La alta mujer de armadura roja y cabello teñido de rosa fantasía clavo sus ojos en mí y en el chico escondido detrás <Esto no está bien, no soy alguien que toma la iniciativa y eso puedo aceptarlo. No debería estar haciendo esto> aunque no quisiera aceptar la realidad, eso era lo que estaba pasando.
Mis piernas temblaban del miedo y sin previo aviso esa sádica mujer levanto la daga de su mano izquierda para lanzármela, sin hacer nada cerré mis ojos y me limite a no observar cuando su arma blanca me golpeara. No obstante, abrí los ojos pocos segundos después, ya que no sentía ningún tipo de dolor.
Baje mi mirada al piso y la gran daga de hoja plateada con símbolos verdes gravados en ella estaba clavada a mis pies < ¿Acaso ella fallo? > reflexione en mi mente. Observe la mano de la mujer y por la posición en la que estaba parecía haber fallado su tirón contra mi intencionalmente.
Una mándala de color azul apareció en la palma de su mano izquierda -¡Córrete! –grito Astur detrás de mí, aunque ya era demasiado tarde.
Los símbolos tallados en la daga comenzaron a brillar intensamente y otra mándala apareció alrededor de la daga, solo que esta era de color verde. La tierra debajo de mis pies comenzó a temblar y varias raíces gigantes surgieron del suelo rompiendo el cemento para enredar mis pies y hacerme caer al suelo, me agarraban con tanta fuerza que no podía liberarme de ellas.
-Sí que eres molesto –comento esa sádica mujer caminando hasta el chico desprotegido detrás de mí y observándome con una cara de asco –Tienes suerte de que no puedo hacerle daño a civiles, o si no te daría un buen golpe para que aprendas a no meterte en donde no te llaman – a la par que ella hablaba, yo todavía intentaba inútilmente librarme del agarre de las raíces.
<Maldición ¿Por qué todas las chicas que estoy conociendo en la universidad solo quieren golpearme?>
Su cara de asco hacia mí se transformó en una triste sonrisa hacia el joven parado a mi lado –Por suerte me permitieron no ser tan cuidadosa con usted, señor Mathew Bellarmy – sin perder tiempo ella levanto su mano derecha que sostenía otra gran daga con símbolos naranjas escritos en su hoja metálica y la lanzo a los pies de Astur.
Sin perder tiempo este hizo aparecer su propio circuito de hechizo color violeta al mismo tiempo que una mándala se generaba en la palma de su enemiga, lo que provocó que otro circuito mágico saliera de la daga a los pies del chico. Todo paso demasiado rápido y la tensión no volvió a calmarse hasta que una explosión surgió de la daga clavada en el suelo y cubrió todo de un humo negro.
-¡Idiota! –le grite a esa mujer que se acercaba a la explosión que ocurrió a mi lado –Pensé que tenías que llevártelo no matarlo –comencé a reclamarle.
Manteniendo una rara tranquilidad ella contesto –Tranquilízate mocoso, la energía que le di a esa explosión no era tan fuerte como para matarlo. Y si sale herido es solo resultado de su propia ineptitud.
El humo negro comenzó a disiparse rápidamente revelando una barrera de energía eléctrica color purpura que rodeaba a Astur, parece que logro activar su hechizo a tiempo para no ser lastimado por la explosión.
La mujer de cabello rosa atado en una cola de caballo y armadura roja se paró en frente del chico, separados por la barrera de energía. Otra daga apareció en su mano y clavándola con todas sus fuerzas en la barrera que los dividía, logro romperla y hacer que Astur cayera al suelo de espaldas.
Este soltó un quejido por el impacto del golpe, aunque rápidamente recobro la compostura, una mándala llena de extraños símbolos y figuras geométricas apareció flotando sobre la palma de su mano derecha. Sin perder tiempo aquel chico con el tatuaje de ojo en el centro de su frente dio una mortal para atrás para ponerse de pie al mismo tiempo que esquivaba una patada de Marisa que sin duda lo hubiera noqueado.
Cerrando su mano en un puño el circuito de hechizo desapareció y en su lugar un largo bastón de madera recubierto por un aura purpura apareció, el bastón era del mismo tamaño que su invocador -¿Por qué hace esto señor? –quiso saber la mujer lanzándole un golpe a la cara.
-Quiero poder decidir sobre lo que quiero hacer –contesto este último levantando su bastón para detener el puñetazo.
-Uno de los motivos por el que nació fue para este momento, no puede rechazarlo a último momento –Sin dudarlo ella lanzo otro golpe más que volvió a ser repelido por el bastón.
Otro circuito de hechizo apareció en la mano izquierda del chico de cabello negro con puntas teñidas de verde y al activarlo una ráfaga de aire lanzo a volar a la chica para atrás. Aprovechando ese momento Astur se me acerco y golpeo con fuerza su bastón sobre las raíces que me ataban para liberarme –Gracias –dije poniéndome de pie.
-No, gracias a ti.
Lo primero que hice fue alejarme de su lado para no estorbarle y me acerque a recoger mi mochila y las cosas que se cayeron de esta, por suerte el grimorio hecho de escamas de dragón todavía permanecía dentro, aunque eso me hizo pensar en algo –Si supiera usarlo podría ayudarlo, no me sentiría tan inútil ahora –el rugido de mi estómago provocado por la falta de comida alejo ese pensamiento de mí y volví a concentrarme en el chico que estaba peleando.
La mujer de armadura roja volvió a ponerse de pie e hizo aparecer dos grandes dagas en cada una de sus manos, al igual que antes una tenía gravado símbolos de color anaranjado y la otra de color verde –Yo te admiraba muchísimo Astur, no puedes haber hecho esto. Me traicionaste, le estas dando la espalda a toda tu familia, a OCCI y a la Orden. Por favor, dime que estas siendo controlado o influenciado por alguien más.
El joven parecía poder sentir empatía por esa chica, y, aun así, cerró sus ojos, como si su respuesta le costara salir, hasta que por fin logro sacarla –No es nada de eso, yo hago esto por mi propia voluntad Marisa.
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Editado: 12.02.2022