Infinitamente enamorada.

|Capítulo 15|

Desperté, me di una ducha, me maquillé para ocultar mi rostro morado, me coloqué un vestido rayado, unos botines, me arreglé un poco y esperé a que llegará la hora para ir de compras con Perla pues Rodrigo se graduará en unos meses y debemos encontrar el vestido perfecto aunque me parece ilógico ir con tanta anticipación.

El timbre sonó, tomé mi bolsa y ahí estaba Perla.

—Hola, Katy —me abrazó.

—Hola, Perla.

—¿Estás lista?

—Creo que vamos con mucha anticipación.

—Vamos a tiempo, Katy.

—Siento que si compramos el vestido ahorita no me quedará para Junio —reí.

—Si te va a quedar, Katherine.

—Eso espero —entrecerré los ojos.

Subimos al auto, manejó directo a la plaza y llegamos luego de un divertido camino.

—¿A cuál tienda quieres ir primero, Katy? —levanté los hombros.

—Tú eres la experta en esto.

—De acuerdo —dijo segura de sí misma.

Entramos a una tienda de gala, los vestidos eran lindos, muy extravagantes para mi gusto, quien estaba emocionada era Perla.

—¡Por Dios, este te quedará increíble! —me mostró un vestido rojo de manga larga con una abertura kilométrica en la pierna.

—Enseña demasiado.

—Sólo pruébatelo, ¿sí? —negué.

—Cada que me pruebo algo te aferras a que me lo lleve y definitivamente no me llevaré este vestido.

—Katy —curvó sus labios.

—Busquemos algo para ti —asintió —¿de qué color quieres ir?

—Negro.

—Buena elección, el negro te queda increíble.

—Gracias —se ruborizó.

Había algunos vestidos que me gustaban por el largo y los escotes, lo malo era que tenían demasiados brillos.

—¡Perla, ven!

—¿Qué pasa, Katherine?

—Este te quedará perfecto —abrió los ojos como plato.

—¡Es hermoso!

—Ve a medírtelo —asintió emocionada.

El vestido que le di es largo, de tirantes delgados, con una larga abertura en la pierna y con un escote recatado.

Perla volvió con el vestido y se miraba fabulosa, su piel se miraba más blanca de lo que era, sus ojos negros resaltaban aún más y su cabello combinaba a la perfección con el vestido.

—Te miras muy hermosa —la abracé.

—¿Tú crees?

—¡Sí, debes llevártelo!

—Lo haré —dijo mirándose al espejo —uyyy, mi trasero resalta —reímos al unísono.

Perla seguía necia a que buscara algo para mí, por mi parte, no estaba segura de encontrar algo que llenara mis ojos.

—Te puedes llevar este al acto académico, está muy lindo y se mira cómodo —me dio un jumpsuit azul marino de manga larga y con los hombros descubiertos —mídetelo.

—De acuerdo.

Entré al probador, me lo medí y sorpresivamente me gustó como me quedó, salí para que Perla me diera su opinión.

—¿Y bien?

—¡Joder, te miras increíble! —me ruboricé —debes llevártelo.

Volví al probador a quitármelo y fui con Perla a pagar, entramos a otra tienda en busca de accesorios.

—¿Plateado o dorado? —preguntó Perla.

—Se mirará increíble con zapatillas y accesorios dorados.

—Sí —respondió con su cara enamorada.

Había miles de collares, Perla no se decidía hasta que le mostré un collar sencillo dorado con unos aretes largos ideales para llevar con un moño en el cabello.

—¡Estos serán, gracias Katy!

—No es nada —sonreí.

—Y tú, ¿qué llevarás?




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