en silencio un par de segundos, estaba pensando la forma de hablar sin dañar los sentimientos de su hermano. No quería enojarse aunque le molestaba que le diga aquello a estas alturas.
—Cuando la viste en el boliche, pensé que sería una mina más... Tanto para vos como para mi —admitió sincero —Nunca pensé que hubieras tenido un flechazo...
—Yo tampoco... Pero iban pasando los días, las semanas, los meses, los años... y cada vez que la veía, que la escuchaba reír o compartía un breve momento con ella... sentía más y más, no pude controlarlo.
—Alai es maravillosa y entiendo que la quieras, entiendo que te guste... Lo entiendo a la perfección. Me duele porque sos mi hermano y detesto que no puedas estar con una persona a la querés —. Lucas era muy reflexivo y comprensivo, sobre todo con Benja —Lo siento, siento que sufras por amor pero Alai y yo estamos destinados a estar juntos. Nos amamos.
Benjamin conocía a Lucas a la perfección pero estaba realmente sorprendido por la forma en la que se había tomando su confesión.
—¿No me vas a matar?
—Quiero a Alai pero a vos también. Nuestra amistad es para toda la vida y yo quiero que seas feliz, siempre te voy a poner por delante de todo.
—Gracias por entenderlo —. Se levantó para darle un abrazo.
—Gracias por decirlo y no haberte metido en estos años... Debe ser difícil sentir lo que sentís —. Le dio unas palmaditas en la espalda.
—Bueno, no la paso muy mal —. Se alejó y empezó a reír —. Disfruto de estar soltero.
—Espero que no saquemos más este tema, tampoco quiero estar escuchando que querés a mi novia todo el tiempo...
—Tranquilo, seguirá todo como siempre.
—Le voy a decir la verdad, buscaré la forma.
—Yo creo que te va a perdonar, ya lo verás y yo seguiré haciendo lo posible por olvidarla.
Benjamin realmente creía que podía seguir viviendo así, queriendo a alguien que veía cada día con su mejor amigo y sabiendo que nunca podría hacerla feliz él mismo. Se sentía culpable por sus sentimientos y eso lo mataba pero tenía que olvidarla y en algún momento eso debería ocurrir. No podía quererla toda la vida. O al menos eso creía él.