Inefable

Capítulo 39

Narra Lucas.

 

Hace ya seis meses que volví a nacer y que poco a poco vuelvo a caminar. Tengo muchas ganas de hacer mil cosas, ir a correr, salir a hacer deportes al aire libre, volver al trabajo... Pero también quiero volver a unir a mi grupo de amigos de toda la vida, vivir con Blanca y formar una familia. Siempre quise ser padre y después de esto que me pasó, mis ganas aumentaron.

Mis padres no se separan de mi y me consienten todo como cuando era un nene chiquito. Mi hermano viene cuando puede con su mujer y mis sobrinos, me hace sentir bien tenerlos cerca y me dan más energía.
Samu es con el que más tiempo paso, viene mucho a mi casa y me ayuda con los ejercicios de rehabilitación, charlamos, cenamos... Aunque se siente raro que seamos los dos solos o con familia. Hugo habla conmigo cada día y se hizo una escapada para verme hace poco en cambio Benja, me tiene bloqueado de todos lados, aunque sé que se preocupa de que esté bien, y también tengo claro que si me pasara algo malo sería el primero en estar. Hace poco me enteré que Delfi nunca le dió otra oportunidad, porque a Samu se le escapó, y que en cambio empezó a ser el que era antes... Un Benja que busca sexo sin ningún tipo de conexión emocional y que toma alcohol más que antes. Hugo dice que todas las semanas lo encuentra en la cama con una distinta y que los días que no trae a ninguna mujer se los pasa llorando mirando el registro de las cámaras de seguridad del taller porque al parecer Alai va bastante por ahí... Me duele que mi amigo sufra por amor pero yo no podría recuperar mi amistad con él si está con Alai. 
Alai y yo hablamos algunos días, cordialmente, no entramos en demasiados detalles más que en saber como nos encontramos. Está contenta en Mardel, hace terapia y ahora está aprendiendo a hacer surf, Pablo está muy cerca de ella y supongo que por lo mucho que lo menciona, habrá algo entre ellos. Deseo que se vuelva a enamorar de él, como cuando era una adolescente, o que lo haga de algún otro que valga la pena, para que pueda olvidarse de Benjamín.

Blanca y yo estamos juntos a todas horas, aunque aún ni vive conmigo, le pedí perdón de todas las maneras y entendí que me estaba mintiendo a mi mismo porque la quería y la quería de verdad. Estuvo a mi lado en cada momento triste y en cada paso que empezaba a dar. Me acompañó cuando empecé a usar las muletas algunas horas y llevó mi silla de ruedas todas las veces que salimos a pasear o a cenar. Era un pilar fundamental en mi vida y me habría encantado haber hecho las cosas mejor para que nuestra relación no empezará mal y para no hacer un daño innecesario a Alai, porque estaba claro que todo ese tiempo que estuve hablando con Blanca, ya no quería estar con Alai. No supe verlo y la arrastré a meses de sufrimiento innecesario. Algo de lo que me arrepiento profundamente.
Ahora veía todo más claro pero tenía que juntar fuerzas para pedir perdón e intentar arreglar las cosas.
Dudo que podamos recuperar el grupo que éramos con mis amigos y sus amigas pero al menos me gustaría intentarlo.

 

—¡Hola guapo! —sonrió y me dio un beso después de dejar la bandeja con el desayuno en la mesita de luz —Me abrió la puerta tu madre aunque no con muy buena cara.
—Quiere demasiado a Alai... Ya le dije que no es tu culpa, que la culpa es solo mía... Se le acabará pasando. 
—Bueno, igual un poco me la he ganado en estos meses, al principio ni me dirigía la palabra.
—Te vas a terminar llevando bien con ella, estoy seguro.
—¡Eso espero! —sonrió —Quería que hablemos, de un temita. Sé que no quieres hablar de ello pero...
—¿Otra vez de Alai y Benja? —suspiré.
—Deberías disculparte con Alai. Es una buena persona. La vi llorar un millón de veces al lado de tu cama... Sufrir porque no te despertabas, hablarte...  Igual que Benja. Sé que lo echas de menos y deberías ir a buscarlo y hablarle en la cara, no quedarte aquí esperando que te desbloquee o te llame.
—No quiero hablar otra vez de ellos dos. Tuvimos esta conversación mil veces.
—¡Y la tendremos mil veces más! —sujetó mi cara entre sus manos —Porque te amo y sé que no eres del todo feliz... También sé que tienes muchos bloqueos absurdos. Entiendo que Alai no fue una novia cualquiera pero Benjamín debería ser un millón de veces más importante que ella.
—Y lo es...
—No se nota, amor..., Ellos se aman y sé que los quieres a los dos ¿De verdad te vas a seguir interponiendo entre ellos? Se merecen vivir su amor sin culpa. Benja se merece intentarlo, hace demasiados años que sufre por ella... Y se fue y sigue sufriendo, solo porque tú se lo pediste. Lo hace por ti porque para él estás por delante hasta de él mismo.
—Blanca yo te quiero pero ya lo hablamos, sería muy raro ver a Benja y Alai juntos... 
—¡No te digo que hagamos salidas de parejas! Te pido que pienses en tu amigo, en tu hermano, en su felicidad... ¿Tú no estas sufriendo ahora mismo por él? 
—Claro, porque no quiere saber nada de mi y tiene razón... Yo le pedí llorando que se fuera. También me pone mal saber que está triste... Que no la olvida.
—No seas el ancla, Lucas. Hacé algo bueno y dejá que sean felices... Como nosotros. Hacelo por Benja, demuéstrale que lo quieres tanto como para no interponerte... Así como él estuvo años eligiendo tu amistad por encima del amor que sentía. Te toca devolverle eso. Déjalo ser feliz. Déjalo que lo intente y si funciona sé feliz por él y sino, consuelale.
—Supongo que tienes razón... —dejé escapar una lágrima y enseguida me besó —Sabía que no era un error enamorarme de ti —acaricié su pelo y su mejilla.
—Me alegra que me digas eso porque tengo algo importante que decirte... —empezó a llorar y me preocupé pero enseguida sonrió —Sé que no entraba en nuestros planes ahora mismo pero... Estoy embarazada.
—¿Embarazada?
—Al menos eso dice el test y los análisis que me hice. 
—Te voy a cuidar muchísimo —le dije entre lágrimas y toqué su panza —Te prometo que voy a esforzarme mucho más para poder andar sin muletas y no tener que volver a usar la silla de ruedas, y así poder sacar el cochecito de nuestro hijo cuando salgamos a pasear. Te prometo que te voy a consentir todo y que vas a ser la mujer y la madre más feliz de este mundo.
—¡Ya, callate! —soltó una carcajada y se secó las lágrimas —No puedes prometer, ya sabes que no me gusta... Pero ojalá sea así porque tengo bastante miedo...
—Todo va a salir bien... —nos besamos —¿Puedo elegir al padrino yo?
—Contaba con ello —sonrió —Y tengo los pasajes para que vayas a pedírselo en persona.
—¿Te dije ya que te amo? —negó con la cabeza, agarré su cara entre mis manos y empecé a besarla —Te amo, te amo.
—Yo te amo más.
—Y a vos —me acerque a su pancita —Te voy a amar el resto de mi vida y te juro que vas a tener al mejor padrino del mundo porque ahora solo me importa darte lo mejor —me abracé a su panza.




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