Infectados

O N C E

Después de ver el cuerpo de Raven desaparecer entre los arbustos Benjamín decidió salir de su escondite notando que Hades apenas y se levantaba. ¿Qué si lo odiaba? La respuesta era no, un simple y rotundo no que por más convencido que estaba lo confundía. Cegado por sus impulsos decidió hacer lo que en ese momento parecía ser la mejor opción. Viendo el cuerpo que tanto le traía loco se acerco decididamente sin pensar en que sus acciones podrían desencadenar actos horribles. Pero eso ahora no importaba, quedaban pocos minutos en los que él tendría que aprovechar para dejar salir sus más ocultos sentimientos.

— ¿Te gusta Raven? —fue lo primero que sus ansiosos labios pronunciaron al llegar hasta Hades. El pelinegro lo observo pensativo pues, era raro que aquella pregunta saliera de aquel ser y tan de repente.

—No me gusta— pronuncia Hades con sinceridad, Benjamín siente su cuerpo relajarse y aunque sabe que está mal un suspiro de alivio se escapa de sus sonrosados labios.

—Ella…me fascina, me vuelve totalmente loco. —Continúa Hades observando el cielo con una bobalicona sonrisa. Benjamín enarca una ceja incrédulo, sabe que una parte de si mismo se está cayendo a pedazos mientras la otra le reclama de que aun no se por vencido.

— ¿Estás seguro de que no es solo atracción?, ¿De qué quieres a Raven solo para pasar el rato? —Hades negó frunciendo el ceño con desagrado, no sabía exactamente porque pero las palabras de Benjamín tomaban fuerza con cada segundo.

—No es simple atracción créeme— le sonrió tiernamente a Benjamín. Una sonrisa que para el oji cromático resulto ser matadora.

— ¿Cómo estas tan seguro? —recrimino benjamín en un murmullo. Todas las murallas se estaban derrumbando y ¡Demonios! Mentiría si dijera que eso no dolía.

Hades lo pensó por unos momentos antes de sonreírle de nuevo al castaño. —Porque la amo, y estoy seguro de que cuando tú también te enamores de alguien lo sabrás. —explico Hades con una mirada risueña. Benjamín sonrió sarcástico, en eso Hades se equivocaba, el conocía de sobra el amor…

— ¿Qué pasa si esa persona no sabe que me gusta? —Pregunto acercándose más a Hades. Este solo lo miro con interés.

—Tienes que dar todo de ti para que esa persona se dé cuenta

— ¿Valdría la pena luchar por esa persona? — interrogo una vez más dando otro paso más cerca de Hades. Este asintió extrañado por el repentino acercamiento de Benjamín.

— ¿Valdría la pena luchar por ti Hades? —El mencionado trago en seco, apartando la mirada nervioso.

—¿Qu..Que estás diciendo Benjamín? —tartamudeo Hades sintiendo un nudo formarse en la boca de su estomago. Benjamín rio, una risa seca y que demostraba sus sentimientos.

—No es nada— se encogió de hombros y se dio la vuelta para marchar. —Solo una estúpida broma— susurro a nadie en especifico desapareciendo entre la maleza.

Benjamín sentía su rostro arder, estaba molesto y por alguna razón sus pensamientos maquinaban solos armando diferentes escenas. Oscuros pensamientos atacaron su conciencia y tras una batalla contra el mismo, cedió a esos impulsos.

Inconscientemente llevo sus manos a los pantalones ocultos por la capa y saco un pequeño control del tamaño de una nuez. Sin pensarlo pulso el botón rojo en su centro que de inmediato empezó a titilar revelando su ubicación. Benjamín lo guardo y cuando lo hizo su conciencia había vuelto en si ¿Qué había hecho? Se jalo su cabello en completo desespero, el control en su bolsillo no hacía más que titilar, ese sonido le empezaba a irritar. Así que sabiendo que era tarde tiro el aparato con una roca y lo destruyo, pero ya no había tiempo que perder. Ellos ya sabían su ubicación y venían por ellos.

Esto no puede quedar así…

Se propuso a si mismo dando la vuelta y volviendo a donde segundos atrás había dejado a un confundido Hades.

(...)

HADES

—No creí que volverías tan rápido Raven— hablo un sorprendido Hades viendo el cuerpo se su hermosa enamorada llegar hasta él. Raven rio divertida con un extraño brillo en sus ojos.

— ¿Por qué, ¿me extrañaste? —su voz salió burlona mientras rodeaba con sus brazos el cuello de Hades.

Hades sonrió ladeando su cabeza un poco observando a su amada y el repentino y atrevido cambio de actitud hacia él. — ¡Claro que lo hice!— exclamo el pelinegro fingiendo indignación. Raven rio acortando más las distancia entre sus cuerpos. Hades se sentía hechizado con los encantos de aquella mujer, tanto que con cada acto que ella realizaba parecía estar flotando en una nube donde ellos eran los protagonistas.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.