Infinitamente enamorada.

|Capítulo 12|

Hoy es Sábado, fue una larga semana entre la escuela y las clases de baile, el día amaneció soleado, incluso se siente caluroso a pesar de que seguimos en invierno.

Me di una ducha, me encanta sentir la sensación de mi cuerpo fresco por las mañanas, me encanta sentir mis poros limpios y me encanta percibir el olor a limpio de mi cuerpo.

Me puse un vestido, unos botines y mi suéter, bajé a desayunar y encontré una nota de mamá; "Buenos días, Katy. Fui a visitar a Javier, te amo"

Me dolió leer "Javier" en vez de "papá", pero mamá estaba realmente dolida y bueno, ¿cómo no estarlo después de todo lo que pasó?

Me hice una ensalada fresca de frutas, me senté a mirar la televisión mientras desayunaba, minutos después el timbre sonó y abrí la puerta.

—¡Mi niña! —me abrazó.

—¡Esteban!

—Demonios, ¡te miras más preciosa de lo normal! —dejo besos por todo mi rostro.

—Siempre dices lo mismo —le enseñé la lengua.

—Cada día me sorprendes más con tu belleza —me atrajo hacía él, colocó sus manos masculinas en mis mejillas y comenzó a besarme, sus besos sabían a tabaco, así que me separé.

—Tus besos saben mejor sin sabor a tabaco.

—Compré unas mentas, cielo —curvó sus labios.

—No te hicieron efecto —toque la punta de su nariz.

—Bésame bomboncito —negué —por favor —le di un pequeño beso en los labios —eso no es una beso.

—Sí lo es —lo miré a los ojos.

—Quiero un beso apasionado.

—Eso te pasa por fumar —sonreí egocéntrica.

—¡Me encantas así!

—Cálmate —reí.

—Cielo, ¿sigue en plan lo de salir hoy? —asentí —los planes cambiaron, iremos a la playa.

—Está bien que haga calor, hombrecito, pero no está tan caliente como para ir a la playa —reí.

—La pasaremos bien, mi cielo.

—Ya vuelvo.

Guardé en mi mochila unas toallas, cambios de ropa, era seguro que nos mojaríamos, bloqueador y tomé mis lentes de sol.

—¿Lista, cielo? —asentí —¡vámonos!

Subimos al auto, me dio un chocolate y algunas botanas más.

—Es demasiada comida —lo miré asustada.

—Quiero que sepas que mi única intención es hacerte feliz y engordarte para que nadie más te vea, pequeña —reí cuán loca.

—¡Lo estás logrando! —dije frustrada —cuando fuimos a la galería me medí unos pantalones de vestir y no me quedaron, eres un grosero.

—Ayy, amor, me salió mal el plan y el que está engordando soy yo —rio y acarició su estómago.

—Mejor para mí —sonreí.

—Tú come cielo, qué nada te detenga —tenía malicia en su cara, reí y obedecí al comerme un gigante chocolate.

Llevábamos muchas horas en el camino, tantas que comenzaba a desesperarme.

—¿Por qué tardamos tanto, flaquito?

Cada que le decía así me reía por lo cursi que me parecía ese apodo.

—Saldremos del país, te estoy raptando.

—Dime a donde vamos, Esteban —hice un puchero.

—No te diré pero estoy seguro de que te gustará, deja de preocuparte mi niña.

Luego de atravesar la línea fronteriza y más de 6hras de camino en total, llegamos a Rosarito B.C, México. La gran playa reconocida porque fue ahí donde filmaron "Titanic", una de las películas más caras y famosas de la historia.

—¡No puedo creerlo!

—Te dije que te gustaría, cielo.

—No venía aquí desde que estaba pequeña, ¡es hermosa y la gente te hace sentir como en casa!

—¿Estás feliz? —asentí emocionada y le di un pequeño beso —eso es estar más que feliz.




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