Infierno "Z"

Camino Desolado

Un sol desolador se cierne sobre todo el territorio que mis ojos alcanzan a visualizar, se siente como si fogonazos saliesen de la tierra convirtiéndolo en un auténtico horno, alejándome del lugar de acampada sigo derecho el camino rumbo a la capital, me he planteado atravesar a través del bosque, pero no puedo estar seguro del que encontrar precisamente, no sé con certeza si la infección únicamente ataca a los seres humanos, o también los animales pueden infectarse por mordidas y aruñones, o tal vez por comer algo contaminado, los pocos que he visto infectados he evitado que me vean, no quiero que uno de ellos se topen conmigo, no estoy seguro de poder defenderme de ellos, sí bien recuerdo el día del desastre todo fue un caos y todo se encontraba muy confuso, frente a mis ojos pasaron muchas cosas, desde la conversión de mi madre y los infectados contra todo…

Habré caminado varios kilómetros bajo el sol arrasador, y a lo lejos puedo escuchar el leve sonar de un río, conmigo llevo la crema protectora, un machete y varias comidas enlatadas que logré recolectar de una tiendita abandonada, no sé con certeza si es posible infectarse por consumir algo que contenga fluidos corporales de los infectados y tampoco es que quiera averiguarlo, conseguir el agua es mucho más difícil, a todos los lugares que he ido, he encontrado pocas provisiones, pero nada de agua, diseñe una especie de filtro, que me deja recolectar el agua, aunque este sucia, este la limpiará, me ha sido muy útil y gracias a él, he podido seguir mi camino…

Los días de lluvia son los mejores para caminar con tranquilidad, se con seguridad que los infectados le temen a la lluvia, no puedo explicarlo, pero he notado que cuando llueve, estos desaparecen de las calles, no importa si algo sano y vigoroso se pasea frente a ellos, en la lluvia no atacan, solo pueden quedarse quietos mirando pasar a su presa, sin poder atacarla…

Siguiendo el sonido lejano del agua, logro llegar a un puente, debajo se escucha  fuertemente el correr del agua, examino el lugar para encontrar una manera de bajar al río, sin hacer demasiado ruido, sin embargo, no encuentro nada útil, el rio se encuentra debajo del puente, y no hay manera de bajar rodeando el puente, bajar por tierra es imposible, hay mucha pendiente y no tengo suficiente cuerda, ni tampoco equipo para bajar, sin embargo al otro lado del puente hay una aglomeración de vehículos inmensa, carros abandonados de todo tipo, y aún parece que no han sido revisados.

A paso veloz decido avanzar por el puente, a revisar el contenido de los carros, quizás encuentre algo más útil, como más comida, armas y sobre todo agua…

Los primero coches que he encontrado, no tenían nada útil, los carros son un completo desastre, algunos chocados entre sí, otros con sangre y restos de carne descompuesta, ropa ensangrentada por todas partes, es un escenario aterrador, distingo a lo lejos una furgoneta alejada de todos los vehículos, casi como haberla abandonado allí...

La tarde pasó rápido y por más que intente revisar todos los coches, fue imposible, la noche cayó y aún no había armado ningún campamento, entre la ligera espesura del bosque y la oscuridad de la noche llegue a la furgoneta, sutilmente sin hacer demasiado ruido logre ingresar, estaba llena de mantas y otras cosas, ahora entendía todo…

La furgoneta transportaba suministros, medicinas, agua, comida y ropa, cuando abrí las puertas, me sentí en el paraíso, no pude evitar sentirme aliviado, después de tantas desgracias, encontraba algo bueno, sin embargo mi felicidad duro muy poco, no muy lejos de allí, escuchaba pasos fuertes y rápidos, continuos, como si se tratade de una carrera, rápidamente trate de obtener una mejor visión y el panorama que me encontré era desalentador…

Hacia mi venía una horda de infectados, una horda de gigantes infectados, corriendo a toda su potencia, era imposible no verlos, pronto el suelo empezó a estremecerse de apoco e iba aumentando constantemente.

Entre en la camioneta y cerré las puertas, lo más despacio posible, puse el seguro y acerque las mantas y la ropa a la puerta, rodeándome de los alimentos y el agua, sin moverme demasiado me aplique la crema por las manos, la cara los pies y por dónde más podía.

El suelo pronto empezó a estremecerse más fuerte y los gruñidos aumentaron su ritmo, estaban cada vez más cerca, me sentía asustado, desde atrás de la furgoneta escondido entre los suministros distinguía, las siluetas de los gigantes, pronto dejaron de correr y se detuvieron a unos metros de la camioneta, podía apreciarlos mejor.

Su figura era repugnante, con pedazos de carne colgando, otros con deformaciones por las mordidas, pero lo que más me aterro fue el color de sus ojos, los había visto en el día, pensaba que eran ciegos, sin embargo estaba equivocado…

Sus ojos brillaban como un verde escarlata, miraban para todos lados, cada uno por un lado distinto, se comunicaban con gruñidos, pronto de esparcieron, no se adonde pero frente a la camioneta quedo el que parecía el líder…

Lucía un par de mordiscos por sus brazos y su cuello, su tamaño superaba los dos metros y medio, parecía que olfateaba algo, su mirada no se quitaba de la furgoneta y paso a paso empezó a acercarse, empezó a gruñir fuerte y una especie de humo verde empezó a emanarse de su boca, me camufle bajo los suministros, echando las bolsas de ropa encima y tratando de hacer el menor ruido posible, en cuestión de segundos escuche el chirrido de las latas de la camioneta y como esta empezó a moverse violentamente, los bidones de agua terminaron por caerme encima, y uno de ellos, logro darme en la cabeza, dejándome aturdido y completamente desorientado…




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