Cuando Uriel llegó a la cueva escuchó como Pyhryus se quejaba, Lucifer y Mike miraban la pantalla del portátil, y John estaba sentado apoyándose en la pared con los bordes de sus ojos rojos e hinchados.
—Mike, te traigo a Liliana.
Mike asintió y recibió en sus manos el brazalete, el cual tras posarse en su mano se ensanchó y lo puso en su antebrazo izquierdo antes de que se ajustara a él.
—De acuerdo... Pyhryus, tú también John, prestadme atención. Lucifer conecta el cable al saltamontes.
Asintiendo, Lucifer conectó un cable USB al cuerpo del saltamontes metálico, haciendo que de sus ojos emergieran un mapa del área con tres puntos en rojo.
—Tengo malas y peores noticias. Las malas son que estos tres puntos se dirigen a nosotros, y las peores son que...
Mike se detuvo y miró a John antes de continuar.
—El punto del norte, situado mas allá de la siguiente cordillera es Lucy, el punto noroeste son Omega y Arthur, y el último punto está justo detrás de nosotros, es Guilea. ¿Cómo salimos de ésta?
Uriel, con nervios en su interior, miró a los demás mientras se ponía frente al mapa.
—John tú te encargarás de Omega y Arthur, ve a por ellos.
John asintió levemente, dándole las gracias interiormente y saliendo de la cueva.
Una vez que no estuvo John, Liliana apareció del espejo en el brazalete y miró inquisitivamente a Uriel.
—Pyhryus, tú vas a ir a por Lucy.
—¿Por qué yo me quedo con la peor parte? ¿No puedo quedarme con la otra mujer?
Uriel negó haciendo a Pyhryus suspirar antes de que siguiera los pasos de John, aunque Uriel lo detuvo antes de que se fuera.
—Espera... en el caso de que ganes ven a ayudarnos, o ve a vigilar a John y sobretodo a Omega.
Pyhryus no se dio la vuelta, aunque para contestarle a Uriel simplemente levantó su pulgar.
—Dudo que esa mujer sea más fuerte que el tío de la última vez.
Tras marcharse Pyhryus, Uriel se enfrentó a la mirada de Liliana.
—Ahora puedes preguntar lo que quieras.
—¿Acaso no se suponía que sólo podías ver el Día Oscuro?
Uriel sonrió y se rió, luego miró el mapa.
—Podría decirse que mi don mejoró tras el encuentro con Ouroboros.
Los ojos de Liliana temblaron por menos de un segundo, aunque ella sabía que el segundo nivel de Uriel estaba por liberarse, no creía que en su estado actual pudiera ver mas allá del Día Oscuro, pero si lo lograba descubriría la verdad tanto de la creación de Ouroboros como la suya y la de sus hermanos.
—El único y pequeño inconveniente es que no soy capaz de controlar el poder actual de mi don, por lo que solo puedo usarlo como si fuera una manera burda de guiarme por instinto. Además, decidí ésta formación debido a la repentina aparición de Ouroboros y Pyhryus.
—¿Qué pinta el dragón en esto?
Uriel se aclaró la garganta y sacó el colgante hecho de las escamas negras de Pyhryus, ese colgante lo recibió John cuando emergió del interior de su alma y se lo regaló a Guilea antes de que ésta en sus últimos momentos se lo entregara a Lucifer y Uriel.
—Pyhryus estaba muriendo debido a ser una pseudo deidad, en otras palabras, necesita oraciones y creyentes... ¿Entonces por qué está vivo todavía? Recordando el pasado, Pyhryus apareció junto a John cuando se formó el pilar de luz, o dicho de otro modo...
—Un milagro.
Liliana terminó de decir lo que Uriel iba a decir. Aunque no creía que fuera posible, una deidad puede morir si no tiene seguidores o cae en el olvido, por lo que a Liliana solo le vino a la mente un ser que pudiera hacer algo así.
—Ahora es tu turno Liliana, ¿quién o qué es la otra Guilea?
Con un largo suspiro tras una profunda respiración, Liliana se resignó y le contestó.
—Es un Eliminador, una especie de criatura que asesina a los extranjeros de otro universo. Los Eliminadores son formados a raíz de una paradoja donde el extranjero y su contraparte de ese universo se encuentran, todo lo que matan se elimina de la historia y de la memoria del universo.
Mike asintió, aunque sentía que algo se le escapaba.
—Hay algo que no cuadra Liliana. ¿Por qué Guilea no sabía sobre los Eliminadores?
—Ella nunca llegó a verse en ningún universo, me atrevería a decir que por suerte.
—Ésa no es la respuesta que quiero...
Mike se rascó la barbilla, dándole vueltas a la existencia de los Eliminadores.
—¿Qué ocurre cuando los extranjeros de otro universo hacen un viaje?
Liliana miró a Mike sin comprenderlo, en ese preciso instante, estaba dispuesta a resolver cualquiera de sus dudas aunque no entendía a dónde quería llegar.
—Se supone que el alma del extranjero y su otro yo se unen, viviendo ambos las mismas experiencias. Cuando el cuerpo llega al estado en el que el extranjero hizo el viaje, su alma se divide y se forma un cuerpo. Aunque hay excepciones, no estoy del todo segura.
Escuchar esa explicación fue como si una bombilla se encendiera en la mente de Mike.
—Liliana, siento decirte que lo que has dicho es, aparte de absurdo, imposible. El primer error se basa en el origen de un Eliminador, si ambas personas se dividen, sería algo con una tasa de acierto infinitesimalmente cercana a cero, ya que para reencontrarse seria como buscar una aguja en mitad del océano. El segundo error es respecto a los viajes, si fuera como lo has dicho, entonces Fenrir no habría muerto, ya que desapareció junto al John de otro universo más allá de lo que mi satélite es capaz de detectar.
Mike sonreía mientras miraba a Liliana y esperaba su respuesta, aunque ella no pensaba en nada desde que Mike dijo que Fenrir desapareció junto a otro John.