El viaje al instituto con Natalia transcurrió en silencio. A pesar de que le dije que olvidara el tema de lo sobrenatural no lo hizo. Pero era mejor estar en silencio que escuchar sus preguntas y sentir remordimiento de conciencia por no poder responder con la verdad. Cuando llegamos, ella bajó primero y no me esperó así que me dirigí sola a mi casillero. Al llegar al salón me encontré con Jesse, decidí contarle lo de Natalia.
Él me escuchó atento, bajé la voz cuando empezaron a llegar los primeros estudiantes.
-...Y no sé qué hacer. ¿qué harías tú?
Asiente.-Bueno, yo pasé por lo mismo.
-¿Enserio?
-Sí, tenía un amigo en Bretder, se llamaba Sebastian como mi hermano.
-¿Le contaste la verdad?
-Bueno... no pensaba hacerlo pero me vio usando mi poder.
-¿Es enserio? ¿Cómo actuó?
-Primeramente, no fue mi culpa. Habían pasado unos cuantos días desde que había cambiado, no podía controlarlo por completo.-Se queda en silencio y mira hacia otra parte.- Mi padre me ayudaba a entender cómo funcionaba todo, ese día estaba en mi habitación practicando como congelar los objetos pero con moderación pero se salió de control y mi habitación quedó congelada.
-Algunas cosas nunca cambian.- Bromeo y el ríe.
-Supongo que si.- Dice sonriendo.- La cuestión es que él llegó justo en ese momento, al ver mi habitación en ese estado claramente se sorprendió. No pude darle una buena excusa ¿pero qué podía decir? mi habitación estaba congelada. Así que le conté la verdad.
-¿Te aceptó así? ¿Actuó bien?
-Sí, pero le costó aceptar que su mejor amigo no era humano.
-Espera ¿qué edad tenían?
Tuerce el gesto.- Doce.
-Entonces cambiaste a los doce... y yo tengo diecisiete y nada.
-Sabes que eso pasa, podrías cambiar incluso a los sesenta.
-Lo sé pero me imagino que entre mayor, peor. Más complicado.- Hago una pausa.- Pero lo que quiero saber ahora es... ¿podré decirle la verdad a Natalia?
-¿Confías en ella?
-Si, confío en ella.
-¿Entonces qué es lo que te ha detenido de decirle la verdad?
-Lo que me detiene es que... también hay riesgos, los cazadores asesinan a los orígenes pero también a los que saben de ellos.
-Puedes advertirle sobre eso también. Hay una cosa más...
-¿Y si no me acepta? ¿y si le doy miedo y se aleja?
-Si en verdad es tu amiga y te quiere... te aceptará tal y como seas.
Le sonrío, agradecida por sus palabras.
Contesto las preguntas, reviso el siguiente párrafo en el libro y luego lo apunto en el cuaderno.
-Williams.- Me llama el profesor. Levanto la cabeza.- Ve a la biblioteca y tráeme dos libros de historia, dos de tus compañeros no trajeron su libro.
Frunzo el ceño "¿Por qué yo?" Me levanto de mala gana y voy hacia la biblioteca.
Me recuerda a esos momentos en primaria cuando los profesores nos mandaban a traer sus cosas.
En cuanto entro me acuerdo del libro que no he devuelto, por suerte la bibliotecaria no está, se lo traeré mañana.
Me voy al pasillo en donde se encuentra la sección de historia, reviso tomo tras tomo hasta que encuentro el que estamos usando en estos momentos. La puerta de la biblioteca se abre de golpe, por alguna razón no me muevo.
La voz de una chica es lo primero que se escucha.
-¿Estás seguro de que está aquí? ¿por qué tu madre lo dejaría aquí?- La voz de la chica está llena de fastidio.
Pero la del chico no se compara para nada, está llena de arrogancia y oscuridad.- Está aquí.- Dice.- Mi madre lo quería mantener oculto.
-¿Debía estar loca como para dejarlo en un lugar así.- Dice con una mueca de desprecio.
Se acerca a ella y la agarra del cuello de forma brusca mientras acerca su rostro al de ella.
-Vuelves a mencionar a mi madre de esa u otra forma y me encargo de que tu cuerpo no sea encontrado jamás y luego veré que hago con tu hermana.- Me sobresalto al escuchar la voz del chico. Los veo caminar hacia los pasillos mientras me oculto entre los estantes.
La chica se queda en silencio, es a la primera de los dos que miro.
Es alta, de cabello castaño oscuro y ondulado hasta por debajo de los hombros, viste de negro y su maquillaje es duro y favorece a sus facciones, sus ojos son café oscuros y a lo lejos se confunden con el negro.
-Revisaré los primeros estantes.- Dice la chica ya con su tono moderado.
Entonces lo veo. Su cabello blanco resalta mucho más por su ropa oscura. Ya no hay nada de aquel chico que vi la otra noche en el supermercado. Ahora sus facciones son duras, serias. No hay brillo en sus dorados ojos, sus labios son una línea recta. Parece enojado ¿o sus facciones son así siempre?
Levanta una mano y veo como los libros de una de las estanterías empiezan a flotar en el aire, uno a uno va cayendo al suelo cada vez que el los revisa para saber si es el correcto.
Gruñe lleno de frustración al no encontrarlo, me muevo para ocultarme más ya que van avanzando.
¿Quiénes eran? y lo más importante ¿qué eran?
Jesse no pudo sentir nada en él porque no era un origen ¿Entonces qué es?
Ruego porque el timbre suene, así tal vez a alguien se le ocurra aparecer por aquí. Siento como mi pecho martillea más fuerte por el temor. Van a matarme y ni siquiera sé a lo que me enfrento.