—David —dije mientras entraba en casa.
—Bienvenida a casa.
Abracé a mi esposo con mucha alegría, estaba feliz de haber regresado a casa luego del trabajo. El amor no siempre era perfecto, pero si era eterno y podía trascender a otras vidas. Luego de casarme con mi esposo hace seis años, descubrí que yo lo amé en otra vida y que al final la guerra nos separó, pero tuve la oportunidad de volvérmelo a encontrar en esta. La vida es una constante de altibajos y honestamente estoy preparada para seguir el camino que tenga que ser.
Soy humana, tengo miles de posibilidades en la vida y puedo decir que las cosas salieron bien. Una historia que termina mal, no siempre termina, a veces vuelve a comenzar donde empezó o una continuación, pero un final no siempre es un final, muchas veces es simplemente un punto y seguido. Seguimos la oración, nos limpiamos la ropa y a continuar.
—¿Sabes que te amo verdad? —preguntó el abrazándome.
—Yo también te amo —le contesté y finalmente fundimos nuestros labios en un beso eterno, un beso que podía romper cualquier barrera que nos separara y decirnos finalmente “en nuestra vida anterior, en esta vida o en la que sigue, siempre te voy a elegir”