También llamados vicios capitales o pecados cardinales, son capitales porque son la fuente de otros muchos pecados que condenan al alma
El pecado es un mal moral, una desviación de la conducta o, como se define en el diccionario de la RAE, una transgresión consciente de un precepto religioso. Más allá de la fe de cada uno, lo cierto es que la idea de pecado ha condicionado las actitudes del ser humano, marcando la ética social, especialmente si se habla de los pecados capitales. Nos adentramos en el oscuro mundo de los vicios.
Vicios capitales, pecados cardinales o pecados capitales, lo mismo son. Y son capitales porque son la fuente de otros muchos pecados.
También llamados vicios capitales o pecados cardinales, son capitales porque son la fuente de otros muchos pecados que condenan al alma
Parte de la obra Los siete pecados capitales, del pintor alemán Otto Dix. EL MUNDO
EL PECADO ORIGINAL
Antes de asaltar cada pecado, buscamos a Santo Tomás de Aquino para encontrar una definición de pecado capital:
"aquellos vicios a los que la naturaleza humana está principalmente inclinada".
El hombre peca desde que es hombre. De hecho, en la Biblia, Adán fue tentado por el diablo y, abusando de su libertad, cometió el primer pecado, el pecado original, al desobedecer el mandamiento de Dios. Desde entonces, la especie humana deambula por un tortuoso camino de espinas.
LA SOBERBIA
Para muchos, el verdadero rey de los vicios porque las personas tienden a él. La soberbia es algo así como un deseo excesivo por ser preferido a otros, el amor desmedido por uno mismo, por creerse por encima de los demás. Con esa actitud, uno está menospreciando a Dios y a los demás.
AVARICIA
El amor excesivo por la riqueza es otro de los pecados capitales que más almas condena. Y es un vicio capital porque ese afán por el dinero, o por cualquier cosa que se desea desmedidamente, lleva al hombre a tratar de conseguirlo mediante cualquier medio y acto. Ahora bien, la avaricia por sí sola generalmente no es un pecado mortal.
LUJURIA
La lujuria es otro de los pecados capitales más populares. Es el deseo excesivo por el placer sexual. Esa satisfacción carnal se aleja del propósito divino, el del amor entre cónyuges entregados a la procreación.
"No cometerás adulterio", reza el sexto mandamiento. Aunque el cuerpo no actúe, sólo con tener pensamientos considerados impuros, uno está pecando.
IRA
Ese sentimiento de indignación, venganza o furia es ira. Pueden ser tan fuertes las emociones desatadas, que uno puede llegar a ir en contra del amor de Dios y del prójimo. El cuánto de ira hay en un acto, determinará si el pecado es venial o mortal o incluso si es simplemente un enojo intenso.
GULA
Comer y beber cada día como si no hubiera un mañana. La gula es pecado porque se daña el cuerpo por el mero de experimentar ese placer y porque dificulta o imposibilita llevar a cabo trabajos y otros deberes. Eso sí, en la práctica, los casos de gula suelen saldarse como pecados veniales.
ENVIDIA
Otro pecado capital masivo. La envidia es esa tristeza, pesar o rencor del bien ajeno; que se te lleven los demonios por la buena suerte de alguien, deseando que dicha fortuna fuera tuya. Es un vicio que tortura al pecador desdichado y que genera odio al prójimo.
PEREZA
La pereza es el desafecto, la dejadez, por las cosas que se deben hacer. Esa falta de voluntad y esfuerzo acaba con la incapacidad del alma de llevar las riendas. Es un abandono físico y espiritual.
LAS SIETE VIRTUDES
La virtud pude definirse como una disposición habitual y firme a hacer el bien y, por fortuna para los creyentes, hay un catálogo de siete virtudes capaces de imponerse a los pecados y de salvar el alma. Así se enfrenta cada virtud a cada pecado capital:
Humildad / soberbia
Generosidad / avaricia
Castidad / lujuria
Paciencia / ira
Templanza / gula
Caridad / envidia
Diligencia / pereza
la mente humana está totalmente perdida en un círculo de la maldad que nos Cega en perdernos ante estos pecados, perdemos la humildad por el ego de la soberbia, la generosidad por la ambición de la avaricia, la castidad por el placer de la lujuria, la templanza por la exquisites de la gula, la caridad por la oscuridad de la envidia, la diligencia por la paz de la pereza y la paciencia por la adrenalina y la venda de la ira.
cambia nuestra ira y cuando finalmente somos invadidos ya no hay marcha atrás para volver a la luz. solamente nos queda hundirnos en la porquería, en el lodo, en el pantano de la maldad. de los pecados capitales, de los siete demonios que nos abrazan y no nos dejaran hasta nuestra muerte y que en sus manos quede nuestras almas como pago de todo lo que nos entregaron.