Inefable

Capítulo 45

Narra Alai.
 


 

Mientras Benja dormía yo trabajaba aunque mi cabeza estaba constantemente pensando en mi novela y no en la que tenía delante. 
No podía dejar de entrar a Wattpad para ver los comentarios, los votos y los seguidores... Inefable llevaba diez mil lecturas y yo era inmensamente feliz.
 


 

Julia: Hola nena, el fin de semana es mi cumple ¿Te acordás? 
Alai: Si, me acuerdo. Ya tengo tu regalo ¿Qué querés hacer?
Julia: Cena, en casa. Lorenzo hace el asado. Te quería preguntar si te parece bien que invite a Lucas... Lorenzo se lleva bien con él. Alba viene con Jaime, Emi con Samu... Y Loren habló con Hugo y me dijo que venía de España con Lucas. 
Alai: Está bien, en serio, creo que tarde o temprano vamos a tener que estar todos en un mismo lugar... Podés decirle que lleva a Blanca si quiere, tampoco da que se quede sola.
Julia: Se lo diré ¡Nos vemos el sábado!
 


 

—Buenos días —me dijo Benja desde la puerta.
—¡Que susto! —me di la vuelta en la silla —Estaba hablando con Julia y ni te escuché —se acercó para darme un beso.
—¿Te dijo algo de su cumple?
—Si, el sábado asado en su casa. Va a invitar a Lucas y Blanca.
—Creí que íbamos a tener más tiempo para enfrentarnos a esta situación —sonrió —Bueno, mejor que sea rápido. 
—A lo mejor es un poco incómodo pero creo que Lucas está con su cabeza en otro lado ¡Va a ser padre! Quiero creer que eso es más importante.
—Si, olvídate. Lo poco que hablé con él, no piensa en otra cosa.
 


 

Nos fuimos a la cocina a desayunar y mientras él hacía el jugo de naranja, su celular, que estaba encima de la mesa, no dejaba lo vibrar. Me estaba poniendo bastante nerviosa, ya que no podía evitar pensar en la cantidad de chicas que tenía en ese teléfono. No pude evitarlo y estiré un poco el cuello para mirar su pantalla. Me dije varias veces a mi misma "cállate" pero no fui capaz.
 


 

—¿Quién es Hannah? —pregunté y se dio la vuelta para mirarme. —Lo vi sin querer en tu teléfono.
—Una chica alemana con la que estuve un par de veces. No le avisé que vine y se habrá extrañado de no verme con el equipo de Delfi —me pasó el jugo —¿Ahora te vas a dedicar a mirar mi teléfono?
—¿Tenés algo que ocultar? —Levantó una ceja y después dio un sorbo a su jugo.
—No, pero cada uno tiene su privacidad y siento decirlo así, pero yo no soy Lucas. Me ganaré tu confianza porque sé que mi pasado puede hacer que te sientas insegura, pero vas a tener que poner de tu parte. Todo lo que hice lo hice estando soltero. 
—Estaría bien que hagas una limpieza en ese celular. No me quiero ni imaginar la cantidad de mujeres como Hannah que tenés agendadas. —me arrepentí al momento pero aún así no podía callarme. 
 


 

Mi psicologa me iba a querer matar porque la verdad es que habíamos trabajado muchísimo mi inseguridad pero no sé que me estaba ocurriendo. Las palabras necesitan salir de mi boca.
 


 

—Eso es otra cosa que no me podés pedir —. Se sentó enfrente de mi y mordió una medialuna —. Yo ni te pregunté que pasó con Pablo ni con otros chicos que conociste estos meses y vos ya me estás queriendo borrar mujeres de mi agenda. 
—Es distinto. 
—No, no lo es. Vos sos una mujer libre, estando conmigo vas a ser siempre libre de hacer lo que quieras y quiero sentirme yo así también. 
—¿Quiere decir eso que querés libertad para seguir siendo un mujeriego? 
—Si para vos la libertad solo pasa por estar con otras personas, tenés mucho que pensar. 
—No entiendo que tiene de malo que te quiera solo para mi. 
—No estamos hablando de eso. Que nosotros decidamos que queremos una relación en la que no habrá otras personas y seremos solo nosotros dos, no quiere decir que no seamos libres. Libres para hablar con quien nos dé la gana, para salir con amigos, para hacer un viaje sin el otro... Yo te voy a respetar siempre y haré todo lo que yo crea que tengo que hacer para que nuestra relación sea sana y duradera. Para que seas feliz y serlo yo. Pero todo lo que haga será porque yo quiero, tendrás que confiar en mí criterio sobre que cosas cambiaré así como yo confiare en vos. Si algo te molesta o te duele, venís y lo hablamos. Pero no me exigas. 
—Pensás de una forma que me encantaría pensar... —. Suspiré —. Será que estoy acostumbrada a otra cosa. Relaciones celosas, posesivas, en la que existen mil inseguridades... Sin confianza y con dolor. Relaciones en las que me pohibieron hacer cosas y yo hice lo mismo. La verdad es que es triste ese amor... 
—Uno aprende. A mi ahora me toca llevar a cabo todo lo que creo que aprendí sobre el amor y las relaciones pero sé que habrá problemas entre nosotros, aunque también sé que podremos solucionarlo si aprendemos a comunicarnos. 
—Intentaré decirte que necesito hablar cuando algo no me guste, así me lo explicás.
—Eso es lo que tenés que hacer. 
—Necesito hablar —. Sonreí y soltamos una carcajada. 
—¿Qué te pasa? —Agarró mi mano con delicadeza y me dio un beso.
—Me incómoda un poco pensar que tenés ese celular lleno de chicas que te dicen que te quieren hacer a saber qué y te mandan fotos en bolas las veinticuatro horas del día. 
—La, me extraña porque me conocés hace años y deberías saber que no le doy mi número a esas mujeres con las que pasé una noche. Así que tranquila, a Hannah le contestaré y le diré que estoy con vos. Además le hablé de la chica de la que estaba perdidamente enamorado —se acercó para abrazarme y sonreí —¿Más tranquila?
—Si, estoy más tranquila... Perdoname —le di un beso en la mejilla y lo abracé más fuerte.
—No me pidas perdón, te entiendo, pero de verdad... Llevo años esperando que te fijes en mi ¿De verdad crees que voy a ser tan idiota como para perderte ahora?
—Espero que no —sonreí.
—Te amo mucho, no te voy a engañar. Es lo único que te puedo prometer, que nunca, te voy a engañar. Te lo juro.
—Te creo —le contesté mirándolo a los ojos y la verdad es que era real, le creía sin ninguna duda. 




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