En el bosque de la aldea Narval, se encontraban dos jóvenes peleando cuerpo a cuerpo. Uno de ellos era el castaño ya antes mencionado, y su contrincante era nada más y nada menos que su mejor amigo, el cual lo miraba de lado a lado esperando sus ataques, leyendo sus movimientos y tratando de persuadirlos, cosa que no logra.
Ambos se encuentran cansados, separados con una distancia considerable y sonriendo al saber que ambos son muy buenos peleadores.
—¿Y bien, ya me enseñarás cuál es esa técnica que te enseñó la bruja blanca?
—Sí. Se llama disuasión. —Este se coloca en forma de defensa—. Quiero que me ataques con todas tus fuerzas.
—Vamos, Jason. ¿Cómo crees que atacaré a mi mejor amigo?
—¿No me digas que tienes miedo de arruinar tu peinado, princesa?
—Bien, no digas que no te lo advertí.
El chico rubio coloca su gorra hacia atrás, logrando que el recipiente que tenía los polvos grisáceos se abran, mueve sus dedos a la altura de sus ojos, ambos en cada lado y estos viajan a ellos cambiando su color a un azul oscuro.
Forma una daga y esta es lanzada a su mejor amigo el cual la detiene fácilmente con un escudo del mismo color.
—Atacame como si me odiaras. Recuerda a tu ex, si quieres.
Su mejor amigo ríe.
Cuatro dagas se colocan a su costado levitando y son lanzadas a la misma dirección, este las va controlando para que viajen a distintas direcciones tratando de romper el escudo que su mejor amigo hace.
Jason bosteza y golpea sutilmente su boca con su mano en un claro ejemplo de aburrimiento.
—¿No tienes algo mejor, Daniel?
Su amigo junta su cejas, molesto. Eso es lo que menos le agradaba del castaño, esa forma tan egocentrista y sentirse superior a todos.
Con más rapidez crea dos espadas y siete flechas para acompañar a las dagas.
Jason al verlo coloca su otra mano, la cual la había mantenido fuera de combate todo este tiempo y agranda su escudo.
—Eso es de lo que hablo.
Su amigo empieza a mover sus manos de un lugar a otro, ordenandoles a sus armas a que lugar viajar, a donde atacar y con que fuerza.
Todas viajan alrededor del varón con chaqueta de mesclilla. Tratando de romper dicho escudo, que poco a poco se le marcaban las grietas que sus ataques provocaban.
Como este era oscuro, su amigo no podía ver a través de él, pero lo que más deseaba era poder ver la cara de su amigo al ver destruido su forma de escudo.
Este, al estar seguro de su último ataque, forma una lanza, apunta directamente al centro del escudo de su contrincante y se prepara para lanzarlo.
—Tragate esto.
Sus manos se sienten ligeras de pronto. Su lanza desaparece al igual que sus otras armas.
—Pero, ¿qué...? —Daniel junta sus cejas al ver sus manos en forma de una fruta que nosotros conocemos como bananas.
Su cabeza es golpeada por una roca y sus ojos se abren al ver que la roca es color azul.
Voltea rápidamente, y no muy lejos de él, recargando su peso en un brazo y sus piernas cruzadas, se encontraba Jason mirandolo juguetonamente.
—¡Sorpresa!
—¿Cómo...?
El escudo atrás de él se desvanece y la arena viaja a su dueño, el chico castaño.
—¿Qué me hiciste?
Sus manos vuelven a la normalidad.
—Yo no te lo hice.
—¡Hola, Danielin! —el rubio cierra sus ojos deseando no haber escuchado esa molesta voz.
A lo lejos, se acercaba un chico de aspecto despreocupado, cabello negro con mechas moradas, tez aperlada y unos ojos enormes color miel.
—¿No pudiste vencerme sin tener que recurrir a Tom? —pregunta en tono burlón.
—Oh, claro que sí. Solo que él también quería ayudar. Esto es la técnica de disuasión, estabas tan atento en atacarme que descuidaste tu parte trasera, pueden atacarte de esa forma, que no se te olvide.
—Me sorprende cuánto haz mejorado al estar con la bruja blanca.
—¿Verdad que sí?
—Pero aún no puedo creer que no haz estado con una chica.
Jason se tensa al escuchar aquello. Baja del árbol cayendo sin titubear y se acerca amenazante a su mejor amigo.
—Pero sabes que puedo romper tu boca en unos segundos si así lo deseo, ¿verdad?
—Sí, y también sé que tu boca no ha besado a ninguna chica en Fervish. ¡Vamos Jason! Eres el chico más fuerte de nuestra aldea, un prodigio que es entrenado por la bruja blanca y no has besado a nadie.
Jason cierra sus puños con fuerza, ese si que habia sido un golpe bajo por parte del varón rubio. Pero claro que este no lo dejaría así.
—Pero sabes que mis labios sólo esperan ser besados por ti.
Este se acerca lentamente a su amigo con la boca entreabierta.
Este finge sonrijarse por lo dicho.
—¿Sabes cuánto esperé por escucharlo?
Imita la acción de su amigo y se acerca más a él.
El chico de mechas se acerca asustado al ver dicha escena.
—¡Vamos chicos! Ustedes son las personas heterosexuales más homosexuales que he conocido. Casi me lo creo.
Estos ríen y chocan sus puños.
—Es talento natural. —Bromea el rubio.
—Tengo que irme, veré a mi maestra esta noche.
Jason se despide de sus amigos y se pone en marcha a la cueva de su mentora sin antes gritarle a Daniel.
—¡Sigue igual de guapo que siempre!
—Te veo esta noche, amorcito.
Daniel le lanza un beso y mira a Tom, el cual no puede creer nada de lo que había visto.
—No te pongas celoso, también tengo amor para ti.
Tom niega con la cabeza y sale corriendo tratando de evitar los besos lanzados por el chico rubio.
...
Horas después, Jason se encuentra con la bruja blanca, esta se encuentra en el mismo lugar que siempre observando la fogata frente a sus ojos.
—Creo saber por qué no funcionó la conexión entre Anne y tú.
—Yo igual.
La pequeña viejesilla voltea a verlo esperando respuesta.
—Ella no es la indicada, se supone que tenía el nivel adecuado para la comunicación, no lo tiene, maestra, por eso no hubo tal cosa.