Inefable

Capítulo 22

Narra Alai.

 

Me desperté temprano y tenía el celular lleno de mensajes por mi cumpleaños. Era día de semana así que no haría más que trabajar y tampoco tenía ganas de festejar sin Lucas así qué ya les había dicho a las chicas que no quería hacer nada y prefería estar sola. 
Encendí la cafetera y me fui a sentar delante del portátil para seguir editando, la historia me tenía atrapada, así que me estaba resultado fácil corregirla. 
El timbre sonó y un chico me trajo un ramo de jazmines blancos y amarillos junto con una cesta de desayuno.

 

Feliz cumpleaños, linda. Espero que puedas ser, aunque sea, un poquito feliz en tu día. Yo no entiendo mucho el significado de las flores pero le hablé de vos a la chica de la floristería y ella me recomendó estos jazmines. Espero que te gusten. BENJA

 

Me saqué una foto y se la mandé.

 

Alai: Gracias, por las flores y el desayuno… Es un día un poco triste. 
Benja: Todavía tengo otra sorpresa, así que a las ocho te voy a buscar ¡Y no acepto un no como respuesta!

 

Sabía que al final no me habían hecho caso y me tendrían preparado algo.

Me pasé la mañana corrigiendo la novela, me di un baño de sales, me hice una mascarilla en el pelo y una exfoliación corporal. Me vestí para ir al hospital a comer con la madre de Lucas pero al abrir la puerta de casa me encontré de frente con la mía.

 

—Feliz cumpleaños hija —. Sonrío y me tendió una bolsa de regalo pero no la agarré. 
—¿Qué hacés acá? —Me crucé de brazos. 
—¿No me vas a invitar a pasar?
—Estoy apurada, para tu información tengo a mi novio en coma en un hospital así que  no tengo tiempo para charlas —. Contesté de mala gana. 
—Esperé a que me llames porque creí que con la situación que estás viviendo… podrías llegar a entenderme. 
—Papá tenía cáncer, luchó todo lo que pudo por recuperarse y vos te fuiste con otro en medio de ese proceso. Él se enteraba de todo lo que hacías y dejabas de hacer. Lucas está en coma y yo sigo, y seguiré firme a su lado hasta el final, no sé que querés que entienda de tu situación, somos dos personas distintas con situaciones distintas. 
—Las cosas son más complicadas de lo que crees. Hace tiempo que ni nos tocábamos, hace tiempo que habíamos dejado de amarnos. 
—¿Eso justifica que lo dejes cuando más te necesitaba? —Me empecé a enojar —. La verdad que no tengo ganas de que me amargues el día. Hace un poco más de un mes que tenías que aparecer pero otra vez elegiste la opción cobarde y seguís sin comportarte como una madre. 
—Me lo merezco… Me voy a quedar unos días por acá, por si querés hablar —. Dejó la bolsa en el suelo y se fue hacia el ascensor —. Te quiero hija, feliz cumpleaños y siento muchísimo lo de Lucas, ojalá se recupere pronto —. Llegó el ascensor y se fue.

 

Dejé la bolsa en la mesa de la entrada y me fui al hospital.

 

María y Roberto habían colgado globos y me tenían una torta. Me cantaron el feliz cumpleaños e intenté aguantar las lágrimas mientras pedía mi deseo, después se fueron a la cafetería para dejarme sola con Lucas.

 

—Mi mamá apareció en la puerta de casa... Justo tuvo que elegir este día para aparecer —Suspiré y acaricié su pelo —Tenés que despertarte, tenés que aconsejarme sobre esto... Necesito a mi amigo porque sabés que aunque como pareja a veces nos hacíamos daño... Siempre fuimos amigos.

 

Narra Benjamin.

 

Estábamos todos en casa de Julia y de Lorenzo, su novio, decorando la parte de atrás para darle la sorpresa a Alai.

 

—¿Cómo va todo con Delfi? —Me preguntó Euge mientras inflaba unos globos. 
—Hablamos algunos días, está muy ocupada y la diferencia horaria complica las charlas. 
—Pero no te veo quedar con otras, ni nada… Desde que estás con ella. 
—No tengo muchas ganas de fiesta con Lucas en un hospital. 
—¿Y Alai…? —Preguntó en un susurro. 
—Por favor, ya sabés que pasa. 
—Dijo que te extraña, se siente sola en su casa. 
—Eugenia, no me hagas hablar de ella, me matás… Yo también la extraño a ella… y tendría que estar extrañando a Delfina. Así que basta de sacar el tema. 
—Estoy saliendo con una chica —. Cambió de tema y me tiró otra bolsa de globos —. Me gusta mucho y creo que puede llegar a ser mi novia ¿Qué nos está pasando? —Se cruzó de brazos y soltó una carcajada —¿Dónde quedaron nuestras noches de fiestas y conocer a mil mujeres por fin de semana? —Se puso seria, hizo silencio unos segundos y suspiró —. Me siento distinta… lo de Lucas me hizo pensar que somos un suspiro en la vida y no quiero morir sin experimentar lo que es el amor. Tal vez te está pasando lo mismo... creo que a todos nos está afectando de distintas formas la situación. 
—¿Crees que por eso me empecé a refugiar en Delfina? 
—Seguramente y tal vez sentís algo pero no es amor ni de lejos. 
—Yo no voy a poder experimentar lo que es el amor. No mientras mi amor sea ella... Es imposible. 
—No hay nada imposible. 
—Esto si lo es porque me niego a hacer algo para que eso suceda. 
—No hace falta que hagas algo concreto… Entre ustedes todo fluye y se nota. 
—Hay amistad, hay cariño, compresión... pero nada más.

 




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