Inhumana

Capítulo 8

BrístolInglaterra.
                                     Año 2136.

                                  Misión modificada.

NÍCOLAS

       

Después de salir del despacho de mi padre decidí que ya era suficiente día laboral. Sentía que mi cabeza iba a explotar, ahora mismo me encontraba en mi nuevo auto de color azul magnético.

—Charles, ve rápido —dije al sistema computarizado que poseía el auto. —Estoy agotado.

—Rápido y seguro, Señor Green —contestó el auto de forma mecánica.

Siete minutos mas tarde ya me encontraba en mi casa. Alcé la mano hacía la diminuta cámara que se encontraba en la entrada y luego de un rápido escaneo las puertas fueron abiertas.

—Charles, estacionate —ordené — en cinco horas tendremos que salir de nuevo — Murmuré con cansancio.

—Estacionandome, señor Green, llamaré en cinco horas.

¿Quien necesita despertadores cuando tienes a tu auto?

Entro a la casa y lo primero que hago es darme un relajante baño.

Estoy en la tina, casi dormido cuando escucho unos tacones resonando en la habitación.

—Hola cariñito.

Esa voz. ¡Maldita sea!

Abro los ojos y me encuentro a mi ex secretaria/amante en frente mio. Lleva una lencería bastante sexy.

Joder.

—¿Como entraste aquí? — pregunté con molestia.

—Tu casa me abrió las puertas —soltó arrogante —Así que imaginé que deseabas esta visita —ronroneo acercándose seductoramente hacia la tina.

—No te ilusiones cariño, olvidé de cambiar la configuración, eso es todo — dije sincero.

—Mientes —replicó —tú me deseas —Antes de que pudiese quejarme ya la tenía sobre mi.

Al principio trate de apartarla, pero como todo hombre, no pude ignorar mis necesidades. Sin mucho cuidado, la tomé de la cintura, sentándola a horcajadas sobre mi, mientras con mi otra mano exploraba esos deliciosos pechos.

—¡Nícolas! - rápidamente me levanto, tirando al suelo a...como se llame, y cubriendo mi desnudez con una diminuta toalla. —Es suficiente —sollozó Janet, mi "esposa".   Su mirada se dirigió a mi, provocando un ligero estremecimiento, por primera vez podía notar el dolor y la decepción reflejado en ellos.

Y por primera vez me sentía culpable.

Sin decir mas, Janet volteó sobre sus tacones, saliendo del cuarto de baño.

—¡Eres un bruto! —replicó la zorra —Vuelves a tirarme así  otra vez y...

—¿Y que? —la miré con burla —¿me dirás que no habrá mas sexo? Puedo conseguir en otros lugares, cariño...

—¡No! —me cortó de forma abrupta —¡No te irás con otras zorras!

La chica parecía un poco posesiva y generalmente no soy fan de las chicas posesivas, mas bien de las posiciones.

Já. Que gran chiste.

—¿Entonces dejaras que sea bruto contigo? —pregunté siguiéndole el juego. —¿Podras aguantarme? — solté con la voz ronca, tomando su cintura y azotando su trasero. Con una sonrisa gigante asintió y sin mas vueltas volví a tomarla, no sin antes poner el pestillo en la puerta.

Sin interrupciones por favor.

****

—Amorcito —ronroneo la morena molesta que se encontraba acostada al lado mio.

—¿Todavía sigues aquí? —repliqué fastidiado.

—Tu auto no para de llamarte a bocinazos—dijo ignorando mi molestia.

¿Auto?

—Charles —murmuré levantándome rápidamente de la cama. —Vistete.

—¿A donde iremos? —preguntó emocionada mientras se vestía.

—Tú te iras a tu casa. —ordené mientras me colocaba los pantalones.

—¿Y a donde iras tú? —replicó molesta.

¿Pero quien se creía que era?

—Eso no te incumbe —gruñí —¡ahora, largo!

—Algún día te arrepentirás de todo esto —amenazó mientras salía de la habitación.

—Ya lo hago. —murmure seco.

Mientras salía de la habitación observe que la habitación de Janet se encontraba a oscuras. Me prometí revisar que tal estaba en cuanto volviera a casa.

Una vez que la morena se fue, me dirigí hacia Charles y le di la dirección de la casa de mi joven amigo, Gregor.

Al llegar me dieron unas ganas inmensas de volver.

—¿En serio Gregor? —susurré a la nada —¿vives en este pocilga? — me saqué los lentes de sol para ver mejor la...casa.

Se veía linda, tampoco que fuera muy horrible, pero joder, ¡estamos en el 2136! ¡Esa casa parecía de la época del 2000!

Inhalo profundamente, dándome valor para "tocar el timbre"

Enserio, la casa era muy antigua.

—Yo atiendo esta vez — escuché que la voz de Gregor acercándose a la puerta —¿Nícolas? —dijo entrecerrando los ojos —¿Estas en mi calle?

—¿Que hay de malo con eso? —repliqué fastidiado.

—Nada, nada —se apresuró a decir —Es solo que tú no eres de frecuentar...

—Si, lo sé, esta pocilga de barrio no es mi estilo —escupí algo asqueado —¿Me dejarás pasar o te quedarás todo el día en la puerta?

—Claro —murmuró sonrojado, abriéndome paso a su...casa.

Al entrar admito que me sorprendí un poco, el ambiente lucía antiguo y bastante reluciente.

—Supongo que después de todo no es una pocilga.

Me deje caer en el pequeño sofá de la sala, cerrando los ojos y soltando un enorme suspiro.

—Lo siento.

—¿Por que? —Gregor me miraba nervioso. Enserio, ese chico lo único que tenía de bueno era su inteligencia.

—Ya sabes, por mi actitud de ahora —no podía creer que me estaba disculpando por algo.

—Descuida —dijo restándole importancia al asunto. —supongo que estas  muy estresado.

—Lo estoy.

—Creeme, lo entiendo. —Observe a mi amigo por un momento y noté las ojeras debajo de sus ojos avellanas.

—Te ves fatal —bromee — ¿Tuviste una buena noche con R-9?




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