Infierno Helado (libro 1)

Capítulo 2

Escucho el sonido de mi alarma y poco a poco mi mente se va despejando y abro los ojos. La claridad me hace parpadear unas cuantas veces.
Hoy era el día, mi primer y último día de instituto. Me levanto y repito la rutina de todos los años anteriores. Despertar, ducharme, vestirme, desayunar y salir.
Acompaño a Jared mientras me sirvo una taza de café.
-¿Cómo amaneciste?- Pregunta llevándose una cucharada de cereal a la boca.
-Bien supongo.- Señalo tomando café.
-El último año hermanita, deberías estar feliz o melancólica por dejar a tus compañeros de adolescencia.
-Lo estoy, ambas. Aún no puedo creer que sea nuestro último año, tanto tiempo conviviendo con las mismas personas, viviendo la misma rutina cada año, odiando las mismas materias…
-Eso significa que deberíamos aprovechar el tiempo que nos queda en ese edificio feo.
-Eso dices ahora, pero estoy segura de que extrañarás ese edificio feo cuando ya no estudies ahí.- Lo escucho bufar.
-Nah, no pienso conformarme. Quiero vivir, viajar, no porque vaya a terminar esta etapa significa que seré como algunos adultos aburridos que se meten en lleno a su trabajo, soy joven, hay tiempo. Pienso vivir tanto por dentro como por fuera.
Eso suena realmente bien. Sin embargo mis nervios no sólo son por que sea mi último año, sino porque el tiempo de normalidad en mi vida se está acabando.
Lo miro de reojo.- Me siento nerviosa, pero no porque sea mi último año. No quiero cambiar enfrente de todos, no quiero que Natalia o Cody sepan la verdad porque sé que me tendrán miedo después.
-¿Así que eso es?- Asiento.- Abby, llevas meses sabiendo la verdad, el que te dijéramos hace poco no significa que escaso tiempo después de saber la verdad cambies.
-Pero ustedes lo dijeron, no hay control de cuándo pasará, tú cambiaste a los doce, yo tengo diecisiete y nada.
-Sí, pero eso no significa que cambies este año y si lo haces, estaremos ahí para ti.-Suspiro agradecida.- Tómalo como un don.
Lo miro curiosa.
Jared levanta la mano y pone la palma hacia arriba, de ella sale una delgada línea de fuego que se mueve de un lado a otro, como si se tratara de un huracán de fuego.
Sonrío.
Sólo espero poder controlarlo así también.
Escucho la bocina de un auto y sé que es Natalia, miro a Jared.- Adiós, nos vemos en el instituto.
Le beso en la mejilla y me levanto mientras agarro mi mochila negra y la pongo sobre mi hombro.
Miro el auto de Natalia y voy hacia él.
-Buenos días.- Digo cerrando la puerta. Me acomodo en el asiento y abrocho el cinturón de seguridad.
-Eh te ves bien.- Dice sonriendo.

Me echo un vistazo. Llevo jeans, una camiseta azul marino y una chaqueta de cuero que combina con mis botines. Por lo general Natalia me dice que me visto muy poco femenina.
¿Pero qué voy a hacer? Me siento cómoda con mi estilo.- ¿Viste? seguro van a ir a Amadeo.- Comenta viendo por la ventana.
Sigo su mirada, los Thompson están fuera. Miro a Natalia y frunzo el ceño.- No me digas que te gustan.
Me mira ceñuda como preguntando si hablo enserio.- Ok lo siento.- Digo riendo.
-Una ya no puede ver a chicos sexys con la boca abierta porque la gente piensa que te gustan.
Abro la boca de asombro.- Esa boca.- Le digo riendo.-¿Qué ha pasado con la dulce Natalia?
-Ya, ya. Vámonos de una vez.
Enciende el motor y nos marchamos.
El clima es fresco, las nubes grises y parecen borrar las pocas nubes blancas que quedan.
Por un momento pienso en lo que diría Natalia si en este preciso momento le digo la verdad.
"-Oye Nat, soy un orígen o voy a serlo pronto, verás voy a poder quemar cosas con sólo tocarlas y también puedo no sé ¿hacer fogatas? pero no te asustes, pronto podré controlarlo, si es que los cazadores no me matan primero."
Sí, creo que dejaría de hablarme por un tiempo.
La escucho tararear mientras cruzamos las puertas de metal del estacionamiento.
El edificio es casi gris, siempre ha sido así, en lo que debía dar crédito es que era bastante grande. Dos pisos, un gran campus y lo mejor, una gran biblioteca.
Lo que me hizo pensar en Zack y en que debía guiarlo por hoy.
Cuando Natalia sale del auto le resumo un poco el asunto.
-¿Pero comerás con nosotros cierto?
-Claro, no es que vaya a cambiarte o a Cody por un grupo de desconocidos.- Ella asiente.
-Le diré a Cody.
-No, se lo digo yo, puede que me lo encuentre en el pasillo.
-Bien, luego me cuentas los detalles.- Dice guiñándome un ojo.
-No lo hago por eso.- Río.
-Lo que sea, me lo vas a decir.
Los pasillos están repletos. Las personas charlan de cómo les fue en las vacaciones. Un par de chicos se fueron de viaje, otros decidieron empezar a trabajar a medio tiempo para ahorrar para la universidad, otros como yo sólo se quedaron en casa, leyendo, mirando películas y pasando el tiempo de la cama al sillón.
Escucho uno que otro chisme enfermizo mientras llego a mi casillero junto a Natalia.
Ella abre su casillero que está al lado del mío. Repito su acción mientras saco mi horario de la mochila y los comparamos al instante.
-Bien tenemos matemáticas, biología y literatura juntas.- Dice un poco desanimada.
-Por lo menos quedamos juntas en esas, sería peor en ninguna.- La animo.
-Eso sí.- Murmura.- Iré a buscar a Cody, quiero saber si tenemos clases juntos.
-Bien, me lo saludas.- Digo antes de que se vaya.
Alguien toca mi hombro y cuando me giro me encuentro con Zack, un Zack que parece realmente emocionado. Sus ojos verdes parecen brillar y sus manos se mueven nerviosas. Detrás de él están sus hermanos.
-Hola Abby ¿estás ocupada?- Pregunta Zack
-No, claro que no ¿Están listos?- Les pregunto a todos en general.
Zack contesta por todos.- Si, ¿Por dónde empezamos?
-Necesito ver sus horarios para enseñarles los salones.
Zack busca en su mochila al igual que Sebastian, el único que parecía no querer saber dónde quedan sus salones de clases era Jesse.
Sebastian y Zack me tienden sus horarios y los reviso.



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En el texto hay: guerra, fuego, hielo

Editado: 15.02.2018

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