Al principio cuando vi a papá y a Derek aquí pensé que eran parte de mi imaginación, una alucinación causada por el golpe en mi cabeza y las ganas arrebatadores que siento de verlos, pero poco a poco voy siendo consciente de lo que está ocurriendo: han venido por mí. Incluso Luke está aquí y eso es todo lo que necesito para sacar la poca fuerza que me queda e intentar llegar hasta ellos.
Steven ha sido herido, era el momento perfecto para correr y lo hice.
Ver a mi madre corriendo hacia mi fue mucho más de lo que podría soportar, ella me había defendido, sin importar lo que haya dicho antes, ella se paró enfrente de Jenkins y me defendió. Eso hizo que mi corazón se hinchara de un sentimiento que hace tiempo no albergaba con ella: esperanza. Tal vez con el tiempo las cosas entre nosotras puedan mejorar, podamos llegar a ser madre e hija. Sus manos rodean mi cuerpo con fuerza antes que papá pueda llegar a mi, siento que estoy temblando, me siento mareada y cuando ella se separa de mí y me mira con sus ojos hinchados y pupilas algo dilatadas, mis lágrimas empiezan a caer sin reparo de mis ojos. No hay rabia. no hay odio, esta vez solo veo arrepentimiento y dolor en su mirada. Estoy por separar mis labios y dejar salir todo lo que he querido decirle, cuánto la he extrañado y necesitado todo este tiempo, pero el grito desgarrador de papá nos alerta y antes que pueda entender qué pasa, mamá me coge de los hombros y me coloca detrás de ella justo cuando el sonido de un disparo invade mis oídos.
Todo parece suceder en cámara lenta frente a mis ojos, el cuerpo de mamá cae desplomado sobre el mio haciendome caer al suelo, los gritos de mi padre al llegar a mi lado y el sonido incesante de pasos a mi alrededor me tienen en un estado de shock del que solo consigo salir cuando el peso del cuerpo de mamá es retirado del mío y siento el líquido caliente y espeso manchar mi ropa.
La realización de lo que acaba de suceder me golpea tan fuerte que siento que estoy girando en medio de la habitación, intento colocarme en pie y siento un par de manos tomándome con delicadeza de los brazos para ayudarme pero los rechazo, no quiero ayuda, no quiero que nadie me toque. Con dificultad me pongo en pie y busco con la mirada a mamá, está tendida en el suelo a unos pasos de mí, mi padre cubriendo con sus manos el abdomen de ella, un río de sangre mancha sus manos y cuando tose, puedo ver como un hilo de sangre escapa de sus labios.
Trastabillando llego hasta donde se encuentra y me dejo caer a su lado—esto no puede estar pasando, es mentira, es mentira, es mentira— niego una y otra vez con la cabeza, creo que papá está diciendo algo pero no consigo escucharlo, solo puedo ver la sangre en sus manos, mientras siento un sollozo perturbado salir de mi garganta—La acabo de recuperar, ¿cómo puedo perderla ahora si la acabo de recuperar?— Como si hubiera sentido mi presencia los ojos caídos y soñolientos de mamá se fijan en mí y una sonrisa triste se forma en sus labios manchados de sangre. Su mano temblorosa se levanta unos centímetros del suelo en una clara invitación de que me acerque, lo hago. Tomo su mano entre la mía y entonces lloro con fuerza, siento a mi lado el llanto de mi padre y pienso en lo injusta que es la vida, en lo cruel que puede ser algunas ocasiones.
—Gabriel...— El susurro ahogado de mamá me hace fijarme en ella, sus ojos no se han separado de los míos y parece que le cuesta un mundo mantenerse despierta.
—No hables mami, vas a estar bien— Mi voz tiembla, todo mi cuerpo lo hace mientras me aferró con fuerza a su mano. Siento que voy a desmayarme en cualquier momento y lo único que puede mantenerme aquí es el tacto de mi madre.
Giro mi rostro a papá y solo entonces veo al resto de hombres en la habitación moviéndose por todos lados. Los ojos de papá bañados en lágrimas se clavan en los mios.
—Te.. tenemos que llamar una ambulancia, tenemos que pedir ayuda, tenemos que..
—Gabriel mirame— La voz de mamá llega hasta mis oídos y cuando la veo mi corazón se detiene en mi pecho. Está pálida, sus labios cada vez más rojos de la sangre y el agarre en su mano es demasiado débil — Lo lamento hija, lo lamento tanto... necesito que ...
Entonces ella llora y tose haciendo que más sangre salga disparada de sus labios. Se está yendo. No necesito que nadie me lo diga, puedo ver la vida desvaneciéndose de sus ojos.
—Mami… ¡mami! — Sus ojos empiezan a cerrarse y el pánico y el dolor me carcomen, siento el sabor de las lágrimas en mi boca, se va a ir y no pude decirle nada, no he podido decirle todo lo que quiero, todo lo que siento — No te vayas, no te vayas por favor, te necesito por favor no te vayas.
—E-eres tan fuerte, sie-siempre lo haz sido — Una débil sonrisa aparece en los labios de mi madre, sus ojos cada vez más cerrados, su piel mucho más pálida y cuando sus labios se separan es para dejar salir su último aliento — Perdoname.
Estoy gritando. Tengo la garganta en llamas mientras me aferro al cuerpo de mamá, llamándola una y otra vez esperando a que despierte—no puede estar muerta, no puede estarlo— siento los brazos de papá sobre los míos instando a que me levante pero lo alejo, solo quiero estar con mi madre. Tengo las manos y el rostro cubierto de sangre, su sangre y poco a poco voy sintiendo como se me hace más difícil respirar. Llevo mis manos sobre mi pecho e intento respirar una bocanada de aire pero no lo consigo, simplemente no entra a mis pulmones y por un doloroso segundo pienso que tal vez yo tambien estoy muriendo.
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Editado: 12.05.2025