Narra Benjamín.
Estaba bebiendo la primera taza de café del día mientras miraba la Gran Vía desde la ventana del ático. Eran las cinco de la mañana así que las luces de la ciudad aún alumbraban todo. Mi teléfono comenzó a sonar, era la alarma de seguridad del taller, otra vez. Las cámaras me permitían ver como Alai caminaba a paso firme hasta el medio de la pista con una manta y un termo. Era el segundo fin de semana que lo hacía, si bien estaba viviendo en Mar Del Plata, los fines de semana iba a ver a las chicas y aprovechaba a las doce de la noche para escabullirse un rato a la pista a ver las estrellas. No sabía si era consiente de que yo tenía acceso a las cámaras desde acá pero verla me hacia sentir bien.
Cuándo Lucas me llamó para decirme que Alai no quería estar con él, supe que vendría a buscarme y él también. Me suplicó que me vaya y que no vuelva a besarla... Y eso hice. Por él. Porque a pesar de todo era mi hermano desde que nos conocimos en la guardería y porque había estado a punto de perder la vida. Quería poder recuperar mi amistad en algún momento y él tenía que estar siempre por delante de cualquiera.
Delfina nunca me dio otra oportunidad pero si me permitió seguir trabajando en su equipo. Quería centrarse en la carrera que tendría en dos meses en Alemania, la más importante y la que le abriría las puertas para una internacional. Era lo mejor, ella se merecía todo lo bueno y no a alguien como yo, que no iba a poder amarla nunca como se merecía.
—Buenos días, Benja —me saludó Hugo mientras se acomodada la corbata y daba un sorbo a su café —Todos me preguntan por vos.
—Necesito tiempo.
—Bloqueaste a todos... Lucas dice que necesita que hablen.
—No quiero hablar con Lucas necesito pensar ¿Está bien?
—Si, sigue recuperándose aunque está muy mal por Alai... Igual que vos.
—Espero que pueda olvidarla y yo también.
—Él seguro que la olvida pero vos no creo.
Hugo y yo nos habíamos mudado juntos. El trabajaba en pleno centro así que siempre iba andando pero yo tenía que agarrar el coche para ir a las afueras de la ciudad.
—Tenemos que ir mañana a Alemania me llamaron para hacer las pruebas —me contó Delfina cuando llegué.
—Estupendo ¿Te mandaron los pasajes ya?
—Si, está todo listo para todo el equipo. Ya te mandaron todo al email.
—¿Estás feliz?
—Mucho —sonrió —Al menos con esto me va bien... Me habló Lucas, me preguntó como estábamos, me pareció raro que no le digas nada.... Así que ni le contesté.
—No le hables, es largo y difícil de explicar.
—¿Es por Alai?
—No quiero hablar con vos de esto, no es lo correcto...
—Si, tenés razón —se apartó un mechón de pelo y se lo colocó detrás de la oreja.
Trabajar con Delfi era fácil pero sé que a ella le dolía tanto como a mi estar cerca.
Mi teléfono volvió a sonar, las camaras de seguridad me mostraban como Alai se estaba yendo después de dos horas.
—Te amo tanto... —susurré después de darle al micrófono de las cámaras.
Ella levantó la vista y empezó a mirar a todos lados hasta que se dio cuenta de la cámara y sonrió. Sacó su teléfono y empezó a llamarme. Como no le atendía, colgó y se fue.
🌙🌙🌙
Narra Alai.
Tiempo. Tiempo para reflexionar, para vivir, para sentir y para pensar. Tiempo para perdonarme, perdonar y ser sincera conmigo misma. Eso busqué cuando decidí mudarme a Mardel y eso esperaba encontrar.
El sol asomaba en mi ventana, comenzaba un nuevo día pero yo no quería levantarme de la cama.
Hace veinte días que Benja se fue y hace veinte días que decidió bloquearme a mi y a todas mis amigas. Hasta Eugenia había tenido que soportar que la alejara de su vida.
—¡Arriba, perra! —me dijo Eugenia cuando apareció en mi habitación con una tarrina de helado.
—¿Qué hacés acá? ¿Cómo entraste?
—Con mi copia —se sentó en la cama y me pasó una cuchara.
—Nunca te di una copia.
—No vamos a dejar que estés llorando acá el resto de tu vida.
—¿Vamos? ¿Quién más vino?
Los llantos de Mia me hicieron querer arrancarme los odios.
—¡Íbamos a decir sorpresa pero creo que no hace falta! —dijo Alba.
—Amiga, amo a tu hija pero quiero silencio y paz.
—Es lo mismo que yo quiero pero tranquila, en dos días vuelve Jaime y se encarga él de ella. Ya le pedí la casa a la familia de Benja.
—No queremos que estés más triste y tirada en cama —Me dijo Julia.
—Basta de sufrir Alai. Llevás demasiado siendo una desgraciada —añadió Emilia
—Gracias eeh ¿Ustedes no tienen que trabajar o hacer algo?
—Está todo arreglado para quedarnos esta semana con vos —me avisó Euge.
Iba a ser imposible sacarme de encima a mis amigas aunque en el fondo estaba feliz de que no me dejen sola.
—Bueno, vayan a hacerme el desayuno. Ya que están y me vienen a invadir mi espacio personal.
—A mi también, que soy madre —pidió Alba.
—¡Ya se están aprovechando! —se quejó Julia.
Bajaron a la cocina mientras Alba y yo nos quedamos con Mia tiradas en la cama.
—Me tocó contarte a mi lo que nos enteramos...
—¿Qué pasó?
—Anoche, cuando llevábamos las cosas para dormir en casa de Emi... Vimos a Lucas. Estaba entrando en su casa con Blanca.
—Pensé que iba a tardar un poco más en llamarla...
—Por lo que nos dijo Samu hace una semana que la llamó y ella lo perdonó.
—Está enamorada... ¿Están saliendo?
—No, Samu dice que Lucas le pidió perdón por como la trató y que son amigos. Dice que también estuvo intentando contactar con Benja pero que no le contesta.
—¿A Lucas tampoco? —estaba sorprendida.
—Samu no sabe que pasó pero Hugo le contó, que Benja le dijo que necesitaba tiempo para perdonarse a él mismo y que recién ahí iba a poder hablar con Lucas para seguir siendo amigos.
—No entiendo nada, Lucas me dijo que él le había dicho a Benja que se fuera a España, como que lo liberó para que no se sienta culpable pero no pensé que Benja se lo hubiera tomado mal. Pensé que quería irse por Delfina también. Para intentarlo, además de para olvidarse de mi...
—Seguro que Lucas le dijo que se fuera por vos. Sabe que se besaron ¿No crees que eso podría ser motivo de peso para que Benja se fuera?
—No creo... Aunque Benja me dijo que tenía que irse porque se lo debía a Lucas. Se siente demasiado culpable.
—Emi dijo que iba a intentar averiguar pero viste como son los chicos... Suficiente habló Samu ya.
—Creo que me estuvo viendo las veces que fui al taller... Por las cámaras de seguridad. Escuché un te amo tanto... Casi como un susurro pero era su voz. Después lo llamé pero sigue sin atenderme y como me tiene bloqueada no le llegan mis mensajes...
—Ya va a volver, es imposible que se vaya para siempre.
—Si, lo sé... Pero si se fue por Lucas, cuando vuelva, no va a dirigirme la palabra. Lucas es más importante que yo y lo entiendo... Aunque me duele saber que nunca vamos a poder estar juntos.