Inefable

Capítulo 29

Narra Benjamín.

 

Me desperté en casa de Delfina, estaba tan linda dormida que no pude evitar quedarme mirándola durante unos minutos. Me estaba por levantar cuando agarró mi brazo.

 

—Quédate un poquito más -—. Me pidió cuando abrió los ojitos y me acerqué para darle un beso. 
—Tengo que ir a trabajar, preciosa. 
—¿Después te veo? 
—Si, a la noche vengo para acá y te hago la cena. Seguí durmiendo —. Le di otro beso y se giró para volver a dormir.

 

Recogí mis cosas y subí al coche para ir al hospital. 
Habíamos quedado en que mientras esté acá, íbamos a ver que pasaba entre nosotros y me había pedido que piense si quería irme con ella durante este tiempo. 
Tenía la cabeza hecha un lío pero luego de todas las cosas que le había dicho a Alai, las cuales recordaba a la perfección, tenía que poner la cabeza en otro lado. 
Después de que Delfina me dijera que quería tener algo serio conmigo, no discutimos, ella solo se fue dejándome mi espacio para pensarlo pero yo no podía hacer otra cosa que pensar en Alai y por eso me odié, me emborraché y lloré. 
Sabía que si quería olvidarla tenía que irme lejos pero no podía hacerlo con Lucas aún en ese hospital.

 

—No sé qué hacer —. Le dije a Euge cuando me atendió el celular. 
—Es muy temprano boludo —. Se quejó. 
—Cada vez que veo a Alai me muero de amor. 
—Hablá con ella y decíle lo que sentís. 
—Estás loca. 
—Solo algo dormida. 
—Ella no siente nada por mi así que no gano nada diciéndole que soy un boludo que la quiere hace años. 
—Benja, tenés que tomar decisiones, o te arriesgás a tener algo con Delfina e intentás, por primera vez, olvidar de verdad a Alai, o te quedás acá, sufriendo por amor y sufriendo por tu supuesta traición a Lucas. 
—Es una traición. 
—No, no lo es. Vos le dijiste que sentías cosas por ella y él te entendió. Nunca te metiste en medio ni generaste un problema entre ellos por tus sentimientos ¿Qué pasa si Alai te quiere? 
—Ella no siente lo que siento yo. 
—¿Pero si lo sintiera? 
—Nunca me imaginé que eso fuera posible. Creo que ella tampoco podría tener algo conmigo, creo que los dos haríamos de todo para alejarnos. 
—Me parece absurdo. Yo también quiero a Lucas y siento mucho que esté así... Pero el amor no se puede controlar, si se diera el caso, deberían amarse sin culpa alguna. 
—Estoy en la puerta del hospital, hablamos después —. Colgué.

 

Llegué a la habitación, necesitaba ver a Lucas y decirle lo que me estaba pasando. María me dio un abrazo y se fue a por un café, así que me quedé a solas con él.

 

—La quiero... Pero te juro que voy a seguir intentando sacarla de mi cabeza. Supongo que me iré con Delfina, aunque no ya... Te lo debo, te debo al menos intentar olvidarla de verdad —. Agaché la cabeza. 
—No vas a poder —. Escuché su voz por lo bajito, subí la cabeza para mirarlo y abrí los ojos como platos. 
—¿Lucas? —Lo moví un poco pero no reaccionaba. 
—No, idiota —. Agustín me tocó el hombro y casi me da un infarto. 
—¡Tenés la voz igual a tu hermano, la puta madre! 
—Toda mi familia sabe que estás muerto por Alai desde siempre —. Se sentó en la otra silla — .Me duele porque sé que ella ya no lo ama hace tiempo, mi hermano la hizo mierda y los dos acabaron con su relación de una forma horrible... Yo creo que si Lucas se despertara, después de volver a su vida, vería que tiene que terminar con esa relación, la quiere con toda su alma pero ya no son el uno para el otro. Además, sentenció su relación desde que decidió seguir en contacto con Blanca.
—¿Crees que hubo algo más con Blanca?
—Creo que lo que hubo después es peor que una infidelidad y se lo dije a mi hermano... La conexión emocional, confiarle tantas cosas a otra mujery encima hacerlo a escondidas... Para mi es peor que una noche de sexo.
—La verdad que si pero yo nunca podría estar con Alai sin sentirme una mierda...
—Nadie en mi familia dudaría jamás de la clase de persona y amigo que sos. Te conocemos de toda la vida y sé que sos un gran chico. No te tortures. 
—Hola —nos saludó Blanca desde la puerta —Venía a verlo un ratito ¿Puedo?
—Si, claro —le dijo Agustín.
—Blanca ¿Qué hacés realmente acá? —le pregunté sin más vueltas.
—Nos hicimos buenos amigos... Le quiero. Necesito que sepa que estoy aquí.
—¿De verdad no pasó nada más entre ustedes?
—Nada sexual pero yo creo que lo sentimental es más importante... Confiaba en que se diera cuenta de que tenía que dejarla.
—Le iba a pedir casamiento, Blanca.
—Lo sé, me lo había contado... Quería intentarlo hasta el final.
—Deberías quererte un poco más —le aconsejé.
—A veces el amor que sentimos por el otro es más fuerte que el que nos tenemos a nosotros mismos... Te sorprenderías de las cosas que podemos aguantar por amor... Vos deberías saberlo más que nadie. Sufrís hace mucho por el amor que sentís.
—No me puedo creer que te haya contado eso...
—Te dije que nos contábamos todo...

 

Me fui del hospital, tenía que trabajar. Delfina me había mandado un par de mensajes, le habían adelantado el viaje así que después de fin de año tenía que volver a España.

 

—Sé que te dije que tenías más tiempo pero necesito saberlo...
—Te voy a ir a visitar —la agarré de la cara y la miré a los ojos —Voy a ir todas las veces que pueda.
—Por favor, no me lastimes Benja... Siento cosas muy fuertes... Si no me quieres, déjame ir sin más pero si me quieres, aunque sea un poquito, te esperaré.
—Esperame... Por favor —la besé.
—Está bien. Te entiendo... Te voy a esperar.

 

No quería hacerle daño por nada del mundo, sentía cosas por ella y quería sentir aún más todavía.
Nos fuimos hasta su cama sin dejar de besarnos.

Estaba viendo a Delfi dormir cuando empezó a sonar mi teléfono, era Alai.




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