Infierno

17. Todo este tiempo era...

Estábamos en el funeral de Thomas. A su familia le rompió el corazón la noticia, según lo que me contó Kiara, Leila ni siquiera come. Leila ya no quiere dirigirme más la palabra y eso me entristece mucho ya que se convirtió en una gran amiga; yo ahora estoy más cerrada que antes con las personas porque sé que todo esto es mi culpa, tal y como lo había dicho Leila, la muerte de Thomas me afecto más que a los demás—a excepción de Leila—ya que se había convertido en mi mejor amigo.

Ya tome una decisión, nadie tenía que sufrir más por mí. Decidí que esta noche huiría de casa, pero no se lo diría a nadie, para que no puedan detenerme. Ya estoy cansada de aparentar que todo está bien, estoy harta de que todos salgan lastimados por mi culpa y estoy cansada de perder a las personas que amo. Me dirigí hacia Leila a darle el pésame ya que no podía irme de aquí sin hablar con ella.

Me acerque a donde se encontraba- Leila, lo lamento tanto...- Leila alzo el rostro y pude ver como sus ojos eran cubiertos por inmensas bolsas de tanto llorar- yo sé que todo esto es mi culpa y quería pedirte disculpas ya que eres alguien muy importante para mí y no soportaría perderte- continúe hablando sin importarme su reacción. Me sorprendí al ver la forma en la se lo tomo todo.

-Tranquila, yo soy la que debo disculparme. Nunca debí haberte hablado de esa forma, yo sé que tú no tienes la culpa de que todo esto esté pasando; te grite de esa forma por la ira que estaba sintiendo en ese momento, tenía que desquitarme con alguien y al verte ahí enloquecí. Enserio lamento mucho lo que te dije, la verdad es que no te odio, por más que quiera echarte la culpa no puedo. Siento que toda la culpa es mía. Se suponía que la bala debía darme a mí, pero él me protegió; siento que toda la culpa es mía porque esa bala debió darme a mí, no a él y eso me está matando por dentro.- explico Leila y pude ver como los ojos se le llenaron de lágrimas. No dude ni un segundo y la abrace fuerte, ya que necesitaba a una amiga en ese momento y yo estaría dispuesta a ayudarla con lo que sea.

-¿ya estás bien?- le pregunte mientras frotaba su espalda para que pudiera desahogarse.

-Cómo voy a estarlo- me sentía muy mal, ella sostuvo mi mano e hizo que la mirara fijamente- se lo que estás pensando Sam, ya te dije que esto no es tu culpa y que no debes sentirte mal por lo que paso. Solo fue un momento de debilidad.

-Es que siento  que nunca debí acercarme a ustedes desde un principio, para que nada de esto ocurriera.

-No digas eso- me dijo Leila con un tono comprensivo- esto es culpa del inútil psicópata ese- yo asentí pero por más que quisiera entrarme esa mentira en la cabeza, no podía. Todo esto era mi estúpida culpa.

Esta vez me dirigí al lugar en donde se encontraba Ashton, para despedirme de él, aunque él no supiera que eso era lo que haría.

-hola Ashton- dije dándole un abrazo.

-hola cariño- dijo triste ya que Thomas también era un buen amigo para todos.

-te amo mucho lo sabes ¿verdad?, siempre te amare sin importar lo que pase luego- dije apreciando cada rasgo de él, ya que sería el último día que lo vería.

-sí, lose. Yo también te amo- me miro un tanto extrañado- ¿te encuentras bien?

-¿eh?, si claro perfecta- saque un sobre de mi bolsillo y me quede viéndolo por unos instantes, yo seguía con las manos puestas en el sobre- debes prometerme algo- el asintió confundido- abre esto dos horas más tarde y léelo, ¿okey?- solté el sobre en sus manos para que lo sostuviera.

-¿Qué tiene?- dijo con una pequeña sonrisa divertida.

-Ah... es solo una tontería que escribí, y tengo vergüenza de que la leas ahora.

-¿tu? ¿Escribir?, que paso con mi Sami.

-ya tonto, solo confía en mí y ábrelo más tarde- el asintió y yo deposite un beso en sus labios, el beso se intensifico. Tal vez para él era un beso más o uno de los muchos besos que nos daríamos en un futuro, pero para mí ese era el último beso que le daría, era mi beso de despedida y decidí disfrutar de ese último momento que me quedaba con él.

Me dirigí a casa, decidida, hoy me marcharía y no habrá vuelta atrás.

(...)

Estaba empacando todo lo que necesitaría. Vi mi clóset vacío y en ese instante fue que me di cuenta de cuanto extrañaría este lugar.

-espero que puedan vivir mejor sin mi...- dije para mí misma mientras me dirigía con mi maleta a la puerta de mi cuarto. Pero algo me impido avanzar, note una pequeña carta en mi escritorio.

 

Querida Samantha:

Se suponía que tu amiga debía ser a quien le disparara, pero ese estúpido de tu amigo se interpuso en mi camino. ¿Por qué crees que lo hizo...como era, ha sí. Thomas? ¿Por amor?, que patético. El amor no existe cariño, que se te grabe eso en la cabecita tan estúpida que tienes, pero bueno, como sea la muerte de Thomas te afecto igual.

Att: tu querido asesino.



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En el texto hay: suspenso y drama

Editado: 02.02.2019

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