Infectados

D O C E

HADES

Frio, sentía mucho frio. El incesante sonido de una maquina cerca me inquietaba, sacudí mi cabeza pero el molesto ruido no se iba, intente mover mis manos o piernas pero fue inútil, algo las sujetaba con fuerza y cada movimiento era desgarrador. Voces se escucharon cerca, no las diferenciaba solo eran murmullos sin tono. El sonido de mi respiración dificultaba mis sentidos ¿Qué estaba pasando? El latir de mi corazón se acelero y la maquina pareció notarlo porque inmediatamente el constante pitido se hizo más agudo y más rápido. ¿Cuánto tiempo había estado aquí? Ni yo mismo sabia pero mi mente No tardo en recordar:

Benjamín

La mirada rota de Raven

La Jaula

Negro, todo negro.

El sonido de pasos y una puerta abriéndose con rapidez llego a mis oídos, seguí moviéndome pero algo metálico en la vena de mi cuello se inyecto. Inmediatamente mi cuerpo se sintió más pesado, pero no me rendiría tan fácil. Estaba drogado pero aun así tenía fuerzas suficientes. Mi cuerpo se tenso y abrí mis ojos que brillaron en un intenso Dorado que paralizo a los médicos a mí alrededor. Mostré mis colmillos amenazante y alerta a cualquier movimiento. Note que mis manos, pies y cintura estaban atadas a la camilla y que una especie de bata azul me cubría. Fue fácil romper las cuerdas que me mantenían sujeto, lo difícil seria escapar, y más si todo a mi alrededor parecía dar vueltas.

—Llamen al ala norte, infórmenle a George que el sujeto de prueba a escapado…

George, mi cuerpo se tenso de solo pensar en ese sujeto. No lo conocía, pero por las historias que Raven me había contado de él era mejor que nunca lo hiciera. Solo que en este caso, el sería el que no deseaba conocerme. Corrí con la droga recorriendo mi sistema, todo era borroso y mi cuerpo pesaba. Pero eso era lo de menos, ya que estaba más preocupado por salir de entre ese laberinto de blancos pasillos que de lo que me pasara. Una vibración a mis espaldas me advirtió de lo que venía, así que haciéndole caso a mis borrachos sentidos me agache a tiempo observando como un dardo se clavaba en la losa blanca. Maldije cuando otros miles les siguieron después, así que me di por vencido cuando el primero se clavo en mi cuello, mi cuerpo callo como peso muerto al suelo y lo único que mis ojos vieron antes de cerrarse fueron una botas negras que sabía con exactitud a quien le pertenecía, ¿Al final? Solo disfrute de lo liviano que se sentía mi cuerpo que ignore todo a mí alrededor.

Ignore como me llevaban y me metían a una extraña maquina que solo se lleno de agua tan pronto como entre. Ignore los constantes dolores en mis músculos, Ignore los constantes pinchazos de agujas e ignore a los doctores cada vez que me torturaban. Los ignore a todos sintiendo por primera vez el sabor de una traición y del primer desamor.

Raven…

Fue mi último pensamiento antes de que la maquina que me mantenía con vida dejara de subir y bajar con mis latidos. La línea roja en ese aparato marcaba lo que había pasado, ¿Y yo? Yo solo me deje llevar sintiéndome la persona más inservible en este planeta.

(...)

RAVEN

— ¿Estás listo? —Benjamín asintió. —Bien, porque no hay marcha atrás— hable mientras saltábamos con sigilo los muros, fuimos los suficientes rápidos para que nadie nos viera y lo suficientemente astutos para escabullirnos por la plata de “Experimentos” sin que nadie nos reconociera. Tenía que admitirlo, Benjamín había sido de más ayuda de lo que espere. ¿Qué que hacía yo con él?

Salvando a Hades y si, el me ayudaba.

Después de que Hades fuera llevado Benjamín me busco y explico todo, al principio no le creí porque vamos ¿Quién besa a tu novio y se hace pasar por ti? Solo Benjamín, pero podía entenderlo. Yo siempre lo supe, desde que Hades apareció el Benjamín de antes se ha comportado muy extraño y yo estaba tan ciega que no lo vi. Me siento una mala amiga en este momento, así que después de todo le creí. Benjamín siempre había sido mi amigo casi un hermano para mí, no solo podía pensar en mi cuando el sufría en silencio. Sin embargo el nunca dijo nada, solo…nos veía desde la lejanía mientras sufría, mostrando siempre una sonrisa que ocultaba sus lagrimas y lo roto que su corazón estaba.

Corrimos por los blancos pasillos siguiendo el olor de Hades, por muy extraño que parezca desde que los brazaletes fueron desactivados nuestros sentidos se han vuelto más agudos, mas alertas, más precisos. Así que lo supe, el virus ya estaba tan avanzado que era imposible de contener y los brazaletes solo pausaban esos sentidos. Me detuve frente a una puerta que decía “Zona Embriológica” y sin pensarlo mucho entre dejando a Benjamín de guardia. Las luces yacían apagadas pero aun así las maquinas brillaban por su cuenta con una especie de liquido verde que se podía confundir con agua. Camine mirando cada máquina hasta que lo vi, allí en el fondo y con miles de cables conectados a su cuerpo estaba Hades. Corrí a socorrerlo y jadee cuando observe lo desnutrido que estaba: No parecía el mismo. ¿Qué le habían hecho? Me pregunte cuando en un impulso estrelle mi puño contra el vidrio que nos separaba destruyéndolo al instante. El liquido no tardo en vaciarse hasta dejar el cuerpo de Hades completamente seco. Lo mire con pena notando lo mucho que lo había extrañado.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.