Inefable, lo que creíamos perdido

29. La traeremos de vuelta

Derek

No he dejado de andar en círculos por toda la casa de Gabriel, mientras que él señor Blanchett se decide a hablar. Hemos llegado desde las siete y treinta de la mañana y en nuestros rostros puede verse que ninguno ha descansado. Tengo un mal presentimiento con todo esto. Hace semanas cuando Gabe me contó que su madre había sido dada de alta del hospital en que permanecía internada pensaba que sería una noticia buena para ella, pero su expresión y la manera en que actuaba me dejo claro que no es así. Fue entonces cuando me contó que la mujer la culpa por todo lo ocurrido con Davis, que él había sido el hijo perfecto y su madre nunca pudo asimilar su muerte.

Por eso cuando Nate me mostró las facturas y reportes del Hospital psiquiátrico a nombre de Leonor lo peor pasó por mi mente. Porque si ella continúa culpando a Gabe de lo que sucedido eso puede ser un peligro.

—Imagino que todos están enterados de lo ocurrido con Davis— La voz del señor Peter inunda el lugar haciendo que todos pongamos nuestra atención en él. Se ve totalmente fuera de sí mientras sostiene un vaso de lo parece whisky en sus manos— La verdadera, quiero decir.

Lentamente los cinco —Increíblemente Malcom también se presentó esta mañana—le damos un asentimiento con la cabeza y por las expresiones de los demás puedo notar que no soy el único que se encuentra a punto de perder la cordura. Luke ha estado demasiado callado con una expresión de enojo constante en su rostro. Mei tiene los ojos hinchados y parece que está a punto de entrar en histeria al igual que Malcom, quien no ha dejado de cuestionar el hecho de que no hemos llamado a la policía. Él único que parece capaz de mantener el control es Nate, aunque debo decir que por su aspecto, deduzco que está haciendo un esfuerzo descomunal por mantenerse cuerdo.

—Cuando Davis murió, mi esposa… Leonor no pudo soportarlo. Él era la luz de sus ojos, Davis era de esos chicos que con una sonrisa se ganaba a todo el mundo, estaba rodeado de amigos y personas que lo querían, pero aun así la persona a la que él más quería era a Gabe.

Una sonrisa triste se forma en los labios del señor Peter, como si estuviera recordando a ambos hijos, como si no pudiera asimilar que la vida parece empeñada en arrebatarle lo que ama.

—Gabe no es como Davis, ella siempre ha sido menos sociable, tiene mucha menos paciencia de la que tenía él y siempre terminaba discutiendo con su madre por los comentarios que hacía, pero nada de eso se interponía entre ellos. Eran mellizos pero también eran tan diferentes— Un suspiro sale de sus labios y su expresión se torna más dura antes de continuar— Leonor no entendía que ellos eran mejores amigos más que hermanos y se empeñaba en que Gabriel tenía que buscar sus propios amigos, no acaparar la vida de Davis. De alguna manera siento que ella se sentía celosa del vínculo entre ellos, porque pese a su amor incondicional hacía Davis, él nunca fue demasiado cercano a ella y supongo que eso se debía a que percibía la manera en que le hablaba a su hermana.

—¿Está diciendo que su esposa no quiere a Gabriel?— Las palabras de Luke salen directas y decir que está enojado sería quedarse corto.

Mi mirada viaja de inmediato a donde el padre de Gabe a espera de su respuesta; pese a todo lo que ha dicho, se me hace muy difícil aceptar que esa mujer nunca quiso a su hija, que su rabia es desde antes que Davis muriera. Gabe no se merece algo así.

El señor Blanchett hace una mueca en su rostro y pasa ambas manos por su cabello, en un gesto que deja al descubierto toda la frustración que está sintiendo.

—Yo nunca pensé que no la quisiera, simplemente creía que quería que hiciera su propio camino sin depender de Davis, y eso no me parecía tan malo. Sé que podía ser dura con ella, pero nunca, jamás creí que las cosas se saldrían de control, hasta que Davis murió.

El silencio que sigue a sus palabras es tirante y se que los cinco nos encontramos debatiendonos en hacer la pregunta que nos ayudará a entender mejor la situación, sin embargo el señor Peter no deja espacio para hacerla.

—¿Ella alguna vez les habló de su madre?

Los cuatro chicos a mi lado niegan con la cabeza, Mei parece que está a punto de romper a llorar.

—Cuando le pregunté por ella, me dijo que estaba enferma y que se encontraba mejorandose en Manhattan. Más nunca volvió a decir algo al respecto.

El señor Blanchett asiente con la cabeza y luego posa sus ojos verdes tan iguales a los de Gabe sobre mi en una pregunta silenciosa.

Me remuevo un poco en mi puesto, aprieto mi mandíbula y paso una mano por mi rostro antes de contestar.

—Ella me dijo que su madre la culpaba por la muerte de Davis— Un jadeo colectivo y el grito indignado de Luke y Mei no se hacen esperar— También dijo que empezó a volverse peligrosa e intento hacerse daño a ella misma y lastimó a Gabriel.

El señor Peter cierra con fuerza los ojos y puedo notar como su labio inferior tiembla. Nunca había visto a un hombre adulto llorar, y la imagen del señor Blanchett con lágrimas surcando su rostro y las manos cerradas en puños, es devastadora.

—Ella no la lastimó, ella intentó asesinarla.

Sus palabras cortan el aire dentro de la casa y siento que el suelo bajo mis pies empieza a moverse. No, no, no… la solo idea de todo lo que ha tenido que sufrir Gabriel para superar algo como eso hace que se me rompa el corazón, y si su madre realmente está detrás de esto—cosa que ahora no pongo en duda— no quiero ni pensar en lo que podría hacerle a Gabe.




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