A la mañana siguiente desperté temprano, prendí la televisión, miré los últimos capítulos de mi serie favorita y al terminarlos ya era medio día.
—Buenas tardes, hija. ¿Cómo amaneciste?
—Buenas tardes, mamá. Bien ¿y tú?
—Igual —sonrió y me abrazó —hija, te compré un vestido para la noche, espero que te guste —me entregó una bolsa y saqué un vestido corto con muchos brillos, no me gustó en lo absoluto.
—Eh... Mamá —comenzó a reír.
—Es broma, hija, es de una compañera del trabajo, al rato vendrá por él.
—¡Me asustaste, mamá! —reí con ella.
—Este fue el que te compré —me dio otra bolsa. Saqué el vestido que Perla me había dado en la tienda aquel día, el color rosa viejo con encaje y mucho vuelo.
—¡Está hermoso, mamá! —la abracé —aunque me parece mucho para mí.
—Hija, es perfecto para ti, te mirarás cuán princesa —me ruboricé.
—Y, ¿el tuyo mamá?
—Es este —me mostró un vestido gris sin mangas con pequeños detalles en el área del top y ancho de la parte de abajo.
—Te mirarás cuán reina.
—Gracias, hija —se sonrojo.
Hicimos el desayuno, comimos tranquilamente, mamá se encargó de limpiar la sala y la cocina mientras que yo me encargué del baño y de mi cuarto, ya eran las 2:30pm y teníamos que alistarnos rápidamente para llegar a la gala.
Me di una rápida ducha con agua helada para refrescar todo mi ser, sequé mi cabello y lo ondulé, me hice un pequeño delineado, me puse un labial rojo porque mamá insistió en que así lo hiciera y finalmente coloqué el vestido junto a unas pequeñas zapatillas doradas.
Bajé a la habitación de mamá, le hice un moño bajo, la maquillé y se miraba preciosísima.
Tomé mi bolso y la cámara, le tomé algunas fotografías a mamá sin que se diera cuenta y después nos tomamos algunas juntas, ya eran las 5:15pm y nosotros apenas estábamos subiendo al auto «las puntuales».
Mamá manejó durante 25min aproximadamente y llegamos a un salón al aire libre muy conocido en la ciudad por lo bonito y caro que era hacer algún tipo de evento ahí.
El entrar al parque «o al salón al aire libre, como lo llamaban» me percaté de que estaba abarrotado de gente, la mayoría eran personas mayores a mí de unos 35-40años, habían pocos jóvenes de mi edad y no había niños «cosa que agradecí porque en eventos de esta importancia no me parece correcto escuchar los gemidos y lloriqueos de los pequeños», todas las personas vestían elegante y a todas se les derretía el maquillaje por los 43°C que nos había otorgado el día.
—Hola, señora Vicky —saludó a mamá un chico que parecía de 24años —¿quién es esta linda princesita? —me analizó de arriba a abajo.
—Hola, ella es mi hija —frunció el ceño —y ya tiene novio así que no la veas así.
—Ayy jefa, ¿por qué tengo tan mala suerte? —Fingió desmayarse, apreté mis labios para no reír, me pareció muy cómico y dramático aquel hecho —mucho gusto chica con novio, soy Khang —estrechamos nuestras manos.
—Katherine —sonreí.
—¿No pudo ponerle un nombre más hermoso? —le preguntó a mamá quien rodó los ojos divertida.
—No intentes coquetear, Khang —lo señaló agitando su dedo índice «me recordó a cuanto estaba pequeña y me regañaba».
—De acuerdo, jefa —curvó sus labios —espero que la pasen bien y gusto en conocerte, hija de mi jefa —sonreí.
—Lidio con él a diario —dijo mamá frustrada y al mismo tiempo divertida.
—Es gracioso —reí.
El parque era muy rústico, el suelo estaba hecho de piedras de diferentes tamaños y colores, es muy difícil caminar con tacones aquí. Las mesas eran grandes para 8-10 personas los manteles son lilas, azul cielo, beige y colores pastel, tenían un centro de mesa muy elegante y a la vez sencillo. Frente a todas las mesas se encontraban unas pantallas gigantescas, donde ponían los vídeos de las canciones que se escuchaban y de vez en cuando transmitían en vivo, en los lados se encontraban los reflectores que encenderían en cuanto oscureciera.
Editado: 04.07.2019