Ubicada en la orilla del universo se encuentra una torre, una gigantesca estructura construida hace tiempo y que recibió el nombre de “La Torre de Babel”. En este lugar se encuentran una gran cantidad de templos y pero en este momento todo el caos se concentraba en el “Santuario de la Sapientiae”; un complejo laberinto formado por cientos de miles de librerías repletas de libros, pergaminos y textos sagrados que eran protegidos y custodiados por una sola entidad.
El fuego, resultado de la explosión se expandió por el piso e hizo retumbar los pasillos de la biblioteca, en consecuencia, una de las brujas salió disparada hasta que su espalda impacto contra el suelo de un golpe seco. Ella era una de los miembros del Aquelarre Zugarramurdi, el grupo de brujas más grande y poderoso que existía entre todas las dimensiones. Tal era su poder que las brujas de alto rango tenían contratos hechos con el demonio Adramelech.
-Se supone que no debía encontrarse presente el receptáculo del aspecto del Conocimiento –exclamo molesta Elly poniéndose de pie luego de recibir una explosión con su rostro. Toda su ropa y cara estaban sucias, con varios raspones y la tela desgarrada.
A ambos lados suyos se encontraban cuatro brujas de alto rango separadas en dos grupos –Claramente nos engañaron con la información que recibimos –contesto su compañera Alice para acto seguido levantar ambas manos y generar dos mándalas de color rojo sangre, bañadas en fuego, y con símbolos demoniacos –Cinturón de Liquefiat –lanzo ella su conjuro.
Secciones del suelo se transformaron en lava que comenzó a levantarse por el aire similar a tentáculos los cuales se dirigieron al centro de la nube de humo resultado de la explosión anterior. Los látigos de lava hirviendo se aferraron alrededor de las piernas, brazos y pecho de quien flotaba en el centro, la nube de polvo se disipo y revelo a un hombre joven, de cabello castaño que cubría sus orejas, y con ojos negros y marrones.
Permaneciendo inmutable en el aire aquel hechicero movió su cabeza para acomodar su cabello y revelo en el centro de su frente el símbolo respectivo del aspecto del conocimiento.
La bruja Alice observo a sus cuatro compañeras de alto rango –Eso debería detenerlo lo suficiente.
Su lastimada compañera Elly sacudió algo de polvo de su túnica negra y saco del interior un libro de aspecto antiguo, su tapa y contra tapa estaban hechas de escamas y tenía la figura de un dragón dando un círculo en el centro –Valió la pena aguantar ese ataque de frente –dijo ella presumiendo lo que logro robarse de los estantes.
-Ya tenemos lo que queríamos, así que marchémonos rápido de aquí.
Dejando de lado un posible enfrentamiento contra el receptáculo del aspecto del conocimiento las cinco brujas líderes comenzaron a correr por los pasillos hechos de librerías.
Mientras sus compañeras corrían, Alice se detuvo para conjurar otro encantamiento, las mándalas de sus manos comenzaron a girar y un gigantesco muro hecho también de lava hirviendo se levantó bloqueando la entrada al pasillo por donde entraron. El plan era simple, solo tenían que escapar de aquel hechicero el tiempo suficiente para lograr salir de la torre sin ser atrapadas.
-Entre las cinco podemos hacer un ritual de teletransportación lo suficientemente poderoso como para abandonar este lugar –informo una de sus compañeras.
No obstante, Elly la observo con una mirada severa –Si viajamos a nuestro escondite el podrá detectar el lugar y expondríamos la ubicación de la base de nuestro aquelarre.
-¿Entonces qué haremos?
Elly observo el grimorio draconico robado que tenía en sus manos –El Albanum Maleficarum, sus secretos ancestrales deberían tener una forma de sacarnos de aquí.
Alice se detuvo en seco -¿Y qué esperas? Ábrelo y fíjate.
Las demás brujas también se detuvieron después de correr por un rato, todas ellas tenían contratos con la entidad maligna conocida como Adramelech por lo que su energía demoniaca debería ser suficiente para romper los sellos de protección. Sin perder más tiempo, Elly intento abrir el libro usando el Thelema de su contratista, pero fue completamente inútil, un pentagrama con símbolos angelicales apareció y genero una explosión que la hizo tirar el grimorio al suelo.
-¡Imposible! –exclamo molesta ella. Su mano ahora estaba teñida por completo de negro y rojo.
Todas observaron con terror el libro tirado en el suelo, ya ninguna se atrevía a levantarlo –No solo está protegido con la presencia de un ángel, sino que la presencia de un demonio poderoso complementa y potencia el sello.
No había nada que pudieran hacer, su mejor opción para salir del lugar en el que tanto les costó entrar ahora era completamente inútil. Si no pensaban en algo rápido serian capturadas y muy seguramente asesinadas.
Aun con varios látigos de lava hirviendo rodeando su cuerpo, su camisa negra, o su túnica corta de color rojo permanecían intactas, no había olor a quemado o humo por el fuego –Bueno, creo que ya les di suficiente ventaja a esas tontas –moviendo sus dedos de forma antinatural una poción de líquido celeste se desprendió de su cinturón para flotar en frente de él y explotar. De esa forma el Cinturón de Liquefiat que lo retenía desapareció.
Utilizando sus dedos índices y pulgares de ambas manos formo un círculo y el símbolo marcado en el centro de su frente comenzó a brillar –Zhepyrum –nombro el hechizo que le otorgo su aspecto y una incontable cantidad de ojos se hicieron presentes llenando por completo toda la biblioteca.
El receptáculo del conocimiento cerró sus parpados para centrarse en buscar lo que todos los ojos que invoco podían encontrar, una vez que localizo a su objetivo uno de los ojos a su lado comenzó a crecer hasta ser del tamaño suficiente para que él pudiera pasar. Saliendo del otro lado Dante se encontró con las cinco brujas que intentaron robarle recitando un encantamiento sobre una mándala dibujada en el suelo.
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Editado: 12.02.2022