Inmarcesible

6 - Te necesito.

Estaba parada frente la maleta mirándola con asco y odio, todo lo que había eran vestido que yo ni había comprado. Eran los gusto de mi madre y no los míos. Alce uno rosa con molestia y lo lance al sexto de basura, removí hasta el fondo y logre encontré mi vestido favorito uno negro con escote de corazón y resaltaba todos mi atributos. Era de manga larga y era suave como las nubes y llegaba hasta la mitad de mis muslos, era perfecto.

Me vestí a mi modo y le di un poco de volumen a la punta de mi pelo. Dándome cuenta que ya debía cambiar de color y eso lo haría para este fin de semana, después de ir a ciertas reuniones que me rehusaba ir.

—¡Inanna muévete que vamos a llegar tarde!—sí, el grito de mi padre me hizo que perdiera el hilo de amarrarme las botas alta negra. No iba a ponerme tacones y mucho menos iba a ponerme un vestido de gala que no iba conmigo.

Cuando baje las escaleras todos estaban vestidos como si fueran a recibir un Oscar, mientras que yo estaba vestida como si fuera a ir a una discoteca a emborracharme y beber como loca hasta el amanecer.

—Que bien.—se quejó Trevor acomodándome su pequeña pajarita.— ¿Por qué ella puede ir normal y nosotros tenemos que ir así?

—¡Si eso, lo que dijo él!—dijo Travi dándole la razón a su hermano.

—Porque yo soy pobre y me gusta rompe las reglas.—pase por su lado ya poniéndome los audífonos.

—¡Papá yo también quiero ser pobre y romper las reglas!—gritaron los mocosos y mi padre me fulmino con la mirada.

<<Perfecto, ahora soy influencie. Debería crear una página web y comenzar a dar consejo a la gente desde mi habitación.>>

Ellos siguieron discutiendo en el jeep y solo Trina se mantuvo a su marguen en no mirarme. Se lo agradecí por su bien, porque esta noche iba a poner en plan mis ejercicios de interactuar.

<<No deberías ser mala por una noche.>>

En donde te habías metido conciencia, ya estaba creyendo que también te habías suicidado por mi culpa.

<<Eso quisieras, todo aquí es un caos y ganas no me faltan.>>

El trecho no fue tan largo que digamos, pero cuando llegamos a la gran mansión. No podía dejar de preguntar ¿Por qué Cameron trabaja en una Cafetería?

O sea debía tener mucho dinero para que mi padre representara un caso de su familia y eso que mi padre era el mejor abogado que hay en la ciudad y no cobraba barato que digamos. Además porque mi padre lo invitaría a esta fiesta si de lejos sus amigos millonarios radiaba a gritos que eran rico desde la cuna, los vehículos que se estacionaban en la entrada gritaban también que eran rico y uno de lejos pude notar que era un carcacha vieja. Cuando me baje del auto todavía sin quitarme los audífonos, quede como pez fuera de agua.

<<¿Esa fiesta era una entrega de Oscar o una recaudación de fondo?>>

O sea todo iban vestido de esmoquin, traje de galas, vestido carísimo y al ver las expresiones de la gente, algunos irradiaba estar celosos, otras jala pelota y otras buenos, solo querían pasárselo bien humillando a otros.

Dios mío, si me encontraba a Don Omar, Karol G, Maluma y todos mis cantantes me iba a dar un paro cardiaco literal. Esto estaba mejor que los Grammy y no dudaba que hubiera un famoso por aquí.

Estaba tan concentrada viendo a la gente estirada por si veía un famoso y corría hacia él, cuando sentí una mano muy suave en mi hombro haciéndome que me volteara al instante.

Mala idea.

Me encontré con eso bellos ojos miel y esa sonrisa divertida que me ponía más nerviosa cada vez que la miraba. No entendía porque con Cameron comenzaba a sentir que tenía un corazón cuando más bien tenía un corazón congelado, no sentía nada por nadie y él lo cambiaba todo en segundos con su presencia.

—Creí que no vendría y ya estaba comprando las flores para el funeral.—me susurro demasiado cerca. Que algo dentro de mí caliente me recorrió de pies a cabeza.

¡Bendito Cameron!

—Sí, Alex llego a tiempo antes que saltara de la silla.

<<¿Estaba sonriendo? Dios, Inanna reacciona.>>

Me aclare la garganta nerviosa mirando a mí alrededor.

— Bonita casa ¿he?

—Es bonita cuando no hay tormenta a la vista.—ósea, no podía apartar mi mirada de eso ojos. Que los baje de golpe a mis zapatos nerviosa.

—No use mis frases conmigo Cameron.

—Es que no lo puedo evitar.—aunque no lo estuviera mirando sabía que tenía esa estúpida sonrisa. Un mayordomo se detuvo frente de mí con una bandeja y tenía algunas copas llena con champa encima. Mis dedos comenzaron a picar con el deseo de agarrar una copa, pero negué con la cabeza y le hice una señal al hombre que no quería.

—No, gracias.—dije amable y Cameron si agarro.

— ¿No bebes?

—No. Soy más de agua y jugo.

—Cameron.—saludo mi padre con un apretón de mi mano.

—Hola Señor Lynn.—respondió saludándolo también.

—Menos mal que llegaron a tiempo, y ¿tus padres?—miro a un lado buscándolo y Cameron señalo con la cabeza un lugar donde estaban parado los Courtney en la entrado.

—Ah, Inanna vamos.—la voz de mi padre me hizo que lo mirara cuando hizo señas para que fuera con ellos.

Trina llego con los niños y Franyelys cerca de una grande puerta que me imagino que daba hasta el gran salón. Mire a Cameron y después lo mire a él, se me ocurrió una gran idea en ese momento y creo que leyó mi expresión porque negó con la cabeza.

—Voy a quedarme un rato con mi amigo Cameron.—dije con una sonrisa divertida sin apartar los ojos de mi padre.

Que él ya sabía que nada bueno traía.

—¡De eso nada!—Dios, lo estaba disfrutando.

No me grito porque había gente, pero se tuvo que acercar.

—¿Por qué? Si solo voy a dar una vuelta con él.—me hice la inocente.

—Señor Lynn no se preocupe, vamos a estar cerca y no vamos a salir de esta zona.—intervino Cameron poniéndome una mano en el hombro que eso no le gusto a mi queridísimo padre. Porque él sabía que cuando yo ponía esa cara era porque nada bueno traía yo.




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