Inefable

Capítulo 30

Narra Alai.

 

Benjamin acompañó a Maria y Roberto fuera para que puedan tomar aire. Yo volví a entrar a la habitación una vez las enfermeras salieron y me senté al lado de él para poder agarrarle la mano.

 

—Vaya susto nos diste... —susurré.
—¿Está bien? —Blanca apareció en la puerta, estaba agitada, se acercó a la cama y le agarró la mano —Estoy aquí Lucas...

 

No quería ponerme a discutir con ella en ese momento, así que decidí ignorarla.

 

—Le dije a Benjamín que podía enseñarte las conversaciones.
—No tengo ganas de hablar con vos —contesté sin dejar de mirar a Lucas.
—Alai... De mujer a mujer, siento ser yo la que te cuente estas cosas pero entre nosotros había algo más que amistad... Una conexión emocional y verdadera.
—Cállate —le pedí y ahí si la miré —Lucas no puede responder a nada de lo que vos estás diciendo y me parece horrible que en estos momentos me cuentes estas cosas para sacarme de el medio. Eso no va a pasar, me digas lo que me digas, yo voy a estar acá. Lucas es mi familia, sus padres son mi familia... No tenés ni idea del amor que nos tuvimos, solo sabés lo que pasó a partir de su error en Las Vegas y no pienso dejar que me apartes de él porque lo querés y porque crees que él te quería a vos y no a mi.
—Voy a por un café —contestó y se fue.

 

Benjamin volvió a la habitación.

 

—¿Estabas con Delfi cuando te llamé?
—Si, gracias por hablar con ella...
—De nada.
—Quiere que me vaya a España con ella. Todo un año.
—¿Te vas a ir?
—Le dije que no... Que iría a visitarla. No puedo irme ahora mismo.
—Me alegra que no te quieras ir... No sé que haría sin vos.
—¿Te dijo algo Blanca? 
—Tonterías... No me interesa ella para nada.
—Lindo lio dejaste acá, hermano —miró a Lucas —Dale, despertate. Estás tardando mucho.

 

Abrí los ojos como platos, estaba sorprendida de la presión que había ejercido Lucas mientras le agarraba la mano.

 

—¡Me apretó la mano! —Le dije a Benja que enseguida salió a buscar a una enfermera.

 

Salimos de la habitación mientras lo atendían los médicos.

 

—Me apretó la mano, fue poco tiempo pero de verdad que lo sentí —le conté a Maria y Roberto cuando se acercaron.

 

Los médicos dijeron que seguía igual y se fueron pero yo empezaba a sentir esperanza.

 

—¿Quién es esa chica? —me preguntó Maria cuando vio a Blanca sentada fuera de la habitación —Hace varios días que la veo rondando por acá.
—Una amiga de Lucas —contesté incómoda.
—Ahora vengo —Maria salió y se acercó a Blanca.

 

Escuché como se presentaba como una amiga y alumna del gimnasio de Lucas y se disculpaba por no acercarse a ella ni a Roberto, ya que no quería molestar. Me estaba hirviendo la sangre.

 

—Es raro que no conozca a esta chica, creía que conocía a todos sus amigos —me dijo Maria cuando volvió a entrar en la habitación —¿Vos la conocés bien?
—No demasiado, la verdad.
—¿Te pasa algo, cariño?
—Nada —intenté sonreír —Solo estoy emocionada.

 

Blanca se fue y al poco tiempo Benjamín y yo hicimos lo mismo. Dejando a Maria y Roberto pasar lo que quedaba de noche con su hijo. Benja volvió a casa de Delfi y yo me fui a mi casa.

 

🌙🌙🌙
 

 

Narra Alai.

 

—¿Listos para la noche de terror? —Preguntó Eugenia cuando entró en casa de Alba con una caja de cervezas —. En el coche tengo más cosas ¡Necesito ayuda masculina!

 

Samu fue a sacar las cosas del maletero y justo llegó Benja, así que le ayudó también.

 

—Me gustaría saber el motivo de que me estés evitando y no respondas mis mensajes, ni mis llamadas ni me abras la puerta cuando voy a tu casa —me encaró Benja.

 

Seguí caminando hacia la cocina sin contestarle y empecé a cortar el pan para las hamburguesas.

 

—Me lastima que tengas esta indiferencia conmigo...
—Yo no te contesto dos días y es un drama, pero vos podés contestar cuando quieras porque estás con tu novia ¿no? — Lo miré durante unos segundos pero enseguida le aparté la mirada. 
—Necesitaba disfrutar de Delfi estos días... Se va a ir y quería pasar tiempo con ella.
—Todo el día y todos los días, ni un hueco pudiste sacar para mi. Ni en el hospital, cada vez que llegaba vos te ibas.
—¿Estás celosa? —sonrió.
—Imbécil —me aparté.

 

Empezamos con la maratón de las películas más malas de terror que puedan existir pero era algo que nos divertía hacer una vez al año.

Cuando estamos haciendo el descanso para empezar la tercera, salí a tomar un poco de aire.

 

—¿Qué pasa con Benja? —Me preguntó Euge y me pasó una botella de cerveza. 
—Nada. 
—Se los ve tensos, se hablan de forma rara, casi ni lo mirás a los ojos. 
—Tengo miedo de que se vaya con Delfina.
—Es raro que tengas miedo de eso.
—Somos amigos, no es raro. 
—Hugo y vos siempre se llevaron mejor desde el principio y no te vi sufriendo así porque se fue. 
—Es diferente... Esto que pasó con Lucas nos unió mucho a Benja y a mi... Tenemos otra relación, otra conexión... Me calmo cuando estoy con él, me siento menos sola... 
—¿Te gusta Benja?

 

Sentí como me ponía roja como un tomate, de vergüenza y de rabia.

 

—¡¿Vos estás loca?! —Abrí los ojos como platos. 
—Puede que sientas cosas, sino no tiene sentido que te pongas así. 
—Sos una tarada, no podés decirme eso. Me ofende que te pienses que me puede gustar el mejor amigo de mi novio en coma. 
—Lucas ya no es tu novio Alai, y nadie te culpa por eso. Vos sos la única que se cree que tiene que seguir manteniendo esa etiqueta absurda, y sabemos que no es porque esté en coma, es porque no lo amás hace tiempo. 
—No podés hablar así, yo estoy con Lucas, lo quiero y voy a quedarme a su lado hasta que despierte y aún más cuando lo haga y esté recuperándose. 
—¿Y si muere? —Preguntó mirándome a lo ojos —¿Vas a seguir siendo su novia aunque esté muerto y vas a estar toda tu vida sin volver a estar con alguien?
—No se va a morir, se va a recuperar.
—Cada día que pasa es menos probable y cuánto antes lo asumas mejor para vos.




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