Inesperadamente Usted

CAPÍTULO 5: COINCIDIR

-Muy bien señor Xu, yo soy Maeve Azahara. Mi apellido es Blanco.

-Gusto en conocerte (dijo mientras extendía su mano para estrecharla con la mía).

-Por favor trace esa línea estudiante-profesor y hábleme formalmente.

-Tengo la edad de tus compañeros de último semestre de la facultad, no me siento lo suficientemente mayor como para que me hables así.

-No es por la edad, es por respeto a su posición. Si me disculpa tengo una práctica que terminar.

Debo admitir que tenía un excelente currículum, estaba finalizando su primer año de maestría  tenía la edad de los chavos de último semestre de la facultad. Y claro una plaza de investigador en la universidad.

-Maeve, pensé que abandonabas tu experimento (dijo Alejandro).

-Cómo crees, un profesor me detuvo afuera. ¿Dónde está Yaolin?

-Fue a buscar a nuestro profesor de Diseño Electrónico.

-¿No es de la clase en línea?

-Sí, volvió para el examen final.

-No me digas que es medio chino y su apellido es Xu.

-¿Cómo lo sabes?

-Traigo su overol puesto.

-¿Se conocen o algo así?

-Supongo que lo conocí antes de su examen.

-¿Sabes que reprobó a Yao?

-No quiero hablar de “Yao”. Si me disculpas voy a terminar.

-Ahí viene Yao, se considerada con él.

-Mi política personal me impide ser considerada con la gente tramposa.

-¿Cómo te fue? (dijo Alejandro).

-Se quedó dormido mientras le hablaba, ¿puedes creerlo? Cuando guarde silencio me dijo que cerrara la puerta al salir.

-Jajaja. Suena realmente al concepto que tengo de Él (dije sin pensar ante la mirada alterada de Alejandro intentando detenerme)

-Maeve nosotros nos vamos. Siento que Yao no este de humor para su cita (dijo mientras rezab porque Yaolin no notara mi comentario).

-No importa realmente tengo mucho por aquí y bueno tendré que llegar a hacer reportes, si quiero terminar este laboratorio a tiempo.

-Adiós.

-Posponemos la cita si estás de acuerdo.

-Claro.

En realidad no planeaba posponer una cita, planeaba cortar todo contacto con él. Me sentía usada. Continúe con mi practica en silencio mientras ellos se fueron, no supe de lo que le dijo Yaolin a Alejandro hasta mucho tiempo después, pero al parecer su plática dio inicio a algo que ni siquiera yo podía decir que pasaría.

 -Alejandro, creo que Maeve sale con el profesor (dijo Yaolin).

-Seguro es tu imaginación. Dudo que aunque yo intentara abrirle los ojos deje de pensar en ti (y tenía razón).

-Lo digo en serio, vi su collar en su oficina.

-¿Qué collar?

-El collar con la esfera de jade que lleva a todos lados.

-Seguro era uno similar que una amiga o su mamá o su hermana, quien se yo, lo dejo ahí.

-No. Esta mañana ella lo traía y cuando la topamos aquí de repente ya no estaba y lo veo en el escritorio de ese profesor loco.

-Regresa a preguntar si tienes dudas.

-Ella me engañó. Creí que hoy teníamos una cita y resulta que corrió al laboratorio a recibir a su novio.

-Tu suposición me parece totalmente fuera de lugar.

-Necesito tomar algo para calmarme.

-¿Mis consejos acaso? ¿O agua?

-Necesito alcohol.

-¡Hey! Tranquilo amigo, nunca has bebido en tu vida te embriagaras con el olor (realmente tenía razón, fuera de sus carencias académicas, era un tipo saludable).

Por otro lado el increíble descubrimiento de Yaolin era mi actual tortura. Pues ese collar de jade era un regalo de mi abuela. Era la única reliquia familiar que poseería en mi vida y sinceramente no recordaba dónde la deje. Ahora que veo todo en retrospectiva, si en ese momento me hubiera dicho que la vio yo lo habría besado en ese instante. Pero prefirió crear un chisme de la nada y obviar sus conjeturas.




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