Derek
84 horas desde el secuestro
El padre de Gabe se marchó la noche anterior tal como dijo que haría, pero antes de hacerlo realizó varias llamadas y nos aseguró que alguien llegaría en breve a ayudarnos con la computadora de Jenkins, ese “en breve” terminó siendo las diez de la mañana del día siguiente cuando un hombre entrado en los treinta tocó a la puerta de Nate, diciendo que venía de parte del señor Peter para ayudarnos con la computadora.
Nate había sido el único que se había quedado en casa a esperar la llegada del hacker, pues sería demasiado sospechoso que los cinco faltemos el mismo día a clase. Aun así, los chicos no tardaron en llegar poco después a reunirse con él. Por mi parte he tenido que esperar hasta la una de la tarde para poder dirigirme a casa de Nate; mi madre tuvo una crisis anoche y sé que últimamente no le he estado brindando el tiempo suficiente a mi hermano así que decidí pasar la mañana con él y almorzar en casa. Hace días que no lo hacía.
Toco con desesperación la puerta de Nate cuando llego y esta no demora en ser abierta. Mei Leing se ve mucho más tranquila que el día anterior y eso hace que me sienta ansioso porque debe significar que han encontrado algo.
Antes que pueda preguntar como va la investigación, Mei se lanza a mis brazos y rodea mi cuello con los suyos.
— Estamos dentro— Dice con entusiasmo en mi oído mientras yo correspondo el abrazo.
Mei deja salir la risa al ver que la aprisiono con más fuerza, y golpea mis brazos para que la libere. Siento que ha pasado una eternidad desde la última vez que pudimos bromear o sentirnos tranquilos.
Cuando llegamos a la sala de estar me sorprendo al ver al abuelo de Nate sentando junto a los chicos, Luke a su lado me hace una seña disimulada para que no pregunte nada al respecto así que ignoro por completo la situación y continúo adentrandome más en la habitación hasta que Mei carraspea y de inmediato todos los ojos del lugar se posan en mi, incluidos los de quien según la descripción de Nate es el hacker; este al verme me regala una sonrisa.
—Tu debes ser Derek— Dice dirigiéndose hacia mi. Es un hombre alto y delgado, de tez morena, que lleva el cabello en un semi afro y lentes de monturas cuadradas. Un friki de treinta años.— Peter me ha hablado maravillas de ti. Soy Kevin.
Estrecho mi mano con la suya y le regalo una sonrisa de boca cerrada. No quiero parecer grosero pero en realidad lo único que quiero ahora mismo es que me diga si ha podido encontrar algo que nos lleve a Gabriel.
—¿Cómo va la investigación? — Pregunto, tratando de no sonar demasiado ansioso.
Kevin que se ha quedado con la palabra a medio salir, el hombre me mira por unos segundos antes de cerrar la boca y regalarme una sonrisa cálida e indicarme con la cabeza que lo siga hacia la computadora. En la pantalla se ven muchas pestañas abiertas, las primeras están llenas de números y fechas en lo que parece ser estados de cuenta y movimientos bancarios, supongo que hemos logrado rastrear las tarjetas de Jenkins, eso es bueno. Kevin se sienta en la silla frente a la computadora y abre una a una las pestañas para mí mientras me habla.
—He conseguido rastrear las tarjetas de crédito, pero la ultima vez que han sido utilizadas ha sido antes del secuestro— A la mención de la palabra secuestro mis ojos viajan de inmediato a donde el abuelo de Nate se encuentra y para mi sorpresa el anciano parece estar al tanto de todo pues está observando minuciosamente cada una de las fotografías.— Ha estado comprando en efectivo.
Mi mirada regresa hacia donde Kevin, la ansiedad empieza a regresar a mi sistema, ya son cuatro días desde que se la llevó, las tarjetas de crédito eran la vía más rápida para localizarla.
— El efectivo no es eterno— La voz pastosa del abuelo Lovales me hace dar un respingo— esta gente siempre termina dando un paso en falso; él no será la excepción. Más aún si tenemos en cuenta que la policía no lo ve como un secuestro. Terminará resbalando.
Las palabras del abuelo de Nate consiguen aplacar solo un poco el mar de emociones que estoy sintiendo. Tal vez yo no sea un experto en el tema, pero en cada uno de los documentales periodísticos que he visto sobre secuestro o asesinatos, los delincuentes dejan pistas, no siempre pueden tapar sus huellas. Eso es lo que debemos buscar, debe estar frente a nuestras narices y no lo hemos visto.
—También he encontrado un listado de propiedades familiares—Continúa Kevin—estoy por hacer un filtro de las que se encuentren más alejadas o puedan servir para tener a alguien cautivo, normalmente suelen ser casas de campo o de vacaciones.
No me atrevo a preguntar cómo es que sabe tanto al respecto y me limito a asentir con la cabeza y dirigirme hacia donde Luke se encuentra pegando apuntes en la pared. Las paredes de la casa de Nate están casi tan llenas de fotografías y notas como la de Gabe. Me paro a su lado observando cada uno de los apuntes que ha ido sacando. Están marcadas las ciudades donde viven los padres de Austen, los padres de Jenkins y una infinidad de tios y primos. En general ocupan una gran parte del norte del país.
—Entonces… ¿el abuelo Lovales?
Luke resopla y rie al mismo tiempo antes de darme una mirada cansada y sonreir un poco en dirección al anciano quien sigue escrutando junto a Nate las fotografías, mientras que Mei y Malcom sentados en el suelo revisan los folios que sacamos de la casa de Jenkins.
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Editado: 12.05.2025