inestables

CAPITULO 2

Camino en línea recta adentrándome al campus y me quedo asombrada al ver el lugar en donde me encuentro, tiene un aire antiguo que me encanta,  ventanales anchos, colores oscuros, un área verde que está hermosa, y lo mejor es que parece un castillo cuando lo miras por fuera, ya lo había visto en fotos, pero esto supera mis expectativas.

El campus parece querer que todo el mundo se sienta bien ya que hay varios entornos en donde adaptarse. A un lado está un grupo de debate sentados en sillas y divididos por dos equipos, la mayoría parecen de esas personas que creen saberlo todo simplemente por tener un poco de "inteligencia". Me quedo observándolos un rato y me doy cuenta de que en ese grupo yo nunca podría encajar; más adelante hay un pequeño grupo de lectura sentados en forma de mesa redonda en el suelo, donde todo es silencio y solo se escucha la voz del lector leyendo unas líneas del libro After, lo conozco porque lo he leído tanto que puedo decir que me lo sé de memoria, después de unos segundos parada observándolos me doy cuenta que no están leyendo el libro en si, sino criticando la trama, me gustan los debates de libros y es lindo verlo aquí, creo que quizá un día podría acercarme para escuchar mejor. Por otro lado están los idiotas, esos que creen tener el mundo en sus manos, los Fuckboys y las Fuckgirls, esos son niños de papi y mami con muy poco amor propio y que viven queriendo pasar por arriba de todo el mundo por tener dinero e influencias, a esos no los soporto.

En fin, amo el campus porque aquí hay de todo para poder habitar sin tener que salir a ningún lado, lo escogí por eso, porque aquí puedo sentirme parte de algo o al menos eso es lo que  espero.

Me pregunto donde podría encajar yo entre tantos grupos,  una chica con traumas y casi asocial —aunque supuestamente ya estoy preparada para hacer amigos, segun dicen los psicólogos—.

Miro mi figura delgada comparándome con las demás chicas a mi alrededor, la anorexia llega a mi mente y los ánimos sé van al piso al recordar lo esquelética que soy, ya lo superé, pero aún quedan los espejismos recordándome que puedo recaer en cualquier momento, mi figura es tan delgada que parezco un palillo para revolver el café. Y lo sé, sé que es malo para mi mente pensar esas cosas tan feas de mi misma, pero es difícil quererme cuando tengo que vivir en un mundo lleno de prejuicios en donde todos tienen un concepto de belleza que está muy lejos de ser lo qué yo soy.

Sigo caminando hasta entrar al campus y cuando entro logro reconocer al director, lo reconozco porque vi una foto de él antes de ingresar a la universidad, es un hombre de baja estatura, regordete y con lentes redondos dándole un estilo anticuado y nerd a la vez.

—Hola, soy Lesly — digo cuando me acerco a él.

—La nueva— digo sin dejarlo hablar y maldigo para mis adentros.

Pero no me culpo por cagarla, en mi defensa se siente raro hablar con personas que no sean Elizabeth y Mónica—la persona que estaba encargada de mi caso en el FBI—, ellas dos son las únicas personas con las que he hablado en estos tres años, sin contar a los fastidiosos psicólogos.

—Bienvenida, es un gusto tener a una joven tan inteligente e interesante en nuestro campus— dice el director tendiéndome la mano en forma de saludo.

Correspondo el saludo dándole un fuerte apretón de manos y la retiro a los pocos segundos por la incomodidad que se siente, es increíble como hasta un saludo parece raro delante de mis ojos.

—Gracias, el gusto es todo mío, estar en una universidad tan famosa como esta— hablo intentando parecer amable.

—Tengo entendido que eran dos chicas que venían— indaga el director al ver que estoy sola.

—Si, mi compañera vendrá después ya que tuvo que ir de emergencia al baño.— me excuso por Elizabeth, eso le pasa por comer disparates en la calle, esa chica cosa que ve cosa que come, aunque le destroce el estomago.

—Bueno voy a proceder a entregarte las llaves de tu amiga y las tuyas. Lesly, tú te quedaras en la habitación 313 y Elizabeth se quedara en la 379—extiendo la mano recibiendo las llaves mientras lo miro confundida.

—Disculpe, señor—lo llamo antes de que se marche—, creo que se equivocó ya que nos dijeron que nos quedaríamos juntas.

—Lo siento señorita, eso no se va a poder ya que tuvimos problemas para ubicarlas y por desgracia no pudimos ponerlas juntas.

Me quedo en silencio, no quiero quedarme con alguien que no sea Eli, pero tampoco me gusta refutar la orden de alguien mayor que yo y menos cuando es el director del campus y yo soy nueva aquí.

—¿Algo más, señorita?—cuestiona el director sacándome de mis pensamientos.

—¿Puede decirme quien es mi compañera de habitación?— pregunto por curiosidad.

—Compañero querrá decir

—¡¿Qué?¡—me altero—. ¿Me esta diciendo que no puedo estar con mi hermana pero si con un hombre desconocido?—pregunto alterada por la respuesta del hombre que tengo al frente.

—Aquí apoyamos la igualdad de género y tenemos políticas muy estrictas, señorita, así que por favor cumpla con lo que tiene que hacer sin protestar y le aseguro que todo ira bien, ademas su compañero es el joven mas respetuoso que conozco—responde y me quedo con la boca abierta viendo como él me da la espalda para irse. Esto es el colmo, no puedo estar con mi amiga y también tengo que compartir la habitación con algún estúpido niñato con deseos desesperados de reproducirse.

«Ya me cayó mal ese señor»

Le doy la espalda a la entrada caminando por donde se supone que están los dormitorios, subo escaleras arriba mientras busco el número de mi habitación, la encuentro quince minutos después en el penúltimo piso del primer pabellón. Entro y dejo las maletas en la cama junto con las bolsas de compras.

Voy mirando el lugar mientras le escribo un mensaje a Elizabeth con el número de mi habitación para que pueda encontrarme más tarde. La habitación tiene dos camas cada una para una sola persona, dos armarios grandes de madera para la ropa y un baño cómodo.
        
Me recuesto en la cama mirando al techo mientras idealizo como será mi vida aquí.

Respiro profundo llenando mi mente con buenos pensamientos como me enseñaron los doctores y así quedo dormida por lo agotada que estoy.



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En el texto hay: asesinatos, psicopata, problemas mentales

Editado: 04.06.2022

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