Inefable

Capítulo 16

PASADO
 


Narra Alai.

Hace casi un mes que Lucas volvió de su viaje a Las Vegas. Era la primera vez que habíamos estado separados tantos días, así que cuando volvió estaba súper cariñoso conmigo, más que nunca... Sin embargo, con el paso de los días empezó a volverse frío y distante. Le preguntaba qué le pasaba todo el tiempo pero él insistía en que no le ocurría nada aunque se enojaba si preguntaba demasiado aunque después venía a disculparse y a insistir en que no había nada malo.

—Le voy a mirar el celular —. Le dije a Alba cuándo la llamé —. Algo pasa... Está súper raro. 
—El que busca encuentra Alai, mejor que no mires nada. Deberías hablar con él. 
—Ya lo intenté mil veces pero no me cuenta nada. Lucas no es así, boluda, está muy raro... Los desconozco y me estoy empezando a poner paranoica. 
—¿Pensás que te engañó? 
—La verdad que si... —Confesé angustiada —. Espero que no sea eso...

Lucas se metió en la ducha y dejó su teléfono en la mesita de luz. Sabía su contraseña pero nunca lo había espiado, odiaba hacerlo pero necesitaba saber qué pasaba. No había chats con chicas desconocidas, así que me metí en el chat de Benjamín y ahí pude ver que, efectivamente, me había engañado. 

Lucas: No pude decirle lo del viaje... Me quise engañar pensando que tal vez ya no la quería tanto pero cuando la tuve delante, me temblaban las piernas... Empecé a llorar... Soy un imbécil por haberla engañado, no sé como voy a perdonarme lo que hice. 
Benjamin: Tenés que contárselo... No vas a poder ocultarlo durante mucho tiempo más y va a ser peor.

Fue un golpe duro, me sentí traicionada y herida. No podía creer que Lucas hubiera hecho algo así, después de todo lo que habíamos pasado juntos.
Me senté en la cama, con el teléfono en la mano, tratando de procesar lo que acababa de descubrir y empecé a llorar angustiada.

—¿Que pasó, amor? —Me preguntó cuando salió del baño y se acercó para abrazarme, pero me aparté. 
—Me engañaste... —. Susurré y le enseñé que tenía su teléfono, acto seguido me levanté de la cama y le giré la cara de una bofetada.

Se puso pálido. Se quedó en silencio y empezó a caminar de un lado a otro, se detuvo enfrente de mi y nos miramos a los ojos.

—Perdón... Sé que me mandé una cagada terrible pero te juro que me arrepiento muchísimo... —Se arrodilló enfrente de mi, empezó a llorar y agarró mis manos —. Yo te amo con toda mi alma... 
—No puedo creer que me hayas engañado —. Me solté —¡Me metiste los cuernos y encima me lo ocultaste! —Me puse en pie —. ¡TE ODIO! —Le grité muy dolida, volví a agarrar su celular y me fui a encerrar al baño, quería saber todo lo que había pasado y ya no confiaba en su palabra.

Mis manos temblaban tanto que apenas podía sostener el teléfono. Mi corazón latía tan fuerte que sentía que iba a explotar. La decepción es uno de los peores sentimientos que se pueden tener hacia otra persona, y en ese momento lo sentí con toda mi alma. Había confiado tanto en Lucas, lo había amado tanto, que la traición me dolía más que un puñal clavado en el pecho. Mientras leía las charlas entre Lucas y Benjamín, sentí como mi corazón se desgarraba en mil pedazos.

—Mi amor...—Me llamó desde el otro lado de la puerta —. Abrí, por favor, hablemos... Te juro que te cuento todo pero abrí la puerta.

Abrí la puerta, estaba llorando como yo, me quiso abrazar pero no le dejé y fuimos a la sala. Durante horas hablamos de lo que pasó y de las veces que intentó contármelo pero no fue capaz. Gritamos mucho, lo insulté y lo empujé con fuerza todas las veces que intentó abrazarme para tranquilizarme.

—No sé si te voy a poder perdonar... Jamás te vi capaz de algo así y lo hiciste, fuiste capaz de estar con otra persona... —Me senté en el sofá —. Se supone que me amás, se supone que soy el amor de tu vida... —Lo miré a los ojos —. Obvio que entiendo que te puedan atraer mil millones de mujeres como me pueden atraer a mi otros hombres pero... ¿Como pudiste engañarme? ¿Como pudiste acostarte con otra y después volver a la cama conmigo? 
—Solo puedo decir que te amo y que estoy muy arrepentido, lo siento tanto... Te juro que jamás va a volver a pasar. 
—Necesito pensar —. Me levanté y fui a agarrar mi bolso —. Me voy a mi apartamento, quiero estar sola. 
—Por favor, no te vayas... —Me agarró del abrazo y apoyó su frente en la mía, ninguno podía dejar de llorar —. Te amo. 
—No puedo creerte... —Me solté y fui hacia la puerta. 
—Te voy a esperar el tiempo que necesites... Lo siento muchísimo mi amor.

Salí de su casa y me subí a mi coche. Lo odiaba por haber generado tantos sentimientos de mierda en mi. Odiaba poner en duda toda nuestra relación y odiaba más aún creer que, tal vez, no había sido la primera vez. 
Llegué a mi casa pero me sentía rara ahí, pasaba más tiempo en su cama que en la mía, así que tumbarme en ella me hacia sentir extraña y muy sola. 
Necesitaba hablar con alguien pero no quería que las chicas se enteraran y opinen sobre lo que tenía que hacer o no.

—¿Todo bien? —Me preguntó Benjamín cuando me atendió. 
—Me enteré de lo que pasó en Las Vegas. 
—La... Yo... 
—No hace falta que digas nada... Pero gracias por haber hablado con él para que me diga la verdad, aunque me enteré revisando su celular... Leí las conversaciones que tuvieron y me sorprendiste... Nunca estuviste enamorado y entendés las relaciones y los sentimientos mejor que cualquiera de nosotros. Ojalá te hubiera hecho caso y me hubiera enterado por él al momento... Pero no fue así y siento que se rompió algo que, probablemente, nunca se pueda recuperar... 
—Siento mucho que estés sufriendo, chiquita... pero de verdad Lucas se arrepintió al momento.
—Supongo que se me pasará... —. Susurré —. Pero va a ser difícil... 
—Me está entrando una llamada de él.
—Es que me vine a mi apartamento —. Le conté y me soné la nariz —. Hablá con él y gracias, otra vez. 
—Cualquier cosa podés hablar conmigo. Te mando un beso grande. 
—Otro —. Colgué.




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