Infierno

14.¿A qué viniste?

Me encontraba otra vez tirada en mi cama, solo pensando que cualquier cosa es mejor que mi vida— últimamente esa se había vuelto mi rutina— y la canción que tenía puesta en el celular no me ayudaba para nada. Digamos que "rata de dos patas" no es una buena canción para la depresión.

Me levanté de la cama y fui a tomar mi celular para poner otra canción, pero luego recordé que tenía puesta una playlist así que me tiré a la cama otra vez como la estúpida morsa que soy.

La canción cambio, pero mi suerte es tan mierda que se puso otra más depresiva que la que tenía anteriormente. Estaba tan acostumbrada a que mi vida fuera un asco, que me dio igual y decidí cantar a todo pulmón.

-¡Anoche estuve conversando, con mi cigarrillo...! a veces pienso que ni siquiera existo... lo encendí muy lentamente, le di una fumada...!

-Bonita canción- dice alguien a mis espaldas y yo me espanto al reconocer esa voz.
Todo en mis adentros se está revolviendo en este momento y no lo puedo evitar. Los nervios se hacen presentes en mí y mi estómago gruñe como si tuviera una manada de vacas adentro, mi piel se eriza de tan solo escuchar su voz. No sé por qué, una parte de mí se alegra de escucharlo, pero la otra se siente muy nerviosa. Intento mantener mi postura y no expresar los sentimientos que estoy experimentando en este momento.

Lo miro sin expresión alguna para luego decir- ¿qué haces tú aquí?- mi voz expresa un toque de enojo y rabia a la vez- ¿y cómo llegaste hasta acá?

-Tus amigas me mostraron un pequeño atajo- contesta mientras apunta hacia la ventana, yo lo observo confundido.

-¿de qué hablas?- le pregunto y doy varios pasos hacia la ventana. En el césped de mi casa pude identificar a dos señoritas muy buenas mozas—nótese el sarcasmo—Kiara y Leila me miraban sonrientes.

Yo no tardo nada en reaccionar y les grito a ambas.

-Son unas malnacidas!!!!- ellas me sacan la lengua y les juro que parecían dos niñas pequeñas desquitándose con su madre.

-Ya nos la agradecerás! - gritaron las muy perras para luego irse y dejarme sola con Ashton, algo que por cierto me aterraba.

Camine hacia donde se encontraba parado Ashton.

Últimamente estaba sintiendo una pequeña atracción por él. Pero no era más que eso 'atracción'. Si... puedo repetirme eso cientos de veces pero, por más que quiera sé que no es cierto. Yo creo... creo que me estoy enamorando de él; sacudo mi cabeza para lograr apartar ese sentimiento, yo sé que Ashton no me corresponde, no sé si el siente lo mismo por mí.

-¿A qué viniste, eh?- la pregunta solo sale de mi boca- a echarme en cara que al fin caí en tu juego, a burlarte de mí por ser una tonta- lo golpeo en el pecho con cada palabra que digo-¿o mi favorita?, viniste a decirme que soy una maldita zorra, porque ya estoy cansada de escuchar lo mismo- sigo golpeado su pecho aunque a él no parece importarle- soy una estúpida, idiota- las lágrimas solo se escaparon de mis adentros- ¿sabes qué?, mi vida ya es una mierda y no necesito de ti para recordármelo- hago una pequeña pausa- ¿Por qué vinis....- la pregunta se queda pisada en el aire, no porque las palabras no salieran de mi ni tampoco por los nervios, sino al sentir como sus labios hacen contacto con los mios. Ashton me estaba besando, estaba besándome!

Sus labios encajan perfectamente con los míos. Siento como sus manos hacen contacto con mis mejillas. Su toque es muy dulce y cautivador. Acaricia  levemente mi pómulo y al terminar el beso, junto nuestras frentes delicadamente.
En el momento en el cual sus labios hacían contacto con los míos, sentí mil cosas en mi estómago y lo que más me confundía era que no se sentía mal, ni incorrecto. Al contrario, se sentía muy bien. Pero lo que en verdad me dejo atónita, fue su respuesta hacia mí.

-¿Por qué siento que cada día me estoy enamorando más de ti?, en verdad intentaba sacarte de mi mente pero nada funciona- en sus labios se planta una pequeña sonrisa- cada día me vuelvo más loco por ti.

- Y-Yo- mi voz se quiebra un poco- creo que también siento algo por ti- aunque sé que es mala idea contárselo, ya no puedo aguantar más. No me importa como sea su reacción, lo que importa es lo que estoy sintiendo.

No me dio tiempo a analizar lo que acababa de decir, ya que acto seguido de mis palabras volvió a besarme, como solo Ashton Edwards sabía hacerlo. Después de un par de segundos reacciono y lo detengo- espera, porque debo creer en lo que dices. ¿Por qué de todas las chicas con las que has estado, decides elegirme a mí?.

Tarda unos segundo en responder, pero a pesar de eso lo hace.

-Porque tú me enseñaste a ver la realidad del mundo, porque aún cuando estas sufriendo te muestras como si nada está pasando, porque hay fuerza en ti y al estar contigo parte de esa fuerza se me transmite, p-porque yo no puedo controlar mi corazón...- al decir esas palabras, se me escapó  una pequeña lagrima; pero esta era diferente a las anteriores, esta lagrima era de felicidad y por primera vez desde que mi madre murió pude sentir un toque de felicidad. No dude ni un segundo y me lance en sus brazos. Le di un pequeño beso y lo abracé. Me separo lentamente de sus brazos, pero no aparto la distancia que hay entre nosotros.



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En el texto hay: suspenso y drama

Editado: 02.02.2019

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