Inefable, lo que creíamos perdido

23. Estaremos preparados

Tal como lo imaginé mi padre aún no ha regresado a la casa. Aunque posiblemente no le disguste ver a los muchachos aquí, ellos ahora mismo no están en sus mejores galas. El rostro de Derek empieza a verse hinchado y mejor ni hablar de Luke que sigue inconsciente, por lo tanto decidimos que lo mejor es darnos prisa. Los tres salimos hacia el patio trasero, Malcom llevando a Luke en brazos, Derek llamando a Nate para que llegue a la casa y yo busco desesperadamente un poco de alcohol para hacer que pelos en punta abra los ojos.

Cuando vuelvo a entrar al patio con el botiquín de primeros auxilios en mano, Luke ya se encuentra sentado en el sofá con Derek revisando de cerca la herida que tiene en la cabeza, la cual parece es superficial. Me apresuro a llegar hasta ellos y coloco con cuidado el botiquín a los pies de Derek y centro mi atención en Luke.

—Hey, ¿cómo te sientes? —Pregunto, sentándome a su lado y apoyando mi mano en su hombro.

Luke se gira un poco para mirarme y me regala una sonrisa tan amplia que podría iluminar toda la ciudad; de inmediato parte de la angustia que estoy sintiendo cesa en mi pecho.

—Como una mierda, aunque mucho mejor ahora que estás aquí.

Una risa entrecortada brota de mi garganta y niego con la cabeza antes de lanzar mis brazos alrededor de su cuello. Solo él podría resultar inconsciente en una pelea y bromear al respecto.

—Eh, cuidado Gaby, no estoy al cien —dice el rubio con una pequeña mueca en el rostro.

Inmediatamente me separo de él. Puedo sentir lo caliente que están mis mejillas y la risa que sale de la garganta de Luke solo hace que mi rubor empeore.

—Lo lamento. —Empiezo a decir—. Me alegra que estés bien.

Luke no alcanza a decir nada porque el timbre de la casa suena y Derek se levanta como si tuviera un resorte en su asiento.

—Ese es Nate, voy abrir. —Y sin esperar que nadie diga algo, sale disparado hacia la puerta principal.

Luke vuelve a centrar sus ojos en mí, esta vez con su ceño un poco fruncido, Parece que quiere atravesar mi cabeza con la mirada.

—¿Sucedió algo entre ustedes dos?

No puedo pensar en algo que contestarle para no caer en el tema de Derek y yo, porque una voz gruesa y burlona se me adelanta, haciendo que apriete mis dientes con fuerza.

—Sí, yo sucedí. —Malcom se encuentra sentado como si estuviese en su casa sobre una de las butacas del fondo, viéndonos a ambos con una media sonrisa en el rostro—. Parece que a su novio no le agrada mucho mi presencia.

La cabeza de Luke se gira con violencia hacia donde Malcom se encuentra y sus ojos se amplían en confusión antes de posar su mirada nuevamente en mí. En estos momentos solo quiero volverme miniatura y huir.

—¿Malcom, qué estás haciendo aquí?

—Él me llevó a la universidad cuando la alarma se activó. —Me apresuro a decir, antes que a Malcom se le ocurra decir alguna locura. -- Y me ha ayudado a sacarte de la escuela y traerte aquí, así que tal vez podrías ser un poco cordial.

Si mi intención era aclarar las cosas y llevarlas en paz, no lo hice. El rostro de Luke se ve incluso más confundido que antes y sus ojos no se separan de Malcom que continúa con la sonrisa en el rostro.

—¿Y qué estabas haciendo con Malcom, Gabriel?

Toda esta situación está comenzando a molestarme, entiendo que Derek se disguste al verme con Malcom de la nada, teniendo en cuenta que le he dicho en más de una ocasión que desconfío del chico, pero es que tampoco me ha dejado explicarme y ahora Luke me está mirando como si hubiese lanzando un grupo de cachorritos por un barranco, cuando realmente no he hecho nada malo.

—No sabía que debía pedir permiso para tener amigos, Luke. —Mis palabras hacen que Malcom amplíe esa sonrisa al escucharme y Luke cierre la boca de repente.

—Nadie te está diciendo que lo hagas. —La voz de Derek a mis espaldas hace que la piel se me ponga de gallina y mi yo interno se golpee con fuerza la cabeza.

Sin embargo, no lo demuestro, le dedico una sola mirada y me encojo de hombros antes de posar mis ojos en Nate y Mei que se acercan apresurados hacia donde Luke y yo nos encontramos. Mei me funde en un abrazo antes de sentarse junto al rubio para preguntarle cómo se encuentra y Nate deposita un pequeño beso en mi mejilla.

—Derek nos ha contado lo que sucedió, no hemos podido llegar a tiempo, estábamos a las afueras del pueblo con la familia de Mei —dice el rubio, antes de acercarse a Malcom para saludarlo.

Al parecer, Nate, es el único a quien no le parece disgustar que Malcom se encuentre aquí. Entonces recuerdo que Mei me dijo que los tres jugaban en el equipo, y todo cobra un poco más de sentido.

—Lo que no sabemos es cómo terminaste llegando con Malcom —dice mi amiga viéndome una ceja inclinada.

En el acto me percato que cinco pares de ojos están mirándome detenidamente esperando a que diga algo, pero solo dos de ellos me logran poner los nervios de punta; unos parecen estar divirtiéndose a lo lindo con todo esto, mientras que esos orbes azules, muestran total y fingida indiferencia.

—Me lo encontré en el centro comercial. —Empiezo a decir irritada y cansada de la situación y veo que Derek arruga el ceño al escucharme—. Fui ahí luego que te fueras de casa.




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