Inesperadamente Usted

CAPÍTULO 15: DALY

Daly fue una sombra en mi historia por mucho tiempo, raras veces conversábamos durante su ausencia y hasta llegue sentir que era hija única, pero apenas apareció y parece incluso haberse convertido en personaje principal de mi vida. Se ha mezclado perfectamente en mi entorno, a menudo se toma horas libres para acosar al profesor, quien aunque dice no temerle, ha comenzado a tratarme más formal.

-Daly dará una fiesta (dijo el profesor).

-Lo sé, la fiesta es mi casa (respondí).

-Tu hermano prometió no decirle a tus padres que yo era tu profesor.

-Bueno, parece tiene un poco de decencia.

-¿Estarás en la fiesta?

-Mis papás saldrán esa noche, tengo que vigilar que la casa siga completa cuando la fiesta termine.

-Al parecer señorita, usted ignora el comportamiento de todos los amigos de su hermano.

-Si son igual de coquetos que usted, entendería que no quisiera que los conociera.

-Son más bien parecidos a ti.

-¿A mí?

-Sí, necesitan que alguien más tome la iniciativa o morirán solos.

-En teoría, ¿usted piensa que si no se acercara a mi yo moriría sola?

-Es una cena con su círculo de amigos y algunos compañeros de la facultad, no deberías ir, la fiesta estará llena de hombres. Bueno y Amalia.

Amalia era un nombre que hacía meses no escuchaba, pero él profesor de verdad esperaba que cuando lo mencionó yo me tranquilizara y decidiera no ir. Me está retando a ir al decirme que su enamorada amiga irá a mi casa a una fiesta llena de hombres donde el único que le interesa es él.

-¿Amalia? (pregunté).

-¿Realmente la olvidaste o solo finges para restar interés?

-Solo finjo para restarle interés.

-No sé si es sarcasmo o una verdad disfrazada.

-Debo irme, mi madre pasara por mí.

-¿Te iras sin despedirte?

-Claro que no, que tenga linda tarde profesor.

-Me refería a despedida de novios.

 

-Solo hay un tipo de despedida de novios.

-¿Cuál?

-Cuando le dices a alguien que ya no lo quieres ver (dije mientras salía).

-¡Espera! (grito el profesor). ¿Algún día te despedirás así de mí?

-Profesor, no me ha pedido, apropiadamente, que yo sea su amiga (dije sin  mirarlo). No puedo creer que piense en que en un futuro me dejará.

-Para que yo me aleje de ti, tendrías que ser tú quien se despidiera.

-Debe saber, que yo no pienso despedirme de usted, por lo menos en dos años (Dije sonriendo mientras me iba).

Y ciertamente era verdad, aunque mi futuro con el profesor era incierto, no planeaba decir adiós por lo menos en dos años. En parte porque era mi tiempo estimado para concluir mi carrera universitaria y porque dos años era mi limite. Mi límite para que el profesor se dejará de insinuaciones ocasionales y se decidiera a estar conmigo o dejarme ir.

-Pareces distraída, ¿estás nerviosa por conocer a los amigos de tu hermano? (pregunto Mamá).

-¿Qué? No mamá, es solo que mi hermano es raro y no sabría que usar para evitar dejarlo en vergüenza (respondí).

-¿Crees que podrías dejarlo en vergüenza? Tu hermano sabe que eres atractiva, ¿por qué crees que no lleva a sus amigos a casa?

-Porque tal vez el problema no soy yo y se avergüenza de ellos.

-Ciertamente hija los amigos de tu hermano son hermosos. También me contó que el chico que fue de sorpresa a la casa es su mejor amigo. El que fue a buscarte.

-¿Quién? (pregunté nerviosa, aun sabiendo su respuesta).

-El de rasgos orientales, alto, guapo, aparentemente musculoso.

-Madre creo que deberías subir al auto. Gracias por venir por mí, ahora vámonos.

-Claro, necesitas deslumbrar a ese hombre.

-Cualquier persona que me conozca se preguntaría si soy adoptada.

-Siento desilusionarte, pero no dejaré que te presentes con tus fachas delante de ese muchacho.

Tenía tanto trabajo por delante que me realmente no quería agotar mi tiempo con un vestido que le gustara a mi madre, ya que ella era difícil de complacer y totalmente ajena a mis gustos. Además veía musculoso a uno de los hombres más delgados que he conocido. Aunque no imaginaba al profesor en una fiesta en la que ambos estuviéramos. Me ponía en retrospectiva a nuestra primera fiesta.

-¿Cómo te enamoras de alguien y aun así olvidas su rostro? (me pregunté en voz alta).

-¿Enamorarse? ¿De quién hablas? (Dijo mi madre mientras conducía).

-De nadie mamá, estaba pensando en el caso de una amiga.

-Tu solo tienes una amiga.

-Y te agradezco que me lo recuerdes.




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