Inefable

Capítulo 20

Narra Alai.

 

Llevábamos tres días en mi casa. Compartiendo anécdotas, risas, lágrimas, deseos de futuro... Leyendo libros, charlando de la vida, de la muerte... Acompañándonos en silencio y con abrazos. Bebiendo cerveza y yendo a pasear por la playa.

 

—Te traje lo que me pediste —. Me dijo Pablo mientras bajaba de su camioneta unos tarros de pintura. 
—Gracias —. Le di un abrazo —. Necesita cuidados después de tanto tiempo... Si mi papá la viera descuidada, me odiaría. 
—¿Necesitás ayuda? 
—¡Hola! —Saludó Benja desde la puerta y se acercó a darle la mano —Soy Benjamín. 
—Yo Pablo, encantado. 
—Benja es el mejor amigo de Lucas, fue él quien tenía el anillo —Le conté y él asintió —Vino a hacerme compañía así que tengo ayuda.

 

Benjamin entró los tarros y Pablo se quedó mirándome.

 

—Ya sé que te dije que quería estar sola... Pero... Apareció.
—No pasa nada, lo entiendo... Es su amigo así que comparte con vos el mismo dolor. Cuando quieras estoy, ya lo sabés.

 

Al entrar en casa Benja ya estaba preparando la pintura para la sala. Fui a atarme el pelo y a ponerme una camisa vieja y grande que había subido del sótano.

 

—¿Lista? —Me preguntó y me pasó una brocha. 
—Lista —. Contesté y sonreí.

 

Narra Benjamín.

 

Habíamos pintado casi toda la casa así que caímos rendidos en el sofá.

 

—Podemos ir a comer a la playa, hace buena noche —. Sugirió mientras abría la ventana. 
—Si, comemos algo de un puesto del puerto. 
—Me parece bien.

 

Después de ducharnos y prepararnos salimos hacia la playa. Nos pedimos unos panchos con unas papas fritas y fuimos sentarnos en la arena. Coloqué la gran toalla que habíamos bajado y nos sentamos mirando al mar.

 

—Creo que deberíamos volver. 
—¿Estás preparada? 
—No queda otra... —Suspiró —. Nosotros tenemos que seguir con nuestras vidas y lo necesito. Voy a volver a mi apartamento pero eso no va cambiar las cosas entre nosotros... Necesito mi espacio y creo que me vendrá bien... Aunque me gustaría que sigamos compartiendo tiempo juntos. 
—Me parece bien, si es lo que necesitás. Aunque voy a extrañar tenerte en mi casa. 
—A lo mejor no me acostumbro y vuelvo a invadirte en una semana —. Sonrió. 
—No me molestaría —. Contesté con seguridad y le devolví la sonrisa.

 

🌙🌙🌙
 


Narra Benjamín.

 

Después de volver de Mardel, Alai volvió a su departamento. La primera noche que dormí en mi cama sentí su olor impregnado en las sábanas y descansé mejor que nunca. 
Desayuné en silencio mirando fijo a la silla de enfrente y después me fui al hospital, me tocaba quedarme con Lucas.

 

—Hola, hermano —. Me senté a su lado —Las cosas se están complicando… Llevás mucho tiempo así y todo se vuelve más difícil. Hay cosas que empiezo a no poder controlar… Nunca fue tan difícil negar lo que siento. Perdóname, sabés que hago lo que puedo… Delfina me gusta muchísimo pero ni sé acerca lo que siento por ella a lo de… bueno ya sabés. Ojalá pudiera cambiar lo que siento y ser feliz. Con esto que te pasó siento que necesito y quiero tener una pareja, alguien que me quiera y me acompañe en esta vida que es una auténtica mierda.

 

Decidí quedarme callado el resto del tiempo porque no sabía si me podía escuchar, o no, y tal vez le estaba lastimando con mis palabras.

Después de unas horas, fui al parking, agarré mi moto y volví a casa.

 

—Hola hermanita —. Saludé a Euge que estaba sentada en la oficina del taller.
—¡Al fin! —Se levantó y me dio un abrazo —. Te llamé mil veces —. Volvió a sentarse y yo me apoyé contra la pared. 
—Lo tengo en silencio —. Le contesté cuando lo saqué el bolsillo y vi las llamadas —. Es que estaba en el hospital. 
—Te quería hablar del cumple de Alai.
—¡Ay, verdad! ¿Es la semana que viene? —Pregunté aunque sabía la fecha a la perfección. 
—Si, y con las chicas queremos hacerle una sorpresa… Sé que no estamos para fiestas pero creo que nos va a venir bien a todos. Un asado, vino… Y el grupo. Nada más. 
—Me parece bien, cuenten conmigo. 
—Perfecto. Julia ya me dijo que podemos hacerlo en su casa, que ya lo habló con el novio, después ya te diré que te toca comprar ¿Cómo está Lucas? 
—Sigue exactamente igual. Sin ningún cambio… es frustrante —. Me senté enfrente de ella. 
—¿Cómo llevas lo de Alai? 
—No puedo hablar de estas cosas Eugenia. Me odio por sentir lo que siento… no me gusta sentir cosas por la futura mujer de mi mejor amigo. Nunca me metí en esa relación e hice todo lo que pude por olvidarla… No va a ser este el momento en el que me meta —. Contesté con mala cara, últimamente me preguntaba mucho por ella. 
—Benja… —Estiró su mano para sujetar la mía —Yo vi a Alai sufrir muchísimo… llorar desconsoladamente y queriendo dejarlo muchas veces. Las cosas se acaban y a veces uno no quiere aceptarlo, eso le pasa a ella. Se niega a aceptar que perdió la confianza en él. Se niega a aceptar que tenía que dejarlo en aquel momento y seguir adelante con su vida. Lucas es un buen chico, lo sé… pero como novio perdió todos los puntos y sus intentos desesperados por retenerla llegaron a ser una manipulación. Se equivocó, la cagó y siguió empeorando todo cada vez que le lloraba para que no lo deje. Pedirle matrimonio era otro intento absurdo de recuperar el amor que tuvieron alguna vez, algo imposible. Ahora, sé que Alai va a seguir negando las cosas, porque no va a dejarlo solo y seguirá a su lado hasta el final… pero no son novios, se terminó. No lo ama como pareja. 
—Eso no cambia las cosas ella jamás intentaría algo conmigo  y menos con Lucas así. 
—Lo sé… pero solo digo que si pasara algo, en algún momento, yo te entendería y no te juzgaría. Sé que a veces pudo parecer que te estaba metiendo un freno… Pero es porque no quiero que sufras. 
—Sufro pero no por ella, ahora mismo sufro por él.




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