<< ¿Qué hago aquí?>>
Es la pregunta que siempre me hago todos los días a la misma hora, en el mismo lugar en la misma cafetería que nunca cambio.
Es como si ya fuera mi rutina todos los días.
Estoy acostumbrada a venir a Love Cafetería que queda fuera del pueblo a solo una hora, siempre vengo después de clases y los fines de semanas a las tres de la tarde y punto. Nunca hablo con nadie, solo me siento en la mesa de la esquina con mis audífonos puestos y enciendo mi laptop solo con el motivo de escribir un poco y observar a la gente que llegan a visitar la cafetería.
Miro mi taza de café con mi magdalena de chocolate a lado y le doy un sorbo a mi taza, y vuelvo a concentrarme en la nueva pareja que entro cabreada por la puerta.
<<Ah sí, ya sé que hago aquí. >>
Me gusta observar a las personas y analizarla sin poder interactuar con ellos u otra persona que no conozco. Estudio psicología y antes que comenzara el estúpido verano, comencé a leer un libro de psicología oscura. Me llamo mucho la atención y al leerlo descubrir muchas cosas.
Ahora me gusta ver el mundo a través de mis ojos y no como me lo hacen creer, tengo problemas como toda persona pero la diferencia de ellos y yo, es que yo sí se ocultarlos muy bien.
Bajo el volumen de la música de mi laptop y me concentro en escribir, pero sin dejar de escuchar el tono de voz de la feliz pareja que se han sentado en unas mesa a distancia de la mía.
Hoy toca analizar los tipos de voces, según mi profesor:
"Un buen psicólogo debe saber cómo está su paciente mediante la frecuencia de resonancia de su voz a la hora de que te está contando su problema o historia".
Es algo absurdo que yo siempre lo he pensado, pero él es el profesor y yo la alumna.
-¡¿Se puede saber por qué vinimos a esta tienda de quinta?!
Por el tono que uso la chica murmurando molesta, de inmediato supe que era una fresa e hija de papi y mami.
Conocida como personas arrogantes, ¿Cómo identificarla, pues?
Tratan con menosprecio a quienes no están ahí, no prestan atención a las opiniones ajenas, alardean gratuitamente y por último se muestran crueles con los más tímidos.
-No hables así.-le chito el chico.
Por su tono de voz se puede entender que es el tipo de persona que es penoso y pacífico a la vez.
Conocido como personas tímidas, son personas muy sensibles hacia los sentimientos y emociones de otras personas. Gracias a su sensibilidad y a su capacidad para escuchar, son un imán para las personas engreídas y problemáticas.
El camarero que nunca me digno a mirar o escucharlo le dice algo que no logro escuchar. Llevo viniendo a esta cafetería más de dos años y nunca he hablado con nadie a excepción de una chica que es la única que si he hablado con ella para pedir la orden y tampoco me digno a mirar a las personas que trabajan aquí.
<<Hablar me da jaqueca y las personas me dan cólera.>>
Solo tengo una excusa, que cada vez que llego me siento de una vez en la mesa y me enfoco en la laptop y mis audífonos. Siempre me atiende una chica que tampoco no me digno a mirar, solo a darle las gracias y darle mi pedido. No interactuó con más nadie porque desde que comencé a leer ese bendito libro, desconfío en muchas personas, hasta de mi propia sombra. Pero mi queridísimo profesor nos mandó a interactuar porque es muy importante en nuestra carrera.
Que se joda, si se cree que voy a interactúa con otras personas desconocida. Suficiente problemas ya tengo con vivir.
-¡¿Y a quién esperamos?!-le volvió a decir la chica pero está vez su tono sonó a impaciente.
-Ya te lo dije, a mis amigos... te quieren conocer.
Termine mi magdalena y café de una vez. Para irme, no me gusta examinar más de cinco personas su personalidad, todo se vuelve un caos en solo un momento y además, esa chica irradiaba que iba a matar a alguien si una persona pasaba por su lado con perfume barato.
Guarde mis cosas en mi bolso como siempre y pague la cuenta ante de irme. Pase por el lado de la linda pareja y subí más volumen a la música cuando salí de la cafetería.
Camine hasta la parada de bus, siempre me gusta observar mí alrededor cada vez que camino a cualquier parte. Creo que es algo que ya ha quedado en mi desde que era pequeña, algo que nunca voy a cambiar y es porque siento si miro la belleza de lo que me rodea, pueda seguir dándole una segunda oportunidad a mi vida.
Hoy el día se veía un poco apagado, con las nubes grises y oscuras en el cielo, el viento que soplaba te ponía la piel de gallina en ese instante, y solo se podía significar una sola cosa... Lluvia.
Las calles estaban vacías y solo estaba el bus estacionado en la parada con algunas personas adentro. Me senté en mi puesto de siempre y mire por la ventana observando como las pequeñas gotas de lluvias que caían de cielo, comenzaban a caer con mayor intensidad.
Cerré los ojos por un momento y me deje llevar por la música God is woman de Ariana Grande solo deje que inundara toda mi mente para no poder pensar en más nada en el resto del camino.
Solo quería llegar a casa y encerrarme en mi dichosa habitación, sé que hoy no era un excelente día para salir y tampoco para observar a las personas. Lo supe desde que abrir mis ojos, mi cuerpo lo sabía, mis ánimos lo sabían y hasta el clima lo sabía.
A lo mejor debí quedarme en casa con mamá y mi hermana ayudándola en una estúpida pintura de arte que según ellas costaría mucho. Pero no, me gusto salir y despejar mi mente de esa dos persona que quiero pero no aguanto a la vez, no es que no las quieras. Si no, que son insoportable a la hora de pintar.
No somos muy unidas que digamos.
Estaba pensando ¿Si debería ir a visitar a mi padre un día de esto o mejor me quedo aguantar un poco la triste realidad?